Un cuervo negro se encontraba posado sobre la rama de un árbol mirando en dirección a una casa, en donde una mujer rubia con una escoba en las manos barria su sala de estar mientras bailaba al son de la música.
—Ella es perfecta. Debo entrar a la casa de alguna forma. Soy un cuervo, esta forma no es muy agradable.
Se queda observando y pensando. Se transforma al instante en un bonito pequeño loro.
Se acerca a la ventana de la casa y comienza a picotear el vidrio llamando la atención de la mujer que en ese momento estaba sentada viendo televisión.
—Hay un vidrio. No puedes entrar -le dice ella al pájaro señalando con su dedo.
Él sigue picoteando el vidrio con insistencia 《Quiero que habrás》 piensa él.
Ella se acerca a la ventana y lo observa detrás del vidrio.
—Que lindo eres ¿Tendrás hambre? Debería poner algo de comida para pájaros en el jardín -se pone a pensar en voz alta.
Ella abre la ventana y él entra volando observando todo y se posa en el sofá.
—No tengo comida para aves, pero tengo algo de fruta.
Ella se dirige a la cocina y él inspecciona la casa. Se acerca a una mesa en donde estaban varios retratos.《Este es su esposo. Debo recordarlo bien》
La mujer regresa con un pedazo de manzana en las manos.
—Aquí tienes. Nunca había visto a un loro por aquí.
Él comió la manzana aunque no tenía hambre. Su misión era entrar y conocerla en persona.