TREVOR SKYLAR.
Veo como Héctor sale del auto asustado para acercarse a mi, enseguida me toco la costillas fingiendo dolor.
- ¿Estas bien muchacho? ¿Llamo una ambulancia? -Pregunta sacando su celular del bolsillo.
- No hace falta, estoy bien solo me duele un poco las costillas por el golpe pero nada grave.
Finjo levantarme adolorido del suelo.
Camino unos pasos y su voz me detiene.
- Si te duele no podes irte como si nada, te invito a pasar a mi casa así te pones hielo en el golpe, es lo menos que podes.
Sonrió satisfecho sin que pueda verme.
No tenes una idea de lo poco que seria eso a comparación de lo que me hiciste para todo este tiempo.
- No hace falta. -Digo fingiendo.
- Insisto.
Doy media vuelta quedando frente a el.
Me da tanto asco ver su cara.
- Como usted quiera.
Me hace una seña con la mano para que pase.
Entramos a la casa.
Es mucho mas grande aquí dentro que por fuera.
Al menos a mis hermanos no les falto nada, pero eso no quita todo el dolor que me causo este hombre.
- Ahora vengo, toma asiento. -Se va dejándome solo.
Me siento en el sofá de la sala esperándolo.
- Que no Oliver, tengo otras cosas que hacer pedidle al chofer que te lleve. -Escucho una voz que se acerca.
- No seas así Alía, no me gusta usar al chofer y lo sabes muy bien.
- Bueno, pero aun así no puedo llevarte, porque no... -Ambos se quedan callados al verme.
No puedo creer que al fin luego de seis años otra vez los tengo enfrente mío.
Se me quedan viendo sorprendidos.
- ¿Trevor? ¿Sos vos? -Pregunta Alía con la voz entrecortada.
Sonrió por la emoción que me da verlos de nuevo y tan grandes.
- Si, soy yo. -Ni bien termino de hablar ambos corren a abrazarme.
Les correspondo el abrazo.
- Te extrañamos mucho. -Habla Oliver.
- Pensé que jamás te volveríamos a ver. -Me dice Alía abrazándome aun mas fuerte.
- Como vas a pensar eso, jamás los abandonaría, todos estos años lo único que he hecho a sido buscarlos y al fin los encontré.
Me sueltan y se limpian las lagrimas al igual que yo.
- ¿Ahora que estas acá, nos vamos a ir con vos verdad? -Pregunta Alía emocionada.
Dejo de sonreír.
- No... no podemos irnos, no aun.
- ¿Por que no? -Inquiere Oliver.
- Es en serio la pregunta, para vengarme de Héctor, no pienso dejar que se salga con la suya sin siquiera hacerlo sufrir todo lo que me hizo sufrir a mi.
- ¿Y como pensas vengarte? -Pregunta Alía.
Estoy por decir que no se cuando la puerta se abre dejando ver a una chica de mi edad.
La hija de Héctor, lo se porque la he visto en revista con el.
- Se me acaba de ocurrir como vengarme.