Capítulo 1.
Me miró al espejo mi atuendo navideño de este año me encanta, un traje dorado que acentúa mis curvas y en la parte inferior acentúa mis pecho.
Salgo de la habitación lista para festejar la navidad, mis amigas de la universidad hemos planeado pasar la medianoche en el mejor antro de la ciudad.
—¿Quién está listo para la diversión? —grita Steisy.
—Yo bebé —grita Betsy.
—Y qué hacemos aún aquí —gritó haciendo que me miren.
—Ya te llevaste al santa claus de la disco —dice Steisy.
—No quiero un santa claus quiero un elfo, grande con músculos no a exageración o podría pedir no se a uno de los reyes magos —sonrió.
—Tendrás que esperar a enero mi amor —dice Betsy.
—Bueno con un elfo está bien —salimos del apartamento listas para disfrutar de nuestra noche de navidad.
Faltan tres horas para que el reloj marque las doce de la noche.
Dirán no deberías estar con tu familia el día de hoy, pues si debería, pero he decidido pasarla con mis amigas, ya mañana me enfrentaré a la furia de la familia Roldan.
Al llegar al antro pasamos sin hacer la cola, vamos a una mesa y disfrutamos del champán, luego de unos bailes sensuales e incitadores como diría mi madre tomamos asiento.
—Arlet no te asustes pero creo que aquel moreno te está mirando demasiado —dice Betsy.
—Es cierto desde que empezamos a bailar no ha parado de mirarte.
—Mirarme a mí, quien sabe que quien mirara y ustedes dicen que es a mí —digo girando con disimulo hacia donde ellas miran.
El hombre es moreno, se nota que es alto por su manera de sentarse, no podría describir su cuerpo ya que las luces no dejan apreciar bien su cuerpo.
—Sí, me mira a mí en algún momento se atreverá a venir ¿no? —Tomó la copa y bebo el poco contenido que tiene.
El reloj está a punto de marcar las doce así que salgo a la terraza antes que venga cualquier loco a querer abrazarme y besar mis mejillas.
—Ya vuelvo chicas.
—Siempre le huyes a los abrazos.
—De extraños Steisy —me alejo lo más rápido posible.
Al estar afuera la brisa congela mis mejillas, miró mi reloj y en mi mente empiezo el conteo.
—Feliz navidad —dice alguien detrás de mí.
Giro mi cabeza hacia el lado derecho.
—Feliz navidad —le respondo al hombre que hace un momento las chicas decían que me miraba.
—¿Por qué tan sola?
—Estoy con mis amigas.
—No las veo —sonrió.
—Salí a tomar algo de aire.
—Ya veo.. y ¿cuál es tu nombre?
—¿Cuál es el tuyo? —sonríe mostrando sus perlados dientes.
—Así jugaremos.
—No quiero jugar, quiero pasar una navidad inolvidable eso sí quiero.
—Qué coincidencia, también quiero lo mismo, tal vez por eso estamos aquí los dos alejados de todos —lo miró. —Soy Dion Kirchner —giró hacia el frente.
—Dion Kirchner mucho gusto, soy Arlet.
—Exquisito nombre Arlet.
—No se come, pero gracias —le sonrió.
—Tienes una hermosa sonrisa —entre más hablaba me parecía encantador.
La plática se volvió tan amena que cuando nos dimos cuenta ya era pasada de media noche.
Entramos nuevamente y compartimos un champaña y luego otro tipos de bebidas y luego fuimos a la pista. Entre tantos contoneos quedamos besándonos.
—¿Quieres escapar de aquí? —pregunta sobre mis labios. —¿te gustaría empezar una navidad diferente? —con una sonrisa accedo a su propuesta.
—Sí —digo entusiasmada.
La tensión entre nosotros es tanta que no dudo en pensar en su propuesta.
¿Qué podría pasar? Me dije a mí misma.
Caminamos por las calles hasta llegar al mejor hotel de la ciudad.
—Bienvenida preciosa Arlet —dice al abrir la puerta.
Quedó encantada, maravillada con el hermoso lugar, es una suite de lujo por lo que vislumbra.
—Wao —digo con la boca abierta.
—Quieres una copa —me muestra una botella de vino.
Sirve dos copas tomó una y me dejó llevar por su exquisito sabor.
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Editado: 31.12.2023