Lo bueno de estar terminando el año era que los profesores dejaban menos trabajos que al inicio, para darle una chance a los alumnos atrasados de que se pongan al día y no se lleven las materias (o les queden “En proceso,” que era básicamente lo mismo). Bruno, que quizás había patinado un poco a mitad de año por todo el estrés que estaba sufriendo, tenía algún que otro trabajo que entregar, pero a mediados de octubre, con algo de ayuda de Augusto, ya los había terminado.
Le quedaba el resto de octubre, luego noviembre, y estaría libre por el resto del verano.
Claro que, en las circunstancias que estaban, no era como si pudiera hacer mucho con el tiempo libre, pero al menos no tendría responsabilidades hasta empezar sexto año. Aunque quizás, si volvía a su casa, podría verse con Fran más regularmente.
Bruno se recostó en su cama. El profesor de matemáticas en su computadora hablaba, pero él ya no lo estaba escuchando. El cielo a través de su ventana se veía muy celeste, algunas nubes lo decoraban de alegría, y una brisa cálida levantaba ligeramente las cortinas cada tanto. A la distancia, se oía el tímido canto de un ave.
Su celular vibró en la mesita de luz, y una sonrisa se esbozó automáticamente cuando vio a qué se debía la notificación.
Fran: al fin me deja salir sin la campera
Fran: [Foto adjunta]
En la foto, Fran, con una torpe sonrisa y el barbijo colgando de una sola oreja, hacía un símbolo de la paz con los dedos, en su cuarto. Probablemente saldría a correr, un hábito al que Bruno no le veía la diversión, pero del cual estaba agradecido de igual manera.
No se habrían conocido si no hubiesen pasado por el mismo lugar, al mismo tiempo, después de todo.
Bruno: los del A tenemos matemática ahora
Bruno: [video adjunto]
La grabación mostraba la computadora, donde el profesor de matemática seguía hablando, y luego cambiaba a la cámara frontal para mostrar a Bruno haciendo una mueca de aburrimiento.
Fran: qué feo
Yo: no llegué a peinarme hoy, perdoname
Fran: ME REFERÍA A LA CLASE JAJAJA
Yo: ya sé :)
Fran: malo
Yo: :)
Dejó el teléfono en la mesa nuevamente, intentando prestar atención a la clase, pero cuando volvió a vibrar, no pudo evitar fijarse si era otro mensaje de su novio.
Esta vez, no lo era.
Mamá: Hola Bruno
La situación había mejorado un poco. Un mes atrás, Bruno había visitado su casa brevemente para llevarse algunas cosas y dejar la ropa invernal. Aunque había sido un tanto incómodo, realmente no podía quejarse. Sabía que su mamá también había estado haciendo terapia en los últimos meses, y no habían discutido en todo el tiempo que Bruno había estado allí. Era poco, pero era progreso.
Mamá: Te quería preguntar algo
Yo: sí?
Mamá: Quería saber si no querías invitarlo a Francisco el viernes a cenar. Después podés quedarte acá si querés.
Sus ojos se ampliaron frente a los mensajes en la pantalla, y su corazón comenzó a palpitar más rápido, pero se obligó a mantener la calma.
Yo: fran es mi novio
Yo: solo para dejarlo en claro
¿Era la mejor forma de hablar? Probablemente no, pero honestamente no sabía cómo más decirlo, incluso si suponía que su madre ya era consciente de aquel hecho.
Mamá: Sí
Mamá: Por eso
Yo: bueno
Yo: le pregunto si quiere
Antes que nada, llamó a Lara.
—Mi mamá quiere que invite a Fran a cenar—dijo, rápido, ni bien escucho el “hola,” del otro lado de la línea—Supongo que mi viejo le habrá contado.
—Fua…—respondió Lara, y antes de que pudiera seguir, Bruno la interrumpió.
—No sé si decirle a Fran o no—explicó—O sea, por un lado, parece algo bueno que quiera invitarlo, pero por otro, podría terminar mal y no quiero hacerlo pasar un mal momento.
—Bueno, si no te sentís cómodo decile que no querés—dijo Lara cuando Bruno dejó de hablar—Pero yo diría que lo pienses. Parece una buena señal, que tu mamá quiera conocer a tu novio, ¿no?
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Editado: 30.01.2023