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Derek
Solté un quejido cuando sentí un rayo de sol cayendo sobre mi rostro provocando que me cubriera con aquella cobija para descansar apropiadamente después de sentirme mareado y adolorido de la cabeza, comienzo a pensar que fue una pésima idea haber ingerido alcohol la noche anterior.
Me quedé mirando hacia mi lado derecho e intenté mantener un equilibrio, mientras me sujetaba de la cama al sentir una sensación de caída. Ahora comprendo el por qué deje el consumo de alcohol, nunca volveré a tomar de esa manera debido al impacto a mi organismo.
A mis espaldas escuchó el rechinido de una puerta abriéndose debe ser Rachel a darme un sermón de las consecuencias y del nuevo contenido de su blog donde soy su nueva víctima.
—¿Señor Ashford? ¿se encuentra bien? —preguntó la señorita Carter
¿Qué pasó anoche? Sin poder recordar nada finjo que continúo dormido descansado de la resaca que tengo. Escuche el sonido de un vaso de vidrio golpeando ligeramente una mesa y posteriormente un frasco de medicamento debe ser un kit de resaca que venden en las farmacias.
—Espero que este descansando —replicó Sasha
La joven salió de aquella habitación dejándome recostado sobre la cama. Por segunda ocasión, intentó mover mi cuerpo y aparece el mareo en menor intensidad solamente es cuestión de tiempo en que los efectos secundarios vayan desapareciendo.
Borrosamente me quedo mirando un punto fijo para evitar complicar mis síntomas y me percato de un portaretrato con una fotografía donde estaba la señorita Carter acompañada por Jonathan Ross en una playa turística de México ¿tuvo un romance con Jonathan? No me lo imagino teniendo una relación heterosexual con Sasha después de todos los rumores circulados gracias a mi querida hermana.
Poco a poco el mareo desaparece permitiendo levantarme de aquella cama y beber un sorbo de agua para tomarme las pastillas que mágicamente quitaran el dolor de cabeza que tengo.
Este incidente será un pretexto para no salir de fiesta con mis amigos en una larga temporada y alejándome un poco de ese mundo sociable. No es que me desagrade la idea de convivir con los muchachos de la facultad sino a veces no comparto sus opiniones acerca de la vida.
Escapo de mi zona de confort para percatarme que me halló en la habitación de la señorita Carter al notar las prendas femeninas y la decoración, ¿Cómo termine durmiendo aquí? Eso no es lo fundamental sino la preocupación que debe tener mi padre retiró lo dicho nadie me echaba de menos solamente Maite solía llamarme a cualquier hora del día cuando no tenía novedades mias.
Vuelvo a hacer un intento de levantarme para regresar a de padre antes de recibir un regaño tras no haber avisado que pasaría la noche fuera, aunque sea mayor de edad debo tener un respeto hacia mis mayores y todavía no he conseguido el privilegio de adquirir una casa para mi solo.
Logré mi objetivo con un ligero mareo. Me agarro del mueble ubicado a lado de la cama y caigo de espaldas encima del colchón causando que la señorita Carter ingrese a su habitación con una expresión de preocupación en su rostro al verme en una posición bastante extraña.
—¿Está bien? —preguntó Carter
—No —respondí, con sinceridad
Todo me da vueltos cómo en el juego de las sillas voladoras en un parque temático. Por otro lado, Sasha me ayuda a levantarme de la cama y a recostarme por segunda ocasión.
—No debes levantarte repentinamente —comentó Sasha—, tienes que guardar reposo hasta que te recuperes de la resaca.
La señorita Carter se veía preocupada por mi estado de salud en estos momentos ¿será que anoche estuve grave? Posiblemente sea así porque hubiese despertado en mi habitación.
—¿Bebí demasiado? —pregunté
La joven suspiró.
—Eso es obvio —respondió—. La noche anterior no dejabas de pedir tequila y whiskey hasta que detuve tu consumo cuando te vi riendo sin sentido.
Una vergüenza sentía pensar que Sasha vio un lado oscuro de mí que siempre ocultó de las personas que me rodean para evitar crear una controversia. Lo bueno es que no menciona nada sobre su aspecto físico porque sería un grave problema en nuestra relación de abogado-cliente.
—Que pena —dije
Ella se rió.
—Pero, fue bueno que se divirtiera —argumentó—. Pensaba que eras un abuelo en todos los aspectos.
Solté una carcajada.
—No lo soy —repliqué—, y agradezco su ayuda en esa noche porque no sabría que hubiese pasado conmigo.
—No debe de agradecerme debería ser yo, quien aprecie todo su trabajo hasta el momento —dijo—. Antes de ponernos sentimentales, ¿no le gustaría comer algo?
No puedo volverme una carga para la señorita Carter después de haberle ocasionado problemas por haberme emborrachado de esa forma y posiblemente cometí un error en acosarla porque eso puedo percibir de su mirada tímida hacía mi.
—Sería un honor probar su comida —dije
Ella se sonrió.