Punta Dorada, marzo 2013
Los quince días antes de la boda de Nino, habían sido muy desagradables para Giulio, pues acostumbrado como estaba a ser el centro de atención de su familia, ver que era desplazado por Nino incluso ante Kelly, le había sentado muy mal. Sin embargo, se sumergió en el trabajo y tuvo el buen juicio de no mencionar nada con respecto a sus propios planes de boda, por supuesto esto había requerido de la ayuda de Fredo y Luciano, pero lo había conseguido. No obstante, no pensaba esperar más, y al día siguiente de la boda de Nino y Ana, tenía pensado hacer su propio anuncio, pero sin duda los ángeles de la guarda de este caballero debieron trabajar horas extra, pues antes de decirlo, decidió hablar con Damila, algo que si bien lo lanzaría a un abismo de desesperación, le ahorraría el ver su orgullo herido, públicamente.
Damila estaba conversando con Angélica que aun estaba muy preocupada por su nieto debido a que a las mujeres no se les había informado, sino que el chico estaba bien y nada más, pero a pesar de que ya estaba de vuelta, y aunque Ignacio no parecía dispuesto a castigarlo, ella seguía preocupada, de manera que Damila hacía su mejor esfuerzo por calmarla cuando fueron interrumpidas por Giulio.
Angélica acarició los cabellos de Damila y abandonó el salón mientras que Giulio ocupaba el lugar que ella acababa de dejar.
Si un minuto antes Damila lucía confundida, ahora era Giulio quien lo estaba, pues por qué, no era exactamente la pregunta que habría esperado que ella le hiciese, y de hecho de haber esperado algo, en todo caso habría sido que se interesase en una fecha.
Las únicas explicaciones que había dado Giulio en su vida, eran las relativas al trabajo y eso solo si le parecía conveniente o si necesitaba la asesoría de Ángelo en alguna materia especialmente importante, de manera que Damila lo estaba colocando en una posición muy incómoda al pedirle una explicación, en primer lugar por lo anterior, y en segundo, porque en su opinión, era algo que no necesitaba explicación, pero mientras su cerebro procesaba todo esto, Damila había cambiado de expresión y sacado sus propias conclusiones.
Aunque no había nada más alejado de los pensamientos de Giulio, su expresión debió ser épica y Damila la interpretó de la forma más equivocada posible, pues pensó que había acertado con los posibles motivos de Giulio para tanta prisa.
Dicho esto le dio la espalda y corrió fuera del salón dejando a Giulio al borde de un muy temprano ataque cardíaco. Damila había corrido chocando de frente con Dinka, que venía hablando con Piero que regresaba de comer.
Piero había notado lo que Dinka no, y era que Damila no parecía estar viendo ni escuchando nada, así que apartó a su compañero y la sujetó.
Ciertamente Gianpaolo había escuchado, pero tanto él como Fredo estaban haciéndole la vida miserable a un grupo de compañeros que montaban guardia en el otro extremo de la casa, y aunque correrían a todo lo que daban, no llegarían a tiempo, porque Damila no fue hacia el jardín como Piero había pensado, sino que enfiló hacia el aparcamiento.
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Editado: 24.04.2022