El enigma

Capítulo 18: El bucle se perpetua.

El tiempo transcurrió, y el joven señor ya no era tan joven, ya tenía cuatro hijos, el mayor seguía con esa mirada, y poco a poco se iba convirtiendo en un caballero como el padre quería.

Un muchacho fuerte, culto, a su pronta edad ya dominaba el latín y el griego y el amigo del padre, ese tan extraño con acento raro, le enseñaba francés. Su padre le decía que pronto empezaría a aprender árabe y arameo. Su formación era muy importante, no en valde era el heredero.

La segunda, una niña como su madre, guapa, inteligente y con una virtud que pocas personas tenían, sabía escuchar. Sus otros dos hijos eran la viva imagen de su padre y su hermano de su padre, vamos, del abuelo y del tío de los niños, que dieron su vida por la defensa de su familia.

Los años seguían pasando, y las misiones de los tres compañeros se habían acumulado más de lo que creían y menos de lo que esperaban. Los cuerpos de los tres compañeros estaban cubiertos de cicatrices, pero las perores eran las cicatrices del alma, los recuerdos, las imágenes de sus víctimas y las caras de los que salvaban,

El joven heredero se convirtió en un hombre apuesto y bien cultivado, con un sentido de la justicia muy elevado para su época. Ducho en las armas y en el combate cuerpo a cuerpo. Hábil en el manejo de los caballos y con las armas de fuego.

El tiempo pasó y el joven señor se convirtió en un viejo venerable y su hijo mayor estaba preparado para recoger la herencia, que sería más de lo que él esperaba. Estaba enamorado de una chica de alta cuna, pero con gran sensibilidad y capacidades que el padre veía reflejada de su esposa.

Un día, su anciano padre lo llamó, y cuando entró en la habitación estaba allí con ganas de hablar. Estaba también el fiel criado de su padre.

“hijo” le dijo, “tengo que contarte parte de mi vida que no sabes, mi fiel amigo y yo tenemos que contarte algo.” Los dos empezaron en los tiempos de cuando era templario, sus aventuras en tierra santa y como un día fueron a buscar una caja que les cambio la vida.

Le contó como la caja los eligió a los tres amigos y como tres jovenzuelos pasaron a su servicio siendo sus sombras desde aquel entonces. Le debía su vida más veces de las que le podría agradecer. Entonces su hijo entendió el porqué siempre lo recompensaba y lo mejoraba en sus obligaciones, siempre iba con el señor donde fuera.

El viejo, se desnudó el torso y le enseñó el cuerpo lleno de cicatrices, les dijo que cada una de ellas era una misión, había salvado el mundo una vez más, y le mostró su brazo. En él, una imagen emergió, dorada y como si fuera una pegatina se desprendió del brazo, el tiempo de aquel viejo templario terminó, y la del joven señor había empezado. El criado miró hacia un lado, y de detrás de una columna salió un chaval. Era el hijo del criado. El criado le dijo al joven señor, que su hijo sería para el como lo fue él para su padre.

El padre sacó un palito, y de un lado salió una luz. El joven a indicación de su padre mostró su brazo y la pegatina se adhirió por su parte interna. El padre le dijo, “ahora eres tu quien salvará el mundo”. ” Hazlo con sabiduría”.

Tenía un largo camino por delante, debía aprender como manejar sus nuevos “poderes”, su responsabilidad había sido grande, pero ahora era más.

Los herederos de los tres amigos, también siguiendo siendo amigos, y sus caminos fueron entrelazándose. Así de generaciones en generaciones, con altibajos.

Las generaciones de los portadores de las runas iban de padres a hijos, aunque como en el primero de los casos, pasaron a sobrinos y en alguna vez más, pero en la línea de aquel joven templario, nunca ocurrió. Cada generación que pasaba era más fuerte su vínculo con la runa.

Hubo tiempos donde se pusieron a prueba muchas cosas, la lealtad, la honradez, la fe y muchas pruebas personales, perdidas irremplazables, y bienvenidas sorprendentes. Incluso traiciones inesperadas. Hubo de todo.

Se lucho contra la peste negra, se influyo en la guerra de los 100 años, incluso se protegió a muchas personas en la represión sádica que vino años después de la toma de la bastilla. Ejemplo de que no se puede confiar en los políticos, siempre te van a utilizar para sus fines.

Estos guerreros estuvieron en los momentos más decisivos, ayudando a las personas que lo necesitaban.

Pero los momentos peores vinieron algún tiempo después. Una de las tres familias optó por ayudar a la revolución rusa de 1917 ocasionando una guerra civil hasta 1923, y muchas victimas inocentes. Después hubo una gran represión donde murieron muchas más. Esto llevo a una perdida de afinidad con la runa, y sus poderes se vieron resentidos, no eran tan nítidos, tan potentes. Años después perdió la runa, cuando decidió ayudar el régimen nazi alemán. Cuando la perdida de la runa ocurrió su más leal sirviente fue el encargado de matarlo. Fue meses antes de la caída del régimen nazi.

Con estas palabras, el anciano, termino la fábula y propuso ir a comer.




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