PRÓLOGO.
Estaba de pie frente al espejo de mi habitación. Admiraba el vestido de novia que adornaba mi cuerpo. Se veía caro y lo era. Yo hubiera elegido algo más sencillo, pero mi padrastro había insistido mucho en este.
Mi hermanastro, Rixon, entró a la habitación. Es al único en esta familia al que realmente quiero y en quien confío.
— Madison Grant se va a casar —dijo, para acto seguido abrazarme.
— Pero no con el hombre que amo —dije triste, pequeñas lágrimas amenazaban con salir—. No quiero hacerlo Rixon. Kyle me ama, pero yo a él no —no quería llorar o estropearía el maquillaje.
— ¿Lo hablaste con Mary? —no le gusta llamar “madre” a mi madre.
— Lo intenté —me senté en el sofá—, lo intenté miles de veces pero nunca quiso escucharme. Además, esto es importante para ella, no podría decepcionarla.
Rixon se sentó a mi lado y me abrazó.
— Tranquila —dijo pasando su brazo por mis hombros—. Te tengo una sorpresa —lo miré—. ¿Lista?
Asentí levemente. Rixon se levantó, se dirigió a la puerta y la abrió lentamente.
— Madison —dijo aquel apuesto chico con una sonrisa en el rostro.
— Alex —no perdí el tiempo y lo abracé.
— Los dejaré solos, pero no se demoren. Si Mary viene los descubrirá y, Alex —lo miró—, date por muerto.
Alex y yo asentimos. Rixon salió de la habitación y le puse el seguro a la puerta.
— Oh, Alex —dije para volver a abrazarlo—, lo siento mucho, sabes que no es mi intención hacerte esto. Me siento mal de que tu familia y tú tengan que estar aquí —ahora si estaba llorando.
— Maddie, tranquila —me correspondió el abrazo y comenzó a acariciar suavemente mi cabello—. Yo sé que tú no tuviste que ver con nada de esto, tu madre te obligó. No estoy molesto, ¿de acuerdo?
Asentí. Alex me tomó del mentón y me besó. Podía asegurar que era la última vez que lo haría.—
— Debo irme antes de que tu madre venga y me encuentre.
— Bien, te veré allá.
Alex besó mi frente y salió de la habitación. Unos minutos después mi madre; Blake, mi padrastro, y Rixon entraron. Era hora.
Me negué a que Blake me entregara en el altar. Rixon se ofreció a hacerlo. Ahora estaba caminando entre las bancas llenas de familiares y amigos que verían como mi vida se iría a la basura.
Cuando llegué al final vi a Kyle, me miraba con una sonrisa. Se veía apuesto, no lo niego. La gente se sentó y el padre comenzó a hablar.
Dijo muchas cosas que en lo personal no me importaban y después llegó a lo realmente importante.
— Kyle Walker, ¿aceptas a Madison Grant como tu esposa para amarla, respetarla, estar con ella en la salud, en la enfermedad, en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?
— Acepto —dijo. ¿Por qué me hace esto?
— Y tú, Madison Grant, ¿aceptas a Kyle Walker como tu esposo para amarlo, respetarlo, estar con él en la salud, en la enfermedad, en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?
— Yo… —toda la gente me miraba, estaba nerviosa. Miré a Alex, me sonrió y asintió. No podía hacerle esto.