Nene se alegró cuando Kallen finalmente se retiró. Claro que no le agradaba ver a esa chica caminando y contoneándose con el cuerpo cubierto por la ropa de Lelouch. Tuvieron que cerrar todas las cortinas para evitar ver el desastre en la Ashford Academy. Podían escuchar las sirenas de los autos del cuerpo de bomberos y los chorros de agua a presión con los que intentaban controlar el incendio. Nunally no quería separarse de su hermano, Nene tuvo que hacer un esfuerzo para ignorarla olímpicamente cuando avanzó a grandes zancadas hasta el muchacho y lo miró con auténtico odio. Levantó una mano y le asestó una fuerte bofetada.
El golpe resonó en las cuatro paredes de la habitación. Nunally hizo retroceder su silla y esbozó una mueca de angustia mientras Sayoko la conducía al pasillo. Lelouch ni siquiera se inmutó cuando sintió enrojecer su mejilla. Se mostraba apacible, pero en sus ojos brillaba la culpa. Parecía intentar hacer armonía perfecta con las lágrimas que brotaban de los ojos de Nene.
—¿Viste a Shirley cuando…?
—¡Pues claro que lo vi! —exclamó Nene enfurecida y con voz aguda—. ¡Y vi lo cariñosa que Fenette estaba contigo cuando te despedías de ella!
—Nene, yo…
—¡Podías haberla rechazado! —Seguía diciendo ella, el llanto le quebraba la voz y podía sentir un vacío en el pecho—. ¡Pero no lo hiciste!
—Si piensas que le devolví el beso, te juro que…
—¡No digas nada, Lamperouge! —le espetó ella—. ¡¿Y dónde estabas cuando caí de Sparrowmon?! ¡¿Por qué no me atrapaste?! ¡¿Creíste que no me importaría caer en los brazos de Suzaku Kururugi, a sabiendas de que tú estabas besuqueándote con Shirley Fenette?!
—¡Yo te amo, Nene!
Los estridentes reclamos de la chica se apagaron en cuando el muchacho exclamó aquellas palabras. Tomó los brazos de la chica para evitar que ella escapara, afortunadamente no fue así, y siguió hablando para sacar todas esas palabras que jamás se había atrevido a decir:
—¡Estuve pensando en ti todo el tiempo! Sé que no podía evitar que pelearas, no me habrías escuchado si te hubiera ordenado que te ocultaras. Tienes que entender que tenía que proteger a Shirley, aunque sea sólo una vieja amiga. Yo te amo a ti, Nene. Me di cuenta cuando estuviste convaleciente en esa cama luego del primer ataque al colegio. No quiero perderte y mucho menos quiero herirte. Te amo —repitió—. Te amo y nunca me perdonaré si acaso llego a perderte.
Sus palabras llegaron al corazón de Nene. Supuso que su reciente momento de crisis se debía a la terrible masacre que había presenciado. Esbozó una amplia sonrisa y envolvió a Lelouch en un fuerte abrazo. Aliviado, él le besó en la cabeza y ella le respondió con un beso en los labios. Tras un par de segundos, la chica levantó la mirada y colocó su frente junto a la de él. Se miraron fijamente a los ojos y acariciaron delicadamente la nariz del otro con la suya propia. Se dedicaron una tienda sonrisa y ella le respondió al muchacho sus anteriores palabras mientras entrelazaban sus dedos:
—Te lo he dicho: nunca me perderás —tomó un breve respiro y añadió tras rozar delicadamente los labios de Lelouch con los suyos—: Sin importar lo que pase, yo siempre estaré contigo.
Volvieron a fusionarse en un beso y Nene pensó, con descaro, que Shirley Fenette jamás conseguiría que Lelouch la amara de esa manera.
El Xros Heart se encontraba oculto en su bodega. Cutemon ya había curado las heridas de todos y en ese momento se encontraba auxiliando a Dorulumon con su Kizunaol. Mientras tanto, Taiki intentaba asimilar las bajas.
Psychemon y Ryouma habían caído.
Al menos eso era lo que Taiki quería pensar ya que se percataron de la ausencia de Ryouma cuando ya estaban demasiado lejos del incendio. La culpa lo carcomía vivo así que intentaba convencerse de que Ryouma no había sido incinerado ni mucho menos.
Tagiru estaba destrozado. Su mano ya estaba totalmente curada de la herida, pero su corazón estaba roto en mil pedazos. Cuando llegaron y tuvieron que relatar lo que todos los ojos no habían visto, llegó su turno y explicó lo acontecido en la mansión Ashford. Dijo que tuvo que romper el cristal de una ventana para poder entrar ya que todas las puertas estaban cerradas con llave. Fue así como se hizo el corte. La propiedad era tan grande que pronto se separó de Kiriha y fue a dar a una habitación donde sólo había una niña en silla de ruedas acompañada por un ama de llaves. La niña, que tuvo los ojos cerrados en todo momento, esbozó una mueca de pánico cuando escuchó a Tagiru entrar a la habitación. El chico adivinó inmediatamente que ella carecía del sentido de la vista y, tras hacer una seña para que Sayoko permaneciera en silencio, se acercó a Nunally se colocó en cuclillas frente a ella para que sus rostros quedaran a la misma altura. La tomó de las manos y Nunally se sobresaltó en su silla.