El secreto del Bosque Rojo

Capítulo Tres

Capítulo 3

 

-¿Mu...tarme?...-dijo boquiabierta, la asustada muchacha.

-¿¡Para qué querés mutarla!?- gritó Zyan con una expresión de enfado en su rostro.

-Muchachos, ya saben que hacer- dijo número uno.

Hizo unas señas y un pelotón de soldados los rodeó, separándolos el uno del otro. Ellos se   resistieron pero fue en vano.

-¡No me toquen!- gritó Alice mientras perdía el control sobre su cuerpo.

-¿¡Alice!?- Zyan la observaba más preocupado que nunca.

 Ella estaba rodeada de ondas electromagnéticas, perdiendo poco a poco el control sobre sí misma, sus ojos se volvieron amarillos, con una cruz a modo de pupilas. Dentro de su cuerpo la sustancia viscosa que los sucios al mando, le habían administrado en secreto una noche de luna llena, estaba haciendo efecto recorriendo sus venas.

Zyan había entrado en un ataque de nervios hasta que gritó con desesperación.

-¡Hagan algo, maldita sea!-

-Bien, bien. Vamos a hacer algo número seis, algo muy interesante. Soldados…-

  Número uno dió la orden y abrieron fuego contra Alice, quien con sus poderes fuera de control despertó su tercer ojo de clarividencia, con el hizo que las balas se volvieran en contra de los soldados hiriendolos de gravedad.

 Estaba fuera de control, tan sólo podía gritar y gritar, pero para su suerte, por así decirle, apareció Zyan para ayudarla. Logró abrirse paso hacia ella y abrazarla, susurrandole al oído con su cálida voz:

-Tranquila...estamos juntos otra vez…-

Esas palabras la hicieron reaccionar y con una voz digitalizada y cortada logró articular unas distantes palabras:

-¿Zyan?...esto está mal-

-¿Qué más da?, vamos- contestó aún con una sonrisa en su rostro.

  Zyan ayudó a la joven a incorporarse nuevamente mientras sus poderes se iban tan repentinamente como aparecieron. Alice se encontraba tan débil que apenas pudo escuchar de lo que hablaban Zyan y número uno.

-...mutarla...sobreviva…-dijo el mandamás.

-¿¡...opción!?- contestó Zyan con un tono de preocupación.

-No-

-...de acuerdo…- respondió secamente el muchacho de ojos azules.

-¿Por qué…? Zyan- fue lo último que Alice logró pensar antes de perder el conocimiento.

Despertó en una habitación blanca, totalmente hermética, era del tipo cámara gesell ya que en el punto más alto se podía apreciar un ventanal enorme, desde el cual era observada por los diez al mando, incluyendo a Zyan...

 




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