Capítulo 24

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Sasha

La salida de Derek me ayudó a aclarar las dudas sobre el caso del delito no cometido y conocer el motivo de su desaparición temporalmente, me causó un dolor en el corazón al saber que destruí una relación estable donde dos personas se amaban intensamente sin importarle las opiniones de sus familias, pero su relación se vió afectada por los chismes creados de una persona malvada que solo se volvió egoísta con la sociedad.

El visitar un restaurante reconocido en la ciudad provocó un recuerdo del pasado cuando tenía las citas románticas con Jonathan Ross, solíamos frecuentar los lugares de un elevado costo sin darle importancia al precio porque solamente buscamos divertirnos y pasar tiempo de calidad juntos, olvidando todos los problemas que teníamos en casa.

Jonathan pasaba por un bache emocional después de haber perdido a su novio y yo estaba destruido por el abandono de papá tras haber contraído matrimonio con una mujer mexicana; comprendo que soy lo suficiente adulto para defenderme en esta jodida vida, pero necesitaba a papá para consultarle y apoyarme cuando lo necesitara. 

Fue complicado aceptar la idea de estar solo en las dificultades de la vida, anteriormente lograba platicarle a Deborah mis conflictos personales ante esta sociedad que solo me criticaba por el padecimiento tenido, a veces las personas solemos hacer comentarios que pueden dañar a otros intencionalmente o sin percatarnos.

Limpio delicadamente el lagrimal de mi ojo derecho y concentró toda la atención en atender a los clientes de El Dorado, después de haber recibido la invitación a una comida elegante y caminar por un parque cercano, Derek decidió traerme al trabajo al percatarnos que era casi mi hora de entrada.

Tenía tiempo sin disfrutar un paseo en esta ciudad con una persona que fuera amable conmigo; pensaba que nadie volvería a ser amable y cariñoso conmigo después del infierno que he vivido en estos años.

—Señorita Carter, ¿cómo ha estado? —saludó Sebastián

Muestro una sonrisa porque el cliente no tiene la culpa de mis problemas personales, además una regla importante en los trabajos: no debemos llevar los problemas a la empresa porque puede afectar la calidad del servicio ofrecido.

—Sebastián, es un placer verte de nuevo por aquí —repliqué—, ¿hablaste con Jonathan? o ¿tienen problemas?

Soy un idiota en preguntar sobre Jonathan. El muchacho tendrá una mala imagen de mi persona creyendo que le robaré a su novio cuando solamente me interesa su felicidad después de todo, termine con Jonathan para darle esta bonita oportunidad a Sebastián.

—Todo está bien con Jonathan —dijo el muchacho

—Me alegro de saberlo —repliqué—. ¿Te gustaría una bebida?, es una cortesía de la casa.

Sebastián río.

—No, gracias —dijo—. Solo traigo a mi hermano para pedirte disculpas por la pelea aquella noche.

¿Hermano? Escuché por medio de Fanny, la historia familiar de Sebastián cuando nos reunimos en su apartamento para celebrar su compromiso con Daniel, fue una reunión que me arrepiento de asistir porque tuve que cargar con un Santiago ebrio a fin de llenar un vacío en su interior.

—¿Tienes un hermano? —cuestioné

—Bueno, es cómo un hermano, pero es solo un amigo que estimo mucho —respondió Sebastián

Hago una mueca.

No recuerdo haber peleado con un cliente noches anteriores, posiblemente sucedió en el turno de Alexandra o Bruno, ellos tienen problemas con cada borracho que entra al lugar para molestar a las mujeres que se encuentran disfrutando una salida nocturna con sus amigas.

Sebastián busca entre la multitud a su querido y honorable amigo que se ha dignado a pedir una disculpas, no recuerdo que el muchacho tenga amistades dedicadas a disfrutar las salidas nocturnas, ya que, Fanny asegura que su hijastro es apasionado por buena serie en las plataformas digitales y evita frecuentar las salidas donde requiere consumir cualquier embriagante.

—¡Por aquí! —grita Sebastián, y sacude los brazos para captar la atención de su amigo—. ¡Hey, le voy a llamar a mamá!

A lo lejos observó a un muchacho bastante conocido que he visto frecuentar el antro y muestra una actitud violenta cuando no acatas su petición de servirle bebidas embriagantes. Conforme se acerca hacia la barra me percató que se trata de cierta persona con rasgos tóxicos, no capto la idea de que sea “hermano” de Sebastián porque César no tiene nada bueno que ofrecerle a la sociedad solo trae problemas con su situación actual.

Y eliminó el recuerdo de mi cabeza para no repetir la historia pensando en que, tengo un amigo ciegamente enamorado de una persona con adicciones que solamente busca su perdición.

—No son necesarias las amenazas de llamarle a mi mamá —se queja César

—Lo tomaré en cuenta —replicó Sebastián, pacíficamente—. Ahora a lo que hemos venido a visitar a la señorita Carter.

Vaya, aún engaño a un heterosexual que intenta adentrarse hacia el mundo de la diversidad, una vez que entras jamás vuelves a salir al aceptarte cómo en verdad eres. Obviamente, Sebastián y César no se han percatado del hecho que soy un hombre que aparenta ser una mujer, pero algún día seré sincero con el par.