Capítulo 1:  Curiosidad

Capítulo 1:  Curiosidad

Adeena:

Hoy es el primer día de este nuevo año académico, así que ya sabrán con que ánimos me encuentro, felizmente es el último y espero con ansias que termine lo más pronto, está bien sé que no es tan malo al final siempre termino divirtiéndome más de lo que espero, además no he visto a mis amigas un buen tiempo debido a las vacaciones, aunque si mantuve contacto con Joaquín mi enamorado.

Ayer hablamos hasta las 2 de la mañana por llamada no podíamos dejar el chisme a medias, para el colmo casi me atraganto de tanto reírme y él en la otra línea no ayudaba a tranquilizarme porque estaba en las mismas condiciones o quizás peor.

- Señorita, su desayuno ya está listo -. Me avisa Carla del otro lado de la puerta.

- Ya estoy casi lista -. Le digo

solo me doy una última mirada en el espejo me acomodo un poco la blusa vestido que escogí como outfit, miro los tacos que estoy puesta y me arrepiento por completo, solo pensar que tendré un día a tope además de aseguro después de clases salga con mis amigos, estos tacos me mataran así que rápidamente busco unas botas con plataforma de color negro, me las pongo, agarro mi bolso del mismo color y salgo de mi habitación.

-Buenos días, mamá- saludo al mirarla desayunar.

-Buenos días, cariño- me devuelve el saludo

- Pensé que ya estarían en la empresa, creo que ya es algo tarde para ustedes-

-Eso mismo le dije a tu padre esta mañana pero no me hizo caso, lo peor es que me abraso y no me dejo salir de la cama, ya no sé qué hacer cada vez se vuelve más perezoso- me cuenta algo apenada yo solo comienzo a reír.

- No crees que Saraí ha salido a él, incluso en ser perezosos son iguales-. Menciono y las dos comenzamos a reír

- Y hablando de los reyes de Roma-

- Los perezosos que se asoman- termino la frase, mirando las escaleras donde se encuentran bajando mi padre y hermana menor, ambos al escucharnos ruedan los ojos al mismo tiempo mostrándonos una mueca que solo a ellos dos les sale.

Luego de acabar con mi desayuno, me lavo los dientes y salgo de la casa con mi hermanita despidiéndonos de nuestros padres, Sebastián, nuestro chofer nos abre la puerta del auto y emprendemos a la escuela de Saraí, al llegar me da un beso en la mejilla y sale del auto para luego continuar a la preparatoria.

Dentro del auto, observo a Joaquín en la entrada, cuando el auto se estaciona inmediatamente Sebastián me abre la puerta, agradezco por ello, y me dispongo a salir, al mirarme se acerca a mí dándome un beso en la frente, al instante escucho murmullos y me doy cuenta de las miradas a nuestra dirección, es algo que detesto, acaso esta gente no tiene vida, siempre me ponen en aprieto ni siquiera me dan algo de privacidad, odio por esa parte ser popular pero por otro lado me ha mantenido lejos de mis enemigos.

-Amor hay que apurarnos las clases ya comenzaran-. Me habla cerca de mi oído, solo asiento mostrándole una sonrisa tomo su mano y nos dirigimos a clases conversando acerca de anoche, mencionando las ojeras que teníamos.

Inmediatamente ingreso al salón y mis amigas se lanzan encima.

-Como has estado cariño-. Me dice Leslie.

 – Si querida, no hemos tenido mucho contacto contigo-. Le interrumpe Shirley

-Solamente sabíamos que estabas de viaje por tu foto en redes, acaso no podías separar unos minutos para nosotras-. Me reclama Sharon

- Chicas lo siento, fue un viaje familiar solo me comunique con Joaquín, muy poco, por cierto, pero les he traído regalos, les entregare en la próxima reunión que organice en mi casa-. Les digo para tranquilizarlas.

- Tomen asiento, ya comenzare con la clase de cálculo-. Nos dice un profesor desde la puerta, mis amigas hacen gesto de molestia, yo solo niego con la cabeza entre risas, para luego dirigirme a mi asiento.

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-Amor, ¿Deseas algo de comer? –. Me pregunta Joaquín, mientras nos sentamos en una de las mesas de la cafetería junto a nuestros amigos.

- No cariño, no deseo nada, pero si vas a comer algo, te acompaño- respondo y me produce ternura verlo sonrojado.

- Si deseo, vamos-. Me toma de la mano sacándome de la cafetería

- Hey a dónde vas, la tienda es por allá-. Le molesto, mientras subimos las escaleras.

- Llegamos-. Expone al abrir la puerta que nos da a la azotea.

- Pudimos llegar por el asesor, sabes-. Le expreso riéndome

- Lo siento estaba muy emocionado, además no quisiste decir eso en realidad, ¿Cierto? -. Ambos nos empezamos a reír.

- No sé cómo lo haces, pero siempre entiendes mis indirectas, y ahora cariño que deseas comer-. Le digo acercándome lentamente a él, me toma por la cintura.

- Creo que se me antojan tu boca señorita, o quizás sea una buena idea comenzar por este delicado cuello-. Comienza a hablar, mientras baja lentamente sus dedos de mis labios hasta mi cuello.

Inicia dándome pequeños besos en la quijada, para luego dejar besos en mi cuello, siento sus labios muy húmedos y su respiración agitada, no aguanto más la risa, él al oírme levanta su cabeza riéndose de la misma forma para luego darme un abrazo.

-Esta vez, aguantaste mas la risa, ya se me estaba haciendo raro- me dice mientras me abraza con fuerza

-  Cariño sabes que siento muchas cosquillas en ese sitio, pero quise engreírte un poquito-. Añado, separándome un poco de él, al mirarlo a los ojos me siento tranquila así que me acerco para robarle un piquito en la comisura de los labios, haciendo que se sonroje y me muestre una sonrisa muy tierna.

- Si no te conociera diría que eres una pervertida por la forma en como hablas, pero se que eres muy tímida y en momentos así te pones muy nerviosa, por eso me encantas-. Comienza a hablar mientras rosa su nariz con la mía.

- Quería tener tiempo solo contigo, ahora si me puedes decir que sucede, te he escuchado suspirar varias veces durante clases-. Le digo, esperando una respuesta