Lana
-Y así haces todo… ah pero por nada del mundo, pero por nada, puede permitir llamadas de este número- señala en la table un contacto.
-¿Quién es La Que No Debe Ser Nombrada?- indago recibiendo una mirada acusadora y un gran shhh, por parte de José.
-Calla Lanita de Oveja, shhhh, a esa no debe ni pensársele-
-Ajá, y si llega a venir, porque no creo se anuncie como la que…-
-Dios guarde y nos libre de tanta maldad niña, ¿es qué tu quiere que a mí me de un infarto capilar y termine calvo?-
-¿Qué?-
-Shhh, es que esta juventud hoy en día no entiende, en recepción tienen prohibido la entrada de ese ser, que últimamente tiene oxiuros y pretende molestar esta humilde morada y esta super bloqueado por las líneas telefónicas, pero por si acaso, este el número no lo olvides-
-José, ¿si entiendes que no estoy entendiendo nada?-
-Lanita, pero ¿tú lo de hípster lo tiene en el atuendo acaso?- iba a refutar, pero levanta su mano derecha de manera dramática y niega con la cabeza.
-No sé como dejare a mi exjefecito en tus manos- habla para sí mismo.
-¡No te pases!, te recuerdo que el que dejo la carta de renuncia fuiste tu-
-Y te recuerdo la que acepto trabajar como espía para el exjefecito fuiste tu-
-Ni me lo recuerdes- resoplo recostando mi cabeza en la silla, abro lo ojos u veo como José se sienta sobre el escritorio con un pierna en el aire y la otra apoyada en el piso.
-¿Tan mal esta?-
-Es horrible Catalina me llama cada 10 minutos preguntando, que he descubierto de su futura madrastra malvada… pshh, ya no sé que inventarme para darle largas-
-¿En serio?... pero ¿qué le has dicho Lanita?- voy a responder, pero me interrumpe.
-Claro, pero es que eso se lo buscan ustedes solitos, jum, seguro les has dicho que todo normal, nada nuevo ¿y Deborah?- indaga moviendo las cejas -es que ella es la mejor y soluciona todo- trato nuevamente de responder, pero sigue hablando como perico.
-Cierto, ella solo es la “terapeuta”, ya le aclaraste que no era la que le pretende sacar cría… mmm, es que nada a ustedes se les ocurre tener una “no relación” a escondidas, pero es que piensan que vivimos en el siglo XVII o algo así…- me incorporo tratando e responder.
-Sabes Lanita de Oveja, es que por eso es que estamos así ya ni me respondes y tanto que te he ayudado- ruedo los ojos antes su dramatismo.
-Sabes José, si dejas de hablar como cotorra, ¡PODRÍAS ESCUCHARME!, pshh- resoplo exasperada y más al escuchar el teléfono de la oficina sonar y lo miro como si fuese mi peor enemigo.
-Lanita, ehh, Lanita de Oveja debes contestar, como te enseñe- lo miro dejándole notar mis ganas de acabar con toda la compañía telefónica, levanta ambas manos rindiéndose -Buenas tardes Presidencia, habla José-
Responde con un tono grave que jamás lo había escuchado, hasta parece locutor de radio. Pero todo se desvanece al escucharlo reír como tarado y pasarme el auricular, niego con la cabeza.
-Como te enseñe- murmura moviendo el auricular frente a mi cara.
-¡Aish!- lo tomo de mala manera y ruedo los ojos -Buenas tardes Presidencia- digo arrastrando las palabras -habla José-
-¡LANA!- un grito del otro lado del teléfono hace que lo aleje, José se burla, coloca el altavoz.
-Viste princesa, Lanita todavía no está lista-
-Por el amor de Dios, Catalina, pero si solo han pasado 22 minutos desde tu última llamada y has llamado a la oficina y no a mi teléfono-
-Ahh Lana, es que te llamo y dice que el número es incorrecto no sé que le paso, estas líneas son un asco o… me has bloqueado- busco en mi teléfono la aplicación para desbloquear su número.
-¡Pssh!, por favor Cata, jamás haría algo como eso- veo las intenciones de hablar de José y lo señalo con el dedo, pasándolo por mi cuello.
-¡Aish!, perdón Lana… es que todo esto, me tiene alterada, ¿qué has podido averiguar?-
-Cata- ruedo los ojos ante su insistencia -no…-
-Pero, ¿se ha vuelto a comunicar con él?, ¿ha ido a más terapias?, ¿se han visto?-
-No… he podido obtener información… viable, para dártela- respondo detenidamente, José estalla en risas, le lanzo un mazo de documentos que se encontraban en el escritorio, quejándose como dramaqueen.
-¿Cómo que no…?, ¡ahh claro!, no debo presionarte… es que si no sabes ni contestar el teléfono- José vuelve a reír abanicándose con los documento que le había lanzado -gracias Lana, por hacer esto por mí, sino yo misma estuviese allá-
-Si que lo creo- murmuro al recordar cuando me llamo avisando, que vendría a ocupar el puesto de asistente, para poder así conocer a “la mujer”.
-Cuando tengan listo todo lo referente al viaje, me avisas y aleja a esa Pejelagarto de mi papá- se escuchan voces desde el otro lado de la línea -debo dejarte al parecer Maggie se apodero del centro estudiantil o algo por el estilo, hablamos-
Termino la llamada, comienzo a caminar por la oficina liberando un poco el estrés.
-Jajajaja, me gustaría saber que hizo la miniprincesa- suspira mirándome.
-¿Y por qué no llamas a Maggie?, vas y la visitas o mejor aún arreglas todos estos documentos y organizas la agenda- muestro la sonrisa más falsa del mundo, mirándolo de frente.
-Aww tan querida la Lanita de Oveja- me pellizca una mejilla, ganándose con golpe en su mano y me alejo a la ventana.
-¡Agresiva niña!, no sé que vio mi exjefecito en ti y no, no me respondas, mis oídos no están preparados para esa respuesta… por ahora, además para que voy arreglar algo que muy bien ya hiciste o crees que no vi el sistema que te inventaste y hasta una asistente de inteligencia artificial colocaste e insisto debes hacer las cosas tu misma, no sea que se te escape algo por ahí-
-Debería estar en mi cama durmiendo o tal vez cerciorando que todo funcione, pero no… estoy aquí- resoplo sonoramente, cerrando mis ojos.