Aprendiendo Amar

*Capítulo 1*

Adrián

-Adrián… ¡bienvenido!- me saluda, recibiéndome en la entrada de la villa, con un apretón de mano.

-¡Wow!, tan serio como siempre ¿eh?- sonrío, al verlo rodar los ojos, ante mi abrazo.

-Y Tú, como siempre de social-

-Lo tomaré como un cumplido- respondo con media sonrisa.

-Pasa- me indica y señala a un hombre a que tome mi equipaje.

-Veo, que ya todo esta listo… ¿aquí será la gala?- pregunto observando todo el lugar.

Es una villa, aunque pudiese pasar por un pequeño pueblo, se ve una gran extensión de prado que se pierde a la vista; a un lado de la casa principal, donde estaba, se evidencia, canchas deportivas, piscina…

-¿Caballerizas?- inquiero al ver a lo lejos una especie de establos de lujo.

-Ohh sí, mi madre ama loa caballos- indica pasándome unos prismáticos.

-Es impresionante, esto parece un club campestre-

-La mitad el terreno era de mi abuelo paterno y la otra mitad de mi abuelo materno, así que al casarse mis padres, convirtieron todo esto en la Villa Kuznetsov-

Explica mientras continúo contemplando toda la extensión de terreno, donde se desarrollan diferentes actividades.

-Disculpa- se excusa tomando su teléfono -es larga distancia, están como es tu casa… hablamos cuando regrese- comienza alejarse mientras habla sonriendo.

Salgo al prado y comienzo a recorrer las canchas, donde grupos de niños se divierten y sus risas, llenan el aire… no puedo evitar, que mi corazón duela ante el recuerdo, de mi pequeña.

-¡Здравствуйте!- escucho que me hablan en ruso, sacándome de mi ensoñación -Извините меня, сэр…-

-¡Oh! Disculpe, no hablo ruso- me excuso gesticulando lentamente y moviendo las manos.

-Además de sordo… idiota- susurra la mujer frente a mí… una pelinegra, de ojos azul grisáceo, que parece que traspasaran tu alma.

-¿Perdón?- reacciono ante su comentario.

-Ehh, no es tu culpa, la edad, siempre es la culpable, de esas cosas… pero abuelo, será que puedes moverte estas en medio del left field y tenemos un juego que ganar-

Me percato, que en medio de mi ensoñación, entre al campo de baseball, donde un grupo de niñas de 10 años o menos, juegan, y todas me miran impacientes.

-Oh, disculpa, no me di cuenta, caminaba distraído y…-

-Si, la edad- responde tajante, colocando sus dedos en la boca y silbando como camionero, haciendo una señal, a las jugadoras, les grita algo en ruso y todas miran al piso y se encaminan a una mesa con refrigerios.

 -Pero… ¿por qué se van?, yo ya me iba y…-

-No te preocupes, les dije que suspendíamos el juego, mientras ubicaba donde dejaste la enfermera que te cuida, del ancianato-

-¿Me estas llamando viejo?- pregunto molesto.

-Si… muy bien, ¿dónde está?- indaga, con fastidio, mirando alrededor.

-Oye, mocosa- la miro y por un segundo el color de sus ojos, no me deja hablar -no soy ningún viejo… que tu seas una niñata, no tiene nada que ver-

-¿A quién estas diciendo viejo verde, niñata?- lanza su gorra al piso encarándome.

-¡Lana!... ya conociste a Adrián- Sasha, llegan acelerando el paso y se coloca al lado de la mujer.

-No he tenido el gusto de conocerla, sólo de escuchar sus adjetivos calificativos, hacia mi persona- comento sonriendo, ya que la niñata, que ahora sé, se llama Lana, resopla y rueda sus ojos, viéndose adorable.

-Adrián… mi hermana menor Svetlana Kuznetsova- señala a la mujer -Lana, el Señor Adrián Sáenz, mi amigo y…-

-Sí, sí, no es un gusto Señor Sáenz y…-

-Adrián- la interrumpo, tomando su mano -sólo dime Adrián-

-Ahh, esta perfecto Adrián, puede decirme Kuznetsova, no me molesta, pero jamás me llame por mi nombre, jamás- dice firme y estoy casi seguro que como una amenaza.

-Eso fue extraño- comenta Sasha mirando el cruce de miradas entre su hermana y yo.

-Adrián, porque mejor no vamos a la casa principal, así puedes descansar, seguro debes estar agotado de un viaje tan largo y…-

-Uff si, el vejestorio debe descansar- murmura la niñata, haciendo sonreír.

-Lana- reprende su hermano entre cerrando sus ojos.

-Sabes que Sasha... tienes razón, descansar me haría bien- palmeo su espalda haciéndolo girar, pero me quedo mirándola a los ojos.

-Debo recuperar energía…- la niñata rueda los ojos y antes de que se agache, le entrego al gorra, sin soltarla, murmurando.

-Posiblemente pierda mucha, en la noche, demostrando que puede hacer este vejestorio- guiñándole un ojo a la niñata y soltando la gorra; ella enfurece dando media vuelta y volviendo donde están el resto de la niñas.

Me encamino de regreso a la casa principal, recordando cierta miranda penetrante y unos mofletes carmín.

-¿Qué fue eso?- me pregunta apenas cruzo la sala de estar.

-¿Eso?- inquiero sin entender.

-A ver Adrián, en dos años que te conozco, es la segunda vez que te veo sonreír… no espera la primera, la otra fue una mueca que no cuenta-

-Sasha… no sé de que hablas- agradezco al hombre que nos interrumpe, entregándonos unas bebidas, todo un trago largo, pero al sentir el calor pasar por mi garganta, comienzo a toser.

-Pero… ¿esto es alcohol?, pero si son las 11 de la mañana-

-Ja, ja, ja es Sbiten, es como la hidromiel rusa… es miel, con especies- explica riendo y tomando más de la bebida.

-Hidromiel, ja, pero será elaborada con miel de abejas alcohólicas- menciono dejando la bebida a un lado.

-Tiene un toque de vodka, sabes, para entrar en calor- se burla y sé que lo hizo apropósito, sabe muy bien, no tomo ni una gota de alcohol.

-Y por fin… ¿ya tienes novia? O ¿todavía no te atreves?-

-No- responde exhalando -le propuse que se casara conmigo, en plan de amigos, pero dijo que no quería abusar de mí… Lana me comento que consiguió trabajo como Asistente de algo, no recuerdo es muy largo el nombre-



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En el texto hay: humor, amorsecreto, diferenciadeedad

Editado: 10.09.2024

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