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Nara sintió un escalofrío recorrerle la espalda y se tomo firmemente de la mano de su padre tratando de encontrar valor en esa mano, pensaba en cómo responder
- Si digo que es un placer seria una soberana hipócrita, dada la situación, decir “encantada” parece aun mas fuera de lugar, pero si me quedo callada parecería muy grosera y responder lo que realmente siento seria aun peor, mejor espero que ellos hablen primero y responderé en consecuencia, pensó Nara mientras bajaba las escaleras.
El señor Leonel sintió su reticencia y le dio unas suaves palmaditas en la mano para que se tranquilizara, y le susurro al oído:
- Tranquila cielo, ya nada puede ser peor, así que relájate y esperemos a ver como se desenvuelven las cosas, si.
Nara solamente asintió con un suave movimiento de su cabeza y continuó bajando. La madre de Renzo dio un paso al frente y esbozo una ligera sonrisa como para aligerar el ambiente.
- Hola Nara, mi nombre es Amelia, espero poder hablar contigo en privado un rato si no te es molestia, dijo la madre de Renzo. Nara y todos los presentes se asombraron por las palabras de la señora pero se quedaron en silencio esperando la respuesta de Nara. Ella miro primero a su padre buscando aprobación y luego a Renzo, al ver que ninguno objeto nada no le quedo más remedio que decidir por sí misma.
- Está bien, fue lo único que la chica dijo.
- Pasemos al jardín entonces, dijo la señora Amelia, allí el ambiente es mas relajante y te hará bien tomar un poco de aire fresco, comento mientras tomaba a Nara del brazo para salir al jardín.
Los hombres decidieron pasar al despacho para discutir también. Ya en el jardín y sentadas en unas enormes y confortables sillas la señora Amelia le dijo a Nara…
- No sabes cuánto me apena toda esta situación niña, nunca me imaginé que mi hijo pudiera perder la cabeza de esa forma, me siento sumamente responsable de lo que te ha sucedido y quisiera que me perdonaras, fue lo primero que dijo la madre de Renzo. Nara solo se le quedo viendo con la confusión plasmada en su rostro, la señora al verla procedió a explicarse.
- Veras, mi hijo llego en una ocasión a la casa desesperado por que habías discutido con él en tu sitio de trabajo por algo que ocurrió con Agatha, yo en mi desespero por tratar de consolarlo le hice un comentario que el tristemente tomo al pie de la letra y por eso paso lo que te paso y me arrepiento, no sabes cuánto, pero ya que en este momento las cosas han llegado a este punto me gustaría que por favor reconsideraras el hecho de querer alejarte de Renzo, se que para ti no debe ser nada fácil, pero él en verdad te ama y lo que más teme es que tu no quieras estar cerca de él, y ahora que hay un bebe en camino la situación lo hace desesperarse aún más. El siempre ha sido un hombre fuerte y decidido y nunca le ha tocado perder en nada de lo que emprende, lamentablemente no se me ocurrió enseñarle que en los asuntos del amor no siempre las cosas salen como queremos y hay que saber perder… claro que ahora toda la responsabilidad recaerá sobre ti porque tu serás quien tome la decisión final de lo que pasara en esta historia, en tus manos está el futuro de Renzo y ese bebe que llevas en tu vientre. No quiero con esto presionarte o que te sientas acorralada, no, por el contrario, nosotros vamos a hacer que Renzo de su brazo a torcer y te libere si es lo que tú deseas, pero quiero que consideres un par de cosas: En este lugar tendrás un hogar hermoso con todas las comodidades que una mujer embarazada necesita, el estar cerca nos permitirá ayudarte con Renzo cada que sea necesario, también tendrás a tu disposición todas las cosas necesarias para tu cuidado prenatal y el cuidado del bebe al nacer y si decides casarte con mi hijo te aseguro que el hará todo cuanto esté a su alcance para hacer de ti la mujer más feliz del mundo.
- Nara al escuchar sus palabras no pudo aguantar más y rompió a llorar, ella sabía todo eso, lo había pensado una y mil veces, pero no encontraba como organizar las cosas en su cabeza, le dolía el corazón, pero en el fondo sabía que podía haberle ido mucho peor, las palabras de la señora Amelia le dieron el empujón que le faltaba para decidirse, ella se sentía ahogada de tanta presión, no se había decidido aun y pensaba que tal vez los padres de Renzo serian unas personas horribles, pero una vez más la realidad le demostró ser otra cosa, por lo que ya casi tenía una decisión tomada en su corazón, solo quería hablar con su padre después de esta reunión para comentarle al respecto.