Embarazada de un demonio

Capítulo 6

  En el edificio Oblivion, Maribel Torres una bruja nigromante de 38 años (cabello rubio largo y ojos lilas) hablaba con un bonito muñeco de tela que estaba parado sobre la mesa.

 

—¿Entiendes la misión?

—Sí, querida Maribel. Perfectamente -responde el muñeco haciendo un saludo militar.

 

  Estos muñecos poseen un alma que fue traída del más allá por Maribel. Estás almas adoran a Maribel ya que ella fue quien los ayudó a poder encontrar el camino al más allá y son voluntarios en regresar a ayudarla cuando lo necesita. Cuando terminan vuelven al más allá.

 

  Su celular sonó e inmediatamente el muñeco fue a buscarlo para entregárselo. Ella le agradeció y aceptó la llamada.

 

—¡Aló! Hola, Román.

—Maribel, te voy a pedir un favor, una amiga de Carol quiere rentar un apartamento en el edificio. Quería saber si hay alguno disponible.

—Si, hay 9 disponibles y pronto 10 ya que el inquilino del apartamento 15 se irá de viaje y no piensa regresar.

—Ese tipo si que daba miedo -comenta Román recordando al hombre alto, súper delgado y grandes ojeras del apartamento 15, era un vampiro y científico. Cuando estaba en su apartamento se mantenía encerrado o también pasaba semanas sin llegar a dormir.

—A mí igual, aunque no se debe hablar mal de los vecinos, aunque tengan un pasado oscuro y deprimente.

—Yo quiera saber como consigues tanta información personal de los que vivimos en el edificio Oblivion.

—Es un secreto. Y dile a la amiga de Carol que se llama... -dice Maribel para que Román terminara la frase.

—Tatiana Altamira.

—Que puede venir a visitar el edificio para que vea cual apartamento es de su agrado.

—Muy pronto estará por allá -dice Román.

—¡Genial! ¡Adiós!

 

  Se cuelga la llamada y Maribel ve a Katia su espíritu familiar que normalmente tiene forma de cobaya, pero está vez estaba en su forma humana, una chica bajita y rubia parecida a Maribel, en varias ocasiones han salido juntas fingiendo ser hermanas.

 

  Al lado de Katia hay un chico joven de cabello blanco. Naim, es el espíritu familiar del brujo Patrick (normalmente tiene apariencia de un pequeño zorro blanco de varias colas)

 

—¿Por qué los dos están en forma humana? No es común -comenta Maribel intrigada.

—Vamos al cine -contesta Naim.

—¿Los dos? ¿Solos? ¡Es una cita!

—No, no, no lo es -responde Katia súper apenada y con el rostro totalmente rojo. Ella era muy tímida.

—Nosotros también vamos -se escucha una voz muy aguda.

 

  Maribel dirige su mirada a donde venía la voz y ve en la pequeña cartera de Katia salían 2 pequeños erizos que la veían.

 

—¿Beilla? ¿Azur? ¿Son ustedes? -pregunta Maribel sorprendida.

 

 Beilla es el espíritu familiar del mago Román (normalmente tiene una apariencia de tigre cachorra) y Azur es el espíritu familiar del brujo Leonardo (que suele tener forma de perrito)

 

—Sí, como nosotros no podemos transformarnos en humanos decidimos ir así. Ya que Katia y Naim son humanos, Azur y yo decidimos ser el mismo animal -responde la erizo Beilla con su voz aguda.

—Aunque nos tomó un tiempo porque Azur todavía no estaba acostumbrado a transformarse -dice Naim.

—Soy nuevo en todo esto. Sólo he tenido la misma forma que me dio Leonardo al invocarme, un perrito -replica el erizo Azur con su voz también aguda.

—Cuando me dijiste que ibas al cine pensé que iban a ver una película en alguno de los departamentos -comenta Maribel emocionada- pero me alegro que vayan de paseo. Además, Naim y tú parecen una pareja de novios.

—¡Que no es una cita! vamos los cuatro juntos -responde Katia avergonzada.

—Sólo es un comentario. No hay porque avergonzarse. Hasta los espíritus familiares tienen sentimientos -Maribel les guiña un ojo.

 


*******

  En el cielo, un ángel volaba con rapidez por el aire. El viento le soplaba su corto cabello beis hacia atrás y sus ojos amarillo con verde brillaban por la tensión. Quería llegar pronto a su destino.

 

  Se acercaba cada vez más a un edificio. Aterrizó y se acomodó el cabello, quería estar presentable. 

 

  Entró y se encontró con un ángel de cabello azul corto y ojos verde con azul.

 

—¿Otra vez tú, Damián?

—Hola Custodio Elois. Sé que he sido un poco insistente.




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