Del otro lado del andén

VI

Una realidad a tu lado

Día n° 6

Tal vez, noble caballero, le he guiado por un camino erróneo. Le juro que lo que menos quiero es ilusionar a su grandiosa persona pero simples palabras muchas veces no funcionan. Quiero permitirle ir en mi rescate sin embargo estoy a sólo siete pasos de que la felicidad esté a mi alcance.

La pregunta es ¿podrá usted acompañarme?

La verdad es que poco podía entender aquel mensaje, pero al fin del mundo sentí que podía ir si en tu búsqueda iba. Si tú me decías que de la mano te guiara, galaxias enteras podía recorrer a tu lado. 

Si se trataba de ti, la más tonta fantasía podía ser capaz de cumplir.

Pero la sincera verdad era que anhelaba demasiado vivir la realidad contigo, de beber un café en tu compañía, de apoyar mi mano en la tuya,  de hacerte reír hasta que las lágrimas escaparan de tus ojos.

Hasta que un día tú me dejaras ser lo que encontraras luego de dar esos siete pasos a los que te referías.

Quería hacerte saber que yo podía ser todo lo que necesitabas para ser feliz.

Querida doncella, debo decirte que en poco tiempo mi corazón has conquistado sin poder estar seguro si quiera si yo he podido hacer algo de ello en el tuyo. Que te quede claro reina mía, Sol de mi día, calor de mi alma, que aunque apresurado me sientas dejaría que dirijas mi caminar a ciegas, por lo que si de acompañarte hablamos, hasta la misma luna si lo indicas, vamos.

 




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