Eider POV.
No puedo creer que de verdad voy a hacerlo.
Acomodo mi saco por séptima vez y me doy un vistazo rápido en el espejo, luzco como uno de esos idiotas a los que me gustaba criticar.
Quizá es porque me estoy volviendo uno de ellos.
Mi celular suena, es un mensaje de Nina diciendo que está por llegar, respiro profundo recordándome cuál es el punto de todo esto.
Es Olivia, es por ella.
Bajo las escaleras intentando no hacer ruido, no quiero encontrarme a nadie antes de salir de casa, pero, como ha pasado últimamente, la suerte no está de mi lado.
─Eider, cariño, ¿saldrás a alguna parte?─mi madre se acerca a mí, aunque no lo suficiente como para llegar a tocarme.
─Si, y llegaré tarde, así que será mejor que no me esperes, mamá─ella hace una mueca.
─Pero, ¿a dónde irás?
─A la gala de los Winship─mamá sonríe genuinamente.
─¿Pasarás a por Liv entonces?─niego con la cabeza.
─Olivia no es mi cita de esta noche y agradecería que dejaran de asumirlo─mi celular timbra nuevamente en el bolsillo interior de mi saco─, Nina esta aquí, mamá, te veo luego.
─¿Nina? ¿Nina Heller?─mi mandibula se tensa al oír la voz de Kendall desde la parte superior de las escaleras─, ¿irás a la gala con Nina?
─Kendall, sinceramente...
─No, no tienes derecho a decir nada─baja hasta llegar a mi lado y empieza a señalarme con su dedo indice de forma amenazante─, sabes muy bien que Olivia la odia─sus ojos se abren como si acabara de comprenderlo todo, y sus siguientes palabras me lo confirman─, es eso, ¿verdad? ¿quieres que te vea con ella para hacerla sufrir?─los colores suben hasta su rostro. Está realmente enojada─, Liv no te hizo nada, Eider, deja de comportarte como un idiota con ella, la estás matando.
Sube de nuevo a su habitación y mi madre y yo somos capaces de oír el portazo en su habitación.
─Deberías decírselos, Eider, no me agrada que se la pasen peleando por algo que no es tu culpa, hijo─suspiro y le sonrío antes de acercarla a mí para abrazarla.
─Ya se le pasará, mamá─ella asiente un poco insegura─, debo irme, no creo que Nina sea una persona especialmente paciente.
Y cuando al fin llego a la limusina me doy cuenta de que no estoy equivocado.
─Dos minutos tarde, Sheppard, ¿no leíste mi mensaje?─la voz de Heller me taladra la cabeza.
─Si, lo lamento─intento sonreírle, pero lo único que logro es esbozar una mueca bastante rara.
No hablamos más durante el trayecto y, en cierto modo, lo agradezco. Nina no es mi persona favorita en el mundo, a juzgar por su rostro al verme sé que la aversión es mutua, pero al parecer puede superar ir a un evento tan importante como este con un "nuevo rico" si eso le garantiza que molestará a Liv.
Tardamos media hora en hacer aparición en el lugar, a pesar de mis quejas, Heller insiste en pasarnos frente a los fotógrafos. Tengo que parpadear un poco una vez que nos hemos apartado de ellos porque siento que los flashes me han dejado ciego durante algunos momentos.
─Esta tiene que ser la mejor actuación de tu vida.
─Lo sé─digo con aburrimiento.
─No tú, hablo de mí─ruedo los ojos─, Carson se molestará tanto al verme contigo─la forma en la que pronuncia el apellido de Olivia hace que cada fibra dentro de mí se remueva.
Antes de entrar, Nina toma mi mano, tengo que contener el impulso de hacerla a un lado.
La siento antes de verla, mi corazón comienza a latir con fuerza y es cuando levanto la mirada que la encuentro. Olivia está usando un vestido borgoña que la hace lucir espectacular, aunque no es su vestimenta lo que me hace querer fruncir el ceño por supuesto.
Reconozco el chico a su lado, lo vi en su casa unos días antes cuando fui a buscar a Mel.
¿Por qué están agarrados de la mano de todas formas?
Cuando sus ojos marrones se topan con los míos hago mi mejor cara de indiferencia. Por la forma en que su rostro comienza a perder color sé que mi plan principal ha funcionado.
Nina me da un leve apretón de manos antes de jalarme hacia donde está Liv.
─Olivia, que bueno verte aquí, creí que no saldrías de tu casa después de todo lo que has tenido que pasar─su mano libre se eleva y acaricia el pelo de Olivia con falso afecto, aprieto un poco la mandibula y, por segunda vez tengo que reprimir el impulso de apartarla de ella─, pobrecilla, la chica Carson siempre necesitando de un caballero para defenderla─las facciones en el rostro de Liv se endurecen, pero lo que llama más mi atención es la forma en que el chico a su lado forma un puño con su mano─, lo que me recuerda que no hemos tenido el gusto de ser presentados.
─Mi nombre es Cole Ludvigsen─¿Ludvigsen? ¿como la familia real de Dinamarca?─, y la verdad es que no me interesa saber cuál es el tuyo─dice antes de mirar a Liv con una sonrisa torcida. No puedo decir que me agrada como la mira, pero al menos ha hecho algo sutil para defenderla─, ¿quieres bailar?