Ángela miró a la chica desde el suelo amordazada y con la boca amarrada con un pañuelo, se acababa de despertar algo débil y con un sabor amargo en su paladar.
—No te preocupes le dije que no te podemos hacer daño, solo queremos el dinero que vamos a pedir —Dijo ella mirando a su amiga en una esquina, Ángela empezó a llorar silenciosamente porque el amarre que tenía en su boca no le permitía hacer ruido—. Nadie te va a escuchar Ángela, estamos en un callejón al final. En serio, ya deja de llorar. No te haremos nada.
Alguien entró a la casa cerrando la puerta al instante, Ángela empezó a temblar cuando vio aquella persona, se había despertado hacia unos minutos confundida, ya que, al llegar al carro cuando ella se la llevó alguien le puso un pañuelo en la nariz y boca que le hizo tener sueño, pero nunca se imaginó que esa persona era este hombre.
—Luis tardaste demasiado, tengo hambre —Adalia tomó la funda que él había traído, este se acercó hacia Ángela mirándola fijamente.
—Hola, ya estás despierta —Intentó tocar su rostro, pero Ángela giró su cabeza a otro lado rompiendo en llanto.
—Quítale eso de la boca —Dijo Adalia mientras terminaba de comer.
—No se puede.
—Los vecinos están muy lejos de aquí Luis —Dijo ella, Adalia se levantó de dónde estaba y le quitó el amarre de la boca.
—Por favor Adalia, sácame de aquí. Por favor.
—Cállate! —Gritó Luis—. Vez! Por eso te dije que no se lo quite.
—Ya pide el dinero, Luis, llama a la casa —Dijo Adalia, Luis volvió amordazar la boca de Ángela con brusquedad—. No la puedes amordazar hasta que no te dé el número de su novio.
—Adalia eres estúpida hay que esperar, tenemos que esperar a que pasen veinticuatro horas así la policía nos pierde el rastro por completo —Luis miró hacia Ángela y la tapó con una colcha que había comprado. Ángela negó con la cabeza sin mirarlo—. Vete y vuelve mañana.
—No, no puedo. Ella no te tiene confianza, me quedaré hasta mañana.
—Adalia vete, ella no confiara en ti tampoco desde ahora en adelante, recuerdas que fuiste tú qué la trajiste hasta aquí, ah por cierto, tráeme balas, la única que tenía la gastaste.
—Bueno, ¿qué querías que hiciera? de esa manera fue que logré abril el paso.
—Vete, compra balas en el punto, ellos venden. Y la traes mañana.
—Luis, no la puedes tocar —Ángela que estaba algo calmada pegada a la pared de su esquina empezó a llorar, con gemidos que a cualquiera le partiría el corazón—. Ese es el trato, solo queremos el dinero. A ella no le hagas daño más de lo que ya le hiciste una vez.
Ángela empezó a negar con la cabeza en medios de llantos cuando Adalia abrió la puerta para irse, pero está solo la miró por última vez y se fue.
El detective Contreras miró el expediente de Adalia por última vez, intentando buscar un pasado que la uniera a este tipo de delito, pero no había ninguno; de hecho no estaba registrada en el sistema policíaco, eso quiere decir que nunca a cometido un delito ni siquiera de menor.
—¿Es su amiga? —Cuestionó el detective poniendo el documento en la mesa.
—¿Lo era? No creo que una persona que te ponga en esas condiciones sea tu amiga —Comentó la madre de Ángela absorbiendo por la nariz, la noticia le había caído muy mal y la tuvieron que ingresar para ponerle un tranquilizante, pero por suerte ya estaba en casa a salvo.
—En la camara de seguridad se ve que ella saca el arma cuando ellas llegan a mitad de camino, obligando a Ángela caminar más deprisa; al llegar al control, apunta a Ángela en la cienes amenazando al seguridad, pero cuando Adalia se percata de que Braulio nuestro seguridad está armado le dispara en el hombro,ha Sido también lo que ha dicho Braulio. Realmente no creo que quería matarlo, aquí se ve que ella camina con Ángela hacia él y en la cercanía le dispara para quitarle el arma. Ven, se acercó a él para darle el disparo por eso la bala salió del otro lado. Luego sigue y le pide Ángela que haga una maniobra, testimonio de Braulio, lo hizo para abrir la entrada y allí la obliga a entrar en el auto, Braulio dice que no sabe si había otra persona porque no logró levantarse del suelo, ahí la perdemos. No sabemos si ella estaba acompañada, pero lo más probable es que sí —Termino de explicar Gabriel a todos los agentes que estaba en la casa, a algunos se les encomendó irse a diferentes partes de la autopista para ver si daban con el honda Civic, pero ninguno había tenido éxito—. Que no hayamos tenido éxito con el carro significa que está cerca de aquí de la ciudad, pero solo hay que buscar cautelosamente, ya las noticias le están dando con eso y quizás ellos piensan que nosotros no tenemos idea de dónde estén, pero vamos! que no salió tan lejos ese Civic.
—Una persona anónima dió un avistamiento del Civic en un barrio cerca de este lado, Creemos que podría estar ahí —Habló Rafael leyendo un mensaje en el celular—. Ellos están en el barrio.
—¿Adalia se llevó el arma de Braulio? —Cuestionó Nikolais.
—Sí, la que ella tenía y la de Braulio. Ahora está doble armada.
—Ese barrio es muy grande, que tal si esperamos a que ellos pida rescate seguro lo hizo con esa intención —Comentó el detective.
—Pero pueden empezar a buscar —Dijo Nikolais con los brazos cruzados.
—Los oficiales harán eso, pero en las noches, de día no podemos arriesgar a qué, si están ahí se puedan ir lejos.
—Pero acabas de decir que el barrio es grande.
—El barrio es grande, pero las personas son unidas normalmente cosas así se riegan cómo la pólvora, pensaran que están buscando algún delincuente y comenzarán alzar la voz con la noticia. A la gente no le gusta los policías. Si quieren dinero llamarán en cualquier momento, si es eso que quieren.
—¿Que más querría Adalia? —Cuestionó Nikolais.
—Al menos que esté con Luis, Luis quiere a Ángela —Dijo Gabriel cruzándose de brazos.
—No, cómo podría unirse a una persona como esa.
#2387 en Novela contemporánea
drama amor humor, amor odio romance pasion, realeza futuro romance secretos
Editado: 10.08.2022