Llevó la cabeza hacia atrás recostándose en el respaldar de la silla, llevaba un par de horas revisando correos e informes, por lo que sentía ligeramente adolorido el cuello, cuando notó la hora se puso de pie estirando su cuerpo para dirigirse hacia el minibar dentro de la oficina, de donde tomó una bebida hidratante a la que le dio un gran sorbo sintiendo el rápido y positivo efecto que tuvo en su cuerpo.
Sin dudarlo se acercó a la amplia ventana, cuyas cortinas corridas le daban una bonita vista de la ciudad, pero solo acarició despacio los pétalos abiertos de los lirios enormes y blancos que han llegado en la mañana y para ese entonces ya tenían perfumada toda la oficina.
Esperaba que Salomé y Enrico regresarán de una presentación rápida que tenían con el director de la empresa Grivaal, envió a Enrico con la intención de que verificará si realmente la intuición de ambos no ha fallado, pero sobre todo si valía la pena tomar a la misma como sus clientes, después de todo Emma no quería gastar recursos y tiempo en empresas que no fueran funcionales o seguras.
Revisó una vez más la hora, esperaba que sus compañeros de trabajo regresarán pronto porque después de escucharlos se retiraría a su casa, al final de cuenta tiene una cita que la ha mantenido nerviosa y dibujando débiles sonrisas durante el día, imaginando todo lo bueno y positivo que podría suceder esta noche, donde está segura no iba a regresar a casa, o al menos no lo haría en una hora decente.
Su madre ya ha asegurado que no tenía problemas en cuidar de Diane y Alice incluso ha indicado que llegará para la cena con Calvin para pasar tiempo con su chiquilla, ya que aparentemente Trevor tiene una cita también con la pequeña Valerie, algo que se está convirtiendo en una bonita tradición en la familia Leets.
Hace una hora había terminado una conversación de casi dos horas con Mia donde las dos se pusieron al día, una vez más la encantadora bombón escuchó los consejos profundos de su amiga, quien, animada por la escritura, ha tomado algunos cursos de psicología que le han ayudado no solo a profundizar la creación de sus personajes, también a aconsejar de manera más profunda y directa a cada una de sus amigas.
Claro que luego se sintió animada cuando recibió una fotografía de Simón mostrándole un amanecer en Grecia, donde ahora mismo se encontraba disfrutando de unas vacaciones con su esposo, celebrando un año más de aniversario y lo último que ha recibido fue una fotografía de la belleza de redondas mejillas y azulados ojos llamada Valentina, la hija de Angela Hackett hermana de Alice, quien tiene viviendo una experiencia única a la super modelo y su esposo.
Al verse rodeada de todos los universos hermosos y casi perfectos que viven sus amigos y familiares de estos Emma de alguna manera se ha ido cuestionando ¿Por qué se dejó estancar tanto tiempo en la duda? Claro que de alguna manera siempre estuvo segura de que el padre de Diane nunca iba a regresar por ella, pero ¿inconscientemente esperaba que sí?
Suspiró tan solo terminándose la bebida, en estos meses el miedo se disparaba en ella, sobre todo porque había como un constante recordatorio en todo lo que la rodeaba de que le ha mentido a su hija de una manera grave, le ha mentido al hombre del que se enamoró y quizás se ha mentido a ella misma justificando sus decisiones con la idea de que lo hacía para protegerse.
El día del padre se tornaba una celebración incómoda para la pelirroja quien solo regresó a su escritorio, pero ya no pudo continuar, tomó la fotografía de su pequeña Diane y frunció los labios pasando saliva.
No estaba segura de en qué momento la chiquilla comenzaría a hacer las preguntas, pero algo en su intuición le dice que eso será muy pronto, ¿Cómo iba a abordarlo? No tenía idea, pero sí de que como le ha dicho a sus amigos y a su madre, quería hablarle con la verdad a Diane, al menos una verdad que ella pudiera comprender, pero sobre todo que no hiriera de ninguna manera el corazón bondadoso y bueno que la niña poseía, porque no existía manera de que Emma se viera como provocadora de un dolor a su pequeña.
Quizás guiada una vez más por esos pensamientos donde a veces se ve sumergida se dirigió hacia el buscador de la computadora y tan solo colocó de forma automática NANO en la barra de búsqueda, en el momento que dio clic, cerró el equipo de golpe, soltando un pesado jadeo tan solo negando con rapidez, para pasar saliva en el momento que tocaron la puerta.
Tomó agua del termo que descansaba en su escritorio y después de dar la indicación abrió de nuevo la laptop cerrando rápidamente la pestaña de la búsqueda, apenas sintiendo el punzón cuando notó de refilón su nombre en la primera opción, pero solo dibujó una sonrisa débil notando la arqueada de ceja de Salomé quien solo frunció levemente el ceño.
—¿Acaso interrumpimos una búsqueda fogosa? —consultó la suelta mujer.
—¿Qué? No, no, no—ella achicó la mirada—está haciendo algo de calor y…
Salomé y Enrico se vieron unos segundos, entonces este dio un paso hacia el lado cuando la pequeña mujer estornudo de manera violenta, recibiendo el pañuelo desechable que Enrico le alcanzó para luego ofrecerle la caja completa.
—Salud—indicó Emma—¿así fuiste a la reunión?
Se puso de pie cuando notó la nariz roja y llorosos ojos en su colega.
—Estornudo como cinco veces y en un momento perdió la voz—respondió Enrico poniendo quejas—y para colmo ni siquiera estaba el jefe guapo del que había hablado, pero si otro de los tres socios, que también era muy guapo, y no le estaba haciendo ojitos a ella.
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Editado: 25.12.2022