¿Y que hay de ti? - respondió sin saber lo que pasaba
-Corre - se limitó a decir
No se podía sacar el anillo, el metal se había adherido a su piel con fuerza. Mientras comenzaba a tratar de contener la energía que cada vez fluía más rápido. Muy pronto esta será demasiada para él y era consciente de ello.
Su cuerpo se saturaba de la eléctrica sensación de esa energía. Por momentos era embriagador el poder que tenía pero luego volvía a acelerarse. El poder se extendía sin parecer tener límites, cada vez mayor, cada vez más difícil de controlar.
No podía pensar con suficiente claridad. No sabía que hacer pero lo que sea debía ser rápido, ya comenzaba a perder control. No se había dado cuenta de que su cuerpo se encontraba inmóvil incapaz de moverse lo que solamente alimentaba su desesperación por hacer algo.
En un momento no pudo contenerse y gran parte de la energía se liberó provocándole un dolor insoportable. La energía liberada fue a parar a la pared de roca la cual la absorbió. Logró contener el grito de dolor. Probablemente no era capaz de gritar por estar inmovilizado.
Esa descarga le dio más tiempo para mantener el control pero aún así el dolor era peor que ese alivio momentáneo que había tenido.
El momento de control también duró poco porque anillo seguía saturándolo de manera más intensa y continúa. Ya había ganado un par de minutos para que Seth se alejara y a estas alturas seguro estará a salvo. O al menos eso esperaba.
La energía seguía expandiéndose dentro de su cuerpo, la sentía pero hace mucho ya perdió el control. Liberarla parecía ser su única opción, lo que todavía no escapaba del todo de su control. En caso de fallar moriría de todas formas. Lo sabía de algún modo, lo sentía.
No había otra manera.
La energía emergió abruptamente de su cuerpo. El dolor se volvía cada vez mayor e imposible de soportar. El brillo lo cegaba pero no era la luz lo que le provocaba el dolor. Esta vez su cuerpo si se movía pero solo para retorcerse del castigo que sufría. Conforme pasaban los segundos la energía aumentaba y no lo podía detener, era simplemente horrible.
Un grito desgarrador se dejo escuchar en todo el lugar, ya no lo soportaba ¿Cuánto tiempo iba a resistir? El brillo que provocaba la energía crecía a medida que su tortura se intensificaba. La luz inundó por completo el lugar y ya no lo soportaba. Por algún motivo sabía que si se detenía en ese momento moriría pero el dolor, el dolor era demasiado sufrir más que eso parecía imposible . La muerte parecía un mejor destino que esa interminable tortura. Aún así quiso vivir, era casi un instinto : aferrarse a la vida.
Quién sabe que habrá matado al autor del libro de notas. Lo que sea sigue afuera, esperando su próxima víctima y por más que no pueda hacer nada no se daría el lujo de dejar esto así. Por momentos pensaba en su abuelo, su siguiente objetivo podría ser cualquiera, nadie está a salvo. Pero no podía hacer nada en ese estado y por el momento lo mejor que podía hacer es sobrevivir.
Cada parte de él sufría esta agonía. Finalmente sabía que moriría, así sin más, sin una sensación más que dolor sin un último deseo o una despedida y tal vez sin que se encuentre su cuerpo como le ocurrió a aquel científico. En este punto ya no podía pensar, su mente estaba en blanco, y su cuerpo comenzaba a rendirse. Su conciencia se nublaba, su cuerpo se rindió.
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Editado: 20.04.2020