Fuimos en coche hasta el supermercado más cercano a casa. Como la tienda no era grande, no había estacionamiento subterráneo y tuvimos que aparcar el auto en el lado opuesto de la calle. Después de que compramos todo, lo que yo pensaba apropiado, para complacer a mi prima, salimos de la tienda.
Cuando cargamos en nuestro automóvil la compra, yo crucé la calle para devolver el carrito. De repente vi un BMW negro acercándose a mí con una velocidad vertiginosa. No entendí qué pasó y cómo, porque todo sucedió muy rápido. Solo escuché el grito de Alex y un pequeño golpe. Terminé tumbada encima de mi ahijado.
Me levanté y noté que mi sobrino no daba señales de vida. Grité, como si estuviera loca:
- ¡Socorro! ¡Que alguien llame a ambulancia!
Y me apresuré a inspeccionar al chico. Se golpeó la cabeza con el bordillo al caer conmigo. La sangre fluyó de su cabeza. Nunca en mi vida había tenido tanto miedo como esta vez. Finalmente, Alex abrió los ojos. La gente empezó a reunirse alrededor de nuestro, alguien me dio una botella de agua, alguien me pasó una gasa limpia, alguien me ayudó a ponerlo sentado en ese maldito bordillo, alguien se quejó de que las cabras locas con los coches caros hacen lo que quieren, alguien llamó a la policía y ambulancia.
- Gracias a Dios que estás vivo. Alex, querido, ¿por qué te apresuraste tanto? - me lamentaba, sin saber lo que pasaba.
- ¿Y tú? Como una tonta tú te paraste. Ni para delante, ni para atrás. Por eso corrí a quitarte del medio, - explicó Aleksey.
Entonces sonó la sirena. No vi si era la policía o la ambulancia. Mantuve una gasa ensangrentada en la cabeza de mi ahijado.
-Mujer, dé un paso atrás y déjenos a trabajar, - solo después de estas palabras solté mi mano de la cabeza de mi ahijado.
Los médicos examinaron a Aleksey y decidieron llevarlo al hospital. Fui con él y llamé a Vasiliev. “Es neurocirujano. Tiene que ayudarnos.”- pensé, marcando el número del médico.
- Dimitri, soy Elvira. Estoy en apuros. Necesito tu ayuda. Puedes venir ahora ... - decía por el teléfono.
En este momento me di cuenta de que no sabía a dónde nos llevaban. Cubrí el teléfono con la mano y pregunté al enfermero.
- Dime, ¿adónde lo llevan?
- ¿Cómo adonde? A las urgencias del hospital estatal, - respondió el enfermero.
- Lo siento, ¿puedes ir ahora hasta las urgencias del hospital estatal en nuestra ciudad? Mi sobrino se cayó y se golpeó la cabeza con el bordillo. Tiene sangre, mucha sangre saliendo de la cabeza, - le expliqué a Vasiliev, volviendo a destapar el teléfono.
-Está bien, estaré allí en quince minutos, - respondió, y colgó.
- Elvira, por qué estás tirando de la gente, yo estoy bien, - dijo Alex, tratando de levantarse.
- Acuéstese, joven, acuéstese. Todavía no puede moverse. - El enfermero volvió a bajarlo en la camilla.
Diez minutos después, llegamos a la sala de emergencias del hospital. Se llevaron a Aleksey para que lo examinaran más a fondo y yo me quedé esperando en la sala de espera. Caminé de un lado a otro, pensando en cómo llamar y avisar a Olga, sin asustarla hasta la muerte. Decidí que sería mejor esperar a que saliera el médico y me dijera lo que pasaba con mi defensor. Hoy Aleksey me salvó la vida. Pero aún no tuve la fuerza para pensar, si fue un golpe accidental o, si alguien quería matarme. Ahora todos mis pensamientos estaban con mi ahijado. Vasiliev apareció en la puerta.
- ¿Dónde está? - Preguntó él sin rodeos.
- Ahí, en la sala de examen, - señalé la puerta con la mano.
- Espera aquí, - dijo y, se acercó a la enfermera, le dijo algo, señalo su acreditación y entró en la sala de exploración.
No sabía cuánto tiempo había pasado, no acerté a mirar el teléfono, y para ser honesta, tenía miedo de descolgarlo, porque esperaba que tarde o temprano me llamaría mi prima y ¿qué le diría? ¿Que su hijo está en un hospital por mi culpa? Finalmente salió Dimitri.
-Lo llevaron a hacer una tomografía para evaluar el estado de todas las estructuras óseas del cráneo, mientras, puedo decir que no hay daño visible, - dijo con seguridad.
-¿Pero había mucha sangre? - Me pregunté sin creer.
- Es normal, simplemente se rascó la piel y perdió un mechón de cabello, - respondió Vasiliev sonriendo, - si todo está bien con el cráneo, lo más probable, es que lo manden a casa para reposar en cama.
- ¿Pero estuvo inconsciente varios minutos? - No me tranquilizaba.
- Para excluir una conmoción cerebral o contusión del cerebro, es necesario hacer una resonancia magnética, pero aquí no lo tienen, por eso, si hubiera deterioro del estado dentro de una semana, vendrá a mi clínica, pero estoy seguro de que no hay nada, - explicó. - Pero, ¿Qué pasó?
- Me salvó, cuando casi me atropella un coche, - dije y luego se me terminaron las fuerzas, me eché a llorar en el pecho de Dimitri, derramando toda mi tensión y mocos sobre él.
Mi histeria fue interrumpida por una enfermera, que empujaba la silla con mi ahijado. Corrí hacia él.
- Alex, querido, ¿cómo estás?
- Estoy bien, no me pasó nada, - dijo y mirándome en los brazos de Dimitri, con una sonrisa, agregó, - ya veo, que contigo también está todo ok.
- Tonto, que eres un tonto todavía. Me moría de preocupación, - sonreí.
Después de que se hicieron todas las pruebas a Alex y Vasiliev me convenció, de que no había razón para temer por su vida, consideré que era mi deber invitar a Dimitri a cenar con nosotros mañana.
-Lo siento, pero mañana por la tarde, no podré. Tengo una operación programada de un caso muy difícil,- dijo él.
-Entonces, porque no aprovecháis ahora,- propuso Alex,- me lleváis a casa y a mamá yo le explicaré todo.
- ¿Estás seguro? ¿No quieres mi apoyo? - pregunté a mi ahijado, cuando le llevamos a casa.
-No, espero apañarme solo. Mamá puede ser un poco histérica, pero no está loca, tengo que aprender hablar con ella, como un adulto, - dijo Aleksey.
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Editado: 24.06.2021