—¿Estás de broma?
—No, Isaac, y no te burles. Tampoco puedes decirle nada a Kaia.
—Es difícil ocultarle algo a mi mujer.
—Ella te oculta cosas que le cuenta a Andrea. Tú debes hacer lo mismo en caso nuestro porque eso hacen los amigos. Si te lo conté es porque necesito ayuda.
Mi cuñado suspira.
—Bueno, no diré nada.
—Si le dices algo, dejamos de ser amigos.
—No lo haré. Es que no puedo creer que estén fingiendo tener una relación por cosas del trabajo.
—Fue sin planearlo y las cosas se salieron de las manos.
—¿Cuál es el problema?
—No sé como controlar a Andrea. Es la única mujer que logra descolocarme y tenemos que compartir habitación. Fingir no se me da bien.
Isaac ríe.
—Amigo, tú estás loco por Andrea, lo supe desde que los vi juntos la primera vez. No sé que sucedió entre ustedes en el pasado.
—Nada, simplemente somos polos opuestos y no somos compatibles como pareja. Justo ahora Andrea desordenó la habitación buscando ropa para cambiarse y se metió al baño sin ordenar. Yo odio el desorden. Me contuve para no ponerme a ordenar.
—Eso es lo de menos. Yo también soy desordenado y tu hermana todo lo contrario. Estoy aprendiendo a ser ordenado y ella aprende a relajarse, en especial con nuestra hija.
—Ustedes son pareja real, nosotros somos de mentira.
—Travis, el problema tuyo es que te tomas todo demasiado serio y te estresas cuando no deberías. Te gusta Andrea, no quieres admitirlo, pues aprovecha el momento cuando estén juntos en público y deban fingir. Bésala, abrázala y compórtate como un novio lo haría. Ella no puede pensar que sientes algo sabiendo que deben fingir. Cuando estén solos, enfoca tu mente en otras cosas. Si pudiste guardar tus sentimientos todos estos años…
—Yo no…
—Sí, ya entendí. Te mientes a ti mismo. Está bien. Nada más déjate llevar cuando estén en público y cuando su relación falsa termine, siguen como si nada. Al menos que estés enamorado de ella o ella de ti, no tiene que haber problema.
—¿De verdad crees que debería dejarme llevar en público?
—Sí, así no te estresas tanto y el noviazgo parece real, aunque pienso que deberías decirle a Andrea como te sientes.
—Eso no.
—Bueno, entonces sigue guardando eso y sigue mi consejo. Vaya, nunca creí que daría consejos a alguien sobre chicas. Se siente bien ser el consejero una vez—sonrío—. Y tu hermana acaba de llegar, así que te voy a cortar antes de que me pregunte de que hablaba contigo y me saque información. Suerte.
La llamada finaliza y exhalo un suspiro observando el bosque. Es una bonita vista desde el balcón y el clima es perfecto para hacer una caminata por el bosque, algo que haremos mañana después de desayunar.
Tal vez Isaac tenga razón, debería relajarme y dejar de pensar tanto. Cuando estemos frente a los demás, puedo abrazar y besar a Andrea usando de excusa el compromiso falso, ya una vez que se termine cada uno seguirá con su vida como si nada hubiera pasado. Como dijo mi cuñado, no es que estemos enamorados.
Si he mantenido la atracción que siento por ella oculta durante todos estos años, puedo seguir así.
Volteo con la idea de ingresar en el interior al mismo tiempo que Andrea sale del baño, vestida solo con ropa interior de encaje blanco, la cual resalta sobre su piel morena. Ella se agacha a recoger algo de su maleta y yo trago con fuerza sin poder apartar la vista de su cuerpo. Ella va al gimnasio y el trabajo se nota.
No debería estar observando, sin embargo, ella salió así del baño sabiendo que yo estoy en la habitación también.
Aparto la vista sintiéndome como violador y entro cerrando las puertas del balcón. Ella se sienta en la cama y se coloca medias negras. Nunca me pareció nada tan sensual como ver a Andrea subirse las medias por las piernas.
—¿Te interesa aprender a poner medias? Puedo enseñarte.
—No, estaba pensando en que Gibbs estará pendiente de nosotros y debemos actuar como pareja, así que intentaré ser más espontáneo. Te lo digo para que no te sorprendas si te abrazo o beso delante de los demás—trago con fuerza. Ella se levanta—. No deberías estar en ropa interior delante de mí.
—No se ve nada, es como utilizar traje de baño. Creo que este conjunto tiene más tela que mis trajes de baños—ríe—. No te preocupes, actuaré como si no me sorprendiera que me beses o abraces. Yo haré lo mismo.
—Bien. Iré a ducharme.
Me arrimo a la maleta en busca de la ropa. Por suerte, tengo los conjuntos armados y solo debo agarrarlo.
Entro en el baño sintiéndome como un adolescente hormonal, un adolescente que nunca fui. Siempre tuve mucho control de mis emociones. No obstante, en este momento siento que puedo perderlo en cualquier momento y ese hecho me desconcierta porque soy un hombre adulto con experiencia.
Desearía volver el tiempo atrás y no seguirle el juego a Andrea. Habría buscado la forma de ganarme a Glove de alguna otra forma y estoy seguro de que Andrea habría conseguido lo que quiere sin mí, como siempre suele hacer.