Con Justina al alcance de la justicia

Penumbras en el alma

Capítulo Nº 1

Penumbras en el alma

 

Como sombras de aquella ave que voló a ciegas a gran velocidad, porque le arrancaron los ojos, también quisieron cortarle las alas, y es cuando se escabulló y al volar se chocó contra un muro para quedar sin cuerpo ni materia, son los recuerdos que revolotean en mi mente, recuerdos fijos de una imagen plasmada en el espacio infinito, a veces estas efigies que quieren moverse con la fuerza exabrupto de los dioses de la evocación; y son estas que me invaden en momentos menos pensados a veces, aunque generalmente sucede cuando estoy recostado en mi cama a punto de cerrar los ojos, o cuando me hallo sentado en el asiento de un ómnibus en pleno viaje largo de hasta dieciocho, inclusive veintidós horas corridas, a algún lugar distante a donde fui convocado para compartirles mis experiencias como escritor; a veces son imágenes sin sombra que se desmenuzan y cada pedazo empieza a moverse como si una película estuviese iniciando con su proyección solo para que pueda ver yo; en la mayoría de los casos, son escenas muy fuertes de desamparo que me hacen derramar lágrimas en silencio, escenas trágicas de violencia contra la mujer proscrita, contra los niños que son indefensos, hechos de sangre y muchas más de oscura tendencia.

Muchas veces he intentado evitarlas esas proyecciones macabras, mas no he podido y no puedo aún; muchas veces cerré los ojos para no querer ver más aquello, ni aun con eso pude, porque las imágenes en movimiento incluso con los ojos cerrados seguía viéndolos, ¡sigo viéndolos! ¿Será que estoy afrontando un problema psicológico u otra situación en ese lineamiento? ¿Serán traumas de mi infancia que no he podido superarlas? ¿o será que el Dios de la monomanía se hizo dueño de mi mente? Y al encontrarme en esa situación, es que me nace un enorme deseo de tener mi propia fundación para acoger y ayudar a esos niños indefensos y mujeres desamparadas que veo en esas imágenes en movimiento.

Después de todo, me hallo con el fruto íntegro de mis reflexiones, de mis desvelos, hojeándolos con delicadeza y una sonrisa inusitada; al mismo tiempo en que recuerdo lo que me decía mi amada tarde antes que se presentara este fruto de mis trasnoches.

―Mañana es un día especial mi amor, muy importante para ti. ―Me dijo mi amada algo emocionada aquella tarde de verano.

―Es verdad amor mío, pero no hay nada más importante que tú desde que llegaste a mi vida y te casaste conmigo ―le respondí tras un abrazo que nos unió en ternura y dulzura aquella tarde.

―Gracias por decirme esas palabras tan lindas, y por eso te amo, te amo con todas mis fuerzas y te voy a apoyar siempre en todo lo que hagas, tus proyectos de vida son importantes para mí, así como lo soy yo para ti, tú también eres muy importante para mí, y lo que mañana harás, será muy importante como lo eres tú. ―Con esas palabras tan tiernas ella me abrazó y me acarició―. Mañana es la presentación de tu nuevo libro y eso es importante para mí, así como debe ser también para ti.

―Sí amada mía, presento mi nuevo libro, esta vez dedicado a las familias en pos de reflexión y estas no caigan más en errores para con sus seres queridos al leer este libro. Más que una simple presentación, mañana por fin después de tantos años de espera, se hace justicia, y este acto no será efectuado frente a un Tribunal ni jueces que dictaminen sentencia condenatoria para el acusado ni recompensa indemnizatoria para el que fue afectado; sino que la justicia que se hará será a través de las letras escritas con dolor en el alma, lágrimas en el corazón, y su presentación será un simbolismo de justicia divina. El único fin de este libro es encontrar a padres amorosos, a madres luchadoras que darían lo que sea para ver bien a sus hijos.

―Así es amado mío, conozco tu objetivo, siempre has venido trabajando en ese sentido con éste y tus anteriores libros, en pos de unir familias, en pro de recuperar valores humanos que cada día se van perdiendo de manera indirecta.

Mas esa tarde después de una plática que tuvimos como pareja, y el plan para el día siguiente que ya estaba organizado, me dio un profundo sueño, me sentía muy cansado así que fui a recostarme a la cama, cuando mi amada me llamaba.

―Cariño, ¿te encuentras bien?… Te quiero decir algo importante…

No pude responderle a esa pregunta. No me acuerdo más de eso, no sé qué pasó.

 

---***---

 

Comencé a aparecer en lugares distantes aunque muy bien conocidos, lugares donde crecí, en donde los campos primaverales de aquellos días resplandecían de verdor, rodeado de inmensos árboles que se mecían por la fuerza exabrupto del viento, cual se hacía sentir tenebroso con su presencia, y ríos maravillosos que nacían de las montañas allá en la Cordillera del Tunari, cuando Justina, mi esposa amada y mi persona habíamos decidido ir de paseo aquel fin de semana de septiembre; escuchábamos las melodiosas canciones que hacían con sus trinos las aves, al son del sonido de las aguas y el fresco del aire que se convertía en viento recio, cuando ya la tarde se convertía en negra y silenciosa noche.



#3975 en Novela contemporánea
#11060 en Joven Adulto

En el texto hay: familia, amor, dolor

Editado: 13.01.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.