—Ya no esté triste Lay, estamos estoy contigo.
escuché esas palabras mientras alguien tocaba mi hombre, eran las manos de Jack, mi amigo de toda la vida,
— lo sé Jack, respondi sin levantar el restro.
La abuela se encargó de mi desde que tenía 7 año mamá murió y papá solo se fue, ahora la abuela tambien, ella tenía solo un hijo pero un día creció y se fue así que nosotras estábamos solas en el mundo. Hasta que a los 7 años el estado me puso en esta casa, cuando la ví lo supe, esos ojos azules me miraban yo estaba asustada tenía miedo de todos pero ella solo me miró y me dijo
—¿Quieres Comida? está flaca.
Justo allí lo supe, supe que la amaría para siempre. se ganó mi confianza y ahora me dejó sola.
—Quien es el? dijo Jack.
Un Chico llegaba al cementerio, justo cuando el padre Maicol deba último adiós a la abuela.
—No lo sé, conteste, mi mente solo estaba en se ataúd descendiendo y mi único amor la única persona que he amado en realidad está yéndose de mi lado para siempre no pude contener mis lágrimas.
ese día regrese a casa estaba silenciosa vacía, nadie estaba esperando, nadie me preguntó ¿Que tal mi día?.
estaba sola esa noche fui a la habitación de la abuela y me puse sobre su cama y llore, lloré como nunca lo hice por mi madre, ni por mi padre lloré como si nunca más volvería a tener la oportunidad de llorar de nuevo. ¿alguna vez has llorando tanto en la madrugada, que has sentido que mueres, que la madrugada parece eterna y que nadie puede consolarte, y que te quedas dormida de tanto llorar? pues fue lo que hice.
Editado: 26.07.2021