Tamara se mantuvo toda la noche abrazada a Okuda siendo esta la primera en despertar.
-Tamara… eres tan linda mientras duermes- dijo y acaricio la cabeza de Tamara
Okuda se quedó algún tiempo acariciando el cabello de Tamara cuando esta despertó.
-Buenos días Tamara, ¿Cómo te encuentras hoy?-
-Dormí muy bien… quiero decir… bien, estuvo bien-
Okuda soltó a Tamara y ambas se levantaron de la cama al mismo tiempo que entró la madre de Tamara al cuarto de su hija.
-Buenos días… no dijeron nada de que dormirían juntas-
-Perdone…-
-Dime Ada-
-Perdone Ada, fue mi equivocación no decirle, pero como Tamara tiene una herida en el brazo, sería muy problemático si se recuesta en su brazo y las puntadas se abren, así que duermo con ella para evitar que eso pase-
-Valla, eso es un servicio de calidad, bien, si no es por nada más halla de motivos médicos, está bien, el desayuno está listo, prepare unos sándwiches de jamón, espero que no tengas problema con ello Okuda-
-Ese es un buen desayuno, solo nos cambiaremos e iremos-
La madre de Tamara salió de la habitación, Okuda se fue al baño con su uniforme de enfermera y se cambió el pijama por este mientras que Tamara se vestía con una blusa de tirantes y una falda a tablas a la mitad de la pierna.
-¿Por qué usas tu uniforme de enfermera?-
-¿No quieres que lo use?-
-Podrías usar ropa más cómoda, no estas en el hospital-
-Está bien, entonces usare otra cosa-
Okuda tomó una muda de ropa que sacó de una mochila y se dirigió al baño nuevamente, desato su cabello y se quitó su uniforme, vistió unos jeans ajustados y un suéter de manga larga y cuello alto, debajo de este solo su brasier, doblo su uniforme y acomodo el gorro para que no se maltratara y salió del baño.
-¿Así está mejor?-
-Si, está mejor, ahora vayamos a desayunar-
Tamara y Okuda se dirigieron al comedor donde ya había tres platos con tres sándwiches cada uno, además de haber más de estos apartados, Tamara y Okuda se sentaron en la mesa y Okuda lo primero que hizo fue ver el contenido de los sándwiches.
-¿Qué ocurre Okuda?, ¿Eres alérgica a algo?-
-No, revisó que no tengan algo que pueda afectar a la recuperación de Tamara-
-Tranquila, mi esposo era militar, aprendí a cuidar de él cuándo estaba herido, se lo que puede afectar a la cicatrización de heridas-
-Valla, entonces no me preocupare por ello- dijo y tomó el primer bocado- valla, son muy ricos-
-Si…- dijo Tamara y pasó el primer bocado- el pepino es muy fresco-
-Fui a traer todo está misma mañana, también preparare la comida y la cena ya que tú no puedes hacerlo hija-
-Pero yo sí puedo, no se preocupe por eso Ada, yo puedo hacer la comida y la cena-
-Valla, nunca tendré una oportunidad como esta, creo que lo dejare en tus manos-
-Por cierto, Tamara, tu medicina- dijo y sacó de su suéter un frasco del que sacó una pastilla que dio a Tamara
-Esto es…-
-Antibiótico, para tu infección, quiero estar segura de que no regresara-
-Cuidas muy bien de mi hija, tal vez hasta mejor que yo-
-No, nunca lo he hecho y tampoco lo haría, una madre siempre lo será-
-Tienes razón Okuda, me gusta mucho como piensas-
-Estoy muy aburrida- dijo Tamara mientras arrojaba el control de la televisión al sofá
-¿De verdad?, eso fue muy rápido-
-¿Cómo es que no te aburres?-
-Las guardias en los hospitales son así, puedes pasar horas viendo el mismo programa en la televisión esperando a que suene una alarma o que alguien vocee un código en el altavoz-
-¿De verdad?-
-Si, ser enfermera es emocionante a ratos, una vez hubo un accidente de un camión de estudiantes, todas veíamos una novela en la televisión y ya nos habíamos picado cuando llamaron de urgencia, apenas tuvimos cinco minutos para prepararnos y comenzaron a llegar los heridos en grupos y tuvimos cupo lleno esa vez-
-Valla, no quiero ser enfermera-
-Es un trabajo hermoso por ratos, pero la mayoría es una pesadilla, no te lo recomiendo, además, debiste de haber entrado a la escuela de enfermería, no a una de señoritas-
-¿Qué te motivo a ser enfermera?-
-Mi madre, ella quería serlo, pero perdió dos dedos en un accidente automotriz, además de parte de la movilidad en su brazo derecho-
-¿Pero tu querías serlo?-
-¿Yo?, yo quería entrar a bellas artes, ser una gran pintora, pero no se pintar, y por más que quise aprender no lo conseguí, pero en la escuela de enfermería era demasiado buena, entonces toe una decisión, lo que me hacía sentir frustrada por no poderlo hacer aunque me gustara, o lo que me hacía sentir frustrada por que no era lo que quería hacer, escogí la segunda, y me gradué con honores por así decirlo, y ahora ya solo me faltan diez años para jubilarme-
-Valla, espero nunca verme en esa situación-
-No se lo deseo ni a mi peor… bueno, a ella le he deseado cosas peores, pero a ti no te lo deseo-
-Gracias… pero… cuéntame más de las emergencias en el hospital-
-Bueno, recuerdo una vez que estábamos viendo una película en la sala de espera, todas las enfermeras nos habíamos picado y pronto una alarma comenzó a sonar, cinco pacientes habían entrado en paro respiratorio al mismo tiempo, éramos quince enfermeras y solo había tres doctores, puedes ver a todas las enfermeras dividiéndose y a los doctores yendo de una sala a otra, entre toda la conmoción luego vimos solo a dos doctores, adivina donde estaba el tercero-
-¿Durmiendo?-
-No, había inyectado drogas en los sueros de cinco pacientes, que les causo paros respiratorios al mismo tiempo, hasta el día de hoy lo buscan por sabotaje e intento de homicidio-
-¿Qué paso con los cinco pacientes?-
-Están bien, hicimos un buen trabajo como enfermeras… bueno, técnicamente, algunas la hicimos de doctoras, nos dijeron que o los matábamos nosotras o se morían solos, y bueno, salvamos a todos-