Arcania : El Principe Exiliado Y La Heredera De Fuego

CAPITULO 5: HIELO

 

Capítulo 5: Hielo

Ahí estaba yo, en uno de los lugares en el que menos quería estar; la academia. A pesar de ya no vivir en el castillo de hielo una carta me fue enviada donde me pedían o más bien me ordenaban que asistiera. Había estado viviendo en las lejanías del reino de hielo durante los primeros 3 años después de mi destierro para después ser acogido por una pareja que vivía cerca. No me hubiesen mandado aquella carta si no fuera por las leyes dictan que al cumplir 14 años todo joven Bilia deberá entrar a la academia para el control de sus habilidades. Es la edad donde más se descontrolan y llegaban a perfeccionarse.

Al legar a la academia pensé que tal vez sería divertido, me pase por la entrada con una gran sonrisa y saludaba a todo el mundo, mientras  todos me miraban confundidos; Hasta que choque. Lo único que pude ver al caer fue una luz dorada y al intentar levantarme un chico muy delgado de ojos verdes me tendió su mano, parecía uno de esos ratones de biblioteca aquellos que no dañan ni una mosca. Terminaba de incorporarme cuando una chica pecosa y  de cabello casi en llamas comenzó a gritarme. ¿Quién se cree que es para gritarme así? Estaba realmente confundido y molesto. Había tenido una reprimenda por parte de un guardia que mandaron a recogerme  y ahora esto, era el colmo. Me pidió que me disculpara y lo hice, me disculpe; ¿por qué?,  había chocado con una chica muy linda de largo cabello dorado. Luego aquella llamarada me pidió que me disculpara con ella ¿porque razón debería? Es absurdo, la cosa estaba poniéndose más intensa cuando la mire, un hermoso cabello ondulado que caía por sus hombros, unos bellos ojos azul verdosos y una absoluta cara de sorpresa. Comencé a ponerme nervioso, ella no dejaba de mirarme así que opte por marcharme rápidamente de ahí.

Corrí hacia mi habitación, no cargaba nada más que una bolsa de tela con dos cambios y algunas monedas. Antes de entrar a la habitación había pensado que me que quitarían todo y me dejarían solo una cobija y almohada, pero me alegraba estar equivocado (tal vez la academia no lo permitió, porque se miraba bastante decente). La ventana era grande y dejaba entrar bastante luz, al parecer era una de las pocas habitaciones con balcón, la cama era pequeña, había un escritorio, un baño con tina, un armario de color plata, un estante blanco para libros y una pequeña sala de convivencia con cojines azules.

Mi uniforme estaba en la cama, me sorprendió ver el diseño y me dio un vuelco en el corazón. Una camisa cuello largo azul rey con puntas en la parte inferior,  dos al frente y otras dos detrás, la chaqueta era blanca con bordes plateados y terminaba en puntas a los costados, pantalón blanco y botas azules, justo como él la usaba. Coloque mi ropa en el armario y tire la bolsa de tela en la silla frente el escritorio. Me recosté en la cama y pensé un poco. ¿realmente estaba ahí? ¿Que se supone que debería hacer? ¿Qué era lo que esperaban lograría? El sol ya estaba oculto así que salí al balcón; mire a lo lejos las luces de la ciudad y el brillo de las estrellas, hice un movimiento de manos y un copo de nieve apareció dejándose llevar por el viento.

Mi primer día de clases comenzó normal (aunque me levante tarde). Me dirigí a la sala donde darían nuestra conferencia de ingreso cuando escuche al niño diciendo que era el príncipe heredero y director de la academia, rápidamente exprese mi descontento, pero al parecer nadie estaba de acuerdo conmigo ¿Cómo es posible que aquel niño fuera el director de la academia? sabía que el rey tenía tres hijos uno mayor, una mujer y un hijo menor, pero hasta ahora tenía entendido que ninguno de ellos había muerto o algo parecido ¿porque razón aquel niño era el director y el heredero? ¿Por qué no sus hermanos? ¿Qué tendría de bueno el para lograr superar aquellos con mayor experiencia? Aun en descontento tome mi asiento y para mi asombro la chica de la que había quedado maravillado estaba sentado junto a mí, pero eso no me hizo feliz para nada; fue cuando la vi más de cerca, ella era Aqua; princesa del reino del agua. Sentía desde muy joven un recelo y odio hacia ella y sabía que ella también me odiaba. Había cambiado bastante, antes era mucho más llenita y no tenía ni un solo encanto más que una cara demasiado inocente para su edad. Fue cuando me di cuenta de la razón por la que se me había quedado viendo de manera tan extraña, ella me había reconocido.

Al fin la conferencia (o lo que sea) se terminó y me fui rápidamente del lugar. Estaba confundido y furioso ¿cómo no habría pensado antes que ella estaría ahí? debe ser su último año o algo parecido ya que es algunos años mayor que yo. Estaba perdido en mis pensamientos que no me di cuenta y volví a tropezar pero ahora con un hombre. Su cabello era rubio y largo, sus ojos eran rasgados y me sonrió al verme.

- ¿Eres Alek cierto? es un placer conocerte.

- ¿Cómo sabes mi nombre?

- Eso realmente no importa, porque no me acompañas. –

Me tomo del hombro y me llevo por un pasillo hasta llegar a lo que parecía la biblioteca. Era realmente asombrosa; había notado una gran torre por fuera pero no me imagine que toda esa torre fuera la biblioteca. Una gran sala se encontraba en el centro, llena de mesas y de sillones, mientras las escaleras que subían parecían infinitas, como si pudieras llegar al cielo perdiéndose en la luz que entraba por la ventana que había en vez de techo (Me cubría con una mano para poder divisar mejor).

- ¿Maravilloso no crees?

- ¿Por qué me trajiste aquí?…- No sabía su nombre.



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En el texto hay: dioses, habilidades especiales, aventura y amor

Editado: 29.04.2020

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