KAROL
Desde ya comienza la supuesta semana de vacaciones de mamá, y la semana en la que por primera vez en mi vida tendré un niñero y seré “cuidada por él”.
Camino hasta la cocina para hacerme una malteada de chocolate y aprovecho para detallar disimuladamente a mi niñero, quien está sentado en uno de los sillones de la sala, según yo, dibujando. Debo decir que no se ve ni viejo ni joven. Le pondría unos ¿20 quizá?
Busco la leche y el chocolate en polvo. Los dejo en el mesón de la cocina y conecto la licuadora.
Me pongo de puntitas para poder abrir la puerta del estante donde se encuentra mi vaso favorito.
Logro hacerlo pero, noto que no está donde siempre ha ido. Esta vez, lo localizo una repisa más arriba de lo habitual.
Hago los mil y un intentos. Salto e intento subirme al mesón, obviamente no lográndolo.
Estaba por rendirme cuando sentí a alguien detrás de mí. Es Nicholas. Él acaba de agarrar el vaso sin problemas.
-Ya iba a alcanzarlo –digo dejando que mi orgullo hable por mí
-Ujum –dice logrando que no pueda aguantar la risa
-Gracias –digo rodeándolo con mis brazos
-De nada, señorita *me mira a los ojos*
-Llámame Karol ¿Sí? No es que no me guste, ni nada de e- *me interrumpe*
-Está bien, Karol –dice retirándose
Preparo una jarra de mi bebida achocolatada y tomo otro vaso de la primera repisa del estante.
Lleno ambos vasos y me dirijo a la sala para darle el segundo a mi niñero.
-Ten –digo extendiéndole el vaso
-Gracias –dice agarrándolo y dándole un sorbo- Está deliciosa
Bebe más del chocolate y la espuma de éste llena sus labios. Lo señalo, él se da cuenta rápido y los relame.
Ver eso, causó que me sonrojara, mas una sensación que no puedo explicar a detalle.
Intento irme del lugar sin que lo note pero es más que imposible. Me vio, y sorpresivamente se sonrojó al igual que yo.
Subo las escaleras a todo motor y al pasar a mi habitación, cierro la puerta de golpe y me lanzo a la cama sin saber qué rayos es lo que me está pasando.
Dioss, ¿Qué me hizo el niñero?
Entre hipótesis e hipótesis, puedo escuchar que mi teléfono ha estado sonando como loco.
¡ES MI AMADO KAY!
Velozmente contesto su vídeo llamada y lloro de la alegría.
-¡Kay! ¡Hermano de mi corazón! ¿Cómo has estado?
-Súper bien y feliz. Pero te extraño –dice haciendo puchero
-Y yo a ti *sonrío triste* Mamá me dijo que hace un tiempo habías vendido tu apartamento para comprar uno con mejor ubicación ¿cómo te ha ido con ello?
-Precisamente de eso iba a hablarte. ¡Estoy en él! ¡Compré el apartamento, mi pulga! –Dice mostrándome una gran ventana panorámica que deja a la vista el hermoso y magnífico atardecer
-¡Lo lograste! ¡No sabes cuánto me alegro! Muero por visitarte
-Y yo por tenerte aquí, pulga mía. ¿Qué cuentas?
-Como ya sabes, mamá se fue de vacaciones a casa de sus comadres. Iba a quedarme sola pero contrató un niñero para que me cuidara ¿Puedes creerlo?
-*se ríe a carcajadas* Mamá cruzó el límite
-Seh *ruedo los ojos* *se me escapa un pensamiento* Al menos el niñero es sexy
-¿¡QUÉ DIJISTE!?
-N-nada –digo sonrojándome un poco
-¡Pulga muérgana! Ya hasta le echaste el ojo al niñero *se ríe*
-*me rio también* Algún día te lo presentaré
-¿Qué quieres decir con eso? –Pregunta serio
-¿Qué es lo que insinúas? -Pregunto
-¿YO? Nada. Sólo decía *se hace el desentendido*
-*Lo remedo*
-Extrañaba un montón hablar contigo, mi pulga *sonríe*
-Yo más –digo sonriendo también
-No quiero pero debo irme. Tengo que preparar la cena –dice un poco disgustado por ello
-Pronto iré a visitarte. Buen provecho. Adiós, Kay –digo despidiéndome con la mano
-Te esperaré hasta entonces. Gracias, igual para ti. Adiós, mi pulga –dice lanzando besos a la pantalla y colgando la llamada
Me siento tan feliz por Kay. Ya se ha independizado por completo.
Lo mejor de todo es que su nuevo departamento está más cerca. Relativamente al lado de la casa de los Davidson.
Pongo mis pies en el suelo para cambiarme. Abro las gavetas de la peinadora y tomo mi pijama preferida, ésta consiste en un short y una franelilla.
Hace mucho calor, por ello, es perfecta para esta ocasión.
De repente, escucho un estruendo en la cocina. Lo primero que pasa por mi mente es Nicholas.
Así como vine hace rato, bajo a ver qué es lo que pasó.
-¿Nicholas? ¿Estás ahí? ¿Qué fue ese estruendo? –Pregunto entrando a la cocina
Observo la esquina del mesón y me acerco hasta ella. Veo que sacó varias cosas de la nevera y despensa para preparar la cena. También, lo que causó el escándalo; unas ollas tiradas en el suelo.
Me asusto y doy un brinco. Alguien me acorrala en la esquina del mesón colocando una mano en cada lado, mientras miraba el lavaplatos.
Volteo y quedó frente a frente con Nicholas. Él ríe y yo casi fallezco de un paro cardiaco.
-¡Casi me da un infarto! –Grito dándole puños en el pecho, causando más de sus carcajadas las cuales no sé por qué pero hacen que me estremezca
-Me matarás del dolor –dice entre risas tomando mis manos
-S-suéltame –digo mirando sus verdes y hechizantes ojos- *Me suelta* Qué maravilla de niñero me gasto (sarcasmo) En lugar de cuidarme, intenta que se me estalle el corazón *Salgo de la cocina*
-¡Qué exageración! –dice mirándome y acercándose a donde estoy
-¡Me asustaste! –Digo cruzándome de brazos