Enamorando al Enemigo

Capítulo 20

 

 

~Claudia~

Fue como la peor de mis pesadillas. Y mira que, por alguna razón, ese tonto nunca formó parte de ellas. ¡Ja! Ni que tuviera tanta suerte para colarse en mis sueños, aunque no puedo decir lo mismo después de ese beso. Por mucho que tratara de no pensar en ello, nuestro encuentro matutito en su piso no me dejaba tranquila y lo odiaba aún más por eso. ¿Por qué tenia que llevarme a su casa? ¿Por qué se lo pedí? ¿Cuándo hizo algo de lo que pedía? ¡Nunca!

Y así como no tengo idea cómo rayos es que termine ahí. Sentada entre ambos hermanos. Nadie pareció reparar en ello, todo el mundo estaba emocionado con la idea de que nuestro adorado jefe pagara todo lo que consumiéramos y ni lentos ni perezosos se pusieron manos a la obra. Excepto yo. No deseaba repetir lo ocurrido esa mañana. O eso creí.

Daniel se mostró atento, retiró mi silla y lo noté mirándome un par de veces, pero no dejó de charlar con los demás, mientras que conmigo, no cruzó palabra alguna. Menuda cena estaba resultando. Por otro lado, Siwon no quitó los ojos de encima, ni siquiera cuando bebía su trago lo hace. Y joder que su cuello parecía un imán. ¿Por qué me miraba así? ¿Estaba enojado? ¡Faltaba más! Lo que pasó fue su culpa y no la mía.

―Ahora regreso ―me disculpé sin dirigirme en alguien en particular y me escabullí hasta los sanitarios. ¡Estaba por volverme loca! Saque mi teléfono y llame a mi amiga. Necesitaba la voz de la consciencia―. ¿Ise?

―¡Clau! ¿Cómo va todo?

―¡Mal! ―exclame llevándome la mano a la cabeza mientras contemplaba mi imagen en el enorme espejo rectangular.

―¿Por qué? ¿Pasa algo malo? ―¡SI! Daniel no me hacía caso y el otro tonto no dejaba de mirarme.

―Nada. ―Negue, no cayendo en la histeria―. En realidad, no es la gran cosa. Toda la oficina está aquí.

―¿Y? Eso nunca te ha frenado. ―Desde luego que me conocía―. ¿Qué ocurre? Espera… ¿Choi también está ahí? ―¡Bingo!

―Sí y no ha dejado de mirarme ―admití de mala gana, queriendo golpearlo.

―¿Por qué no comienzas a aplicar lo que te dije?

―No voy a enamorar a ese tonto. ―Esa era una locuta monumental.

―No es enamorarlo. Sino ganarte su confianza. ¿No quieres ser su cuñada?

―Ya no sé lo que quiero ―confesé con un suspiro―. Daniel ni siquiera parece interesado y no estoy de humor.

―¡Uy! Que Claudia diga eso es malo, muy malo.

―Lo sé.

―Bueno, olvídate de los hermanos y diviértete. Un hombre nunca te ha fastidiado, ¿O sí?

―Tienes razón. ―Sonreí mientras acomodaba mi cabello. Príncipe o no, valía divertirme―. Voy a divertirme.

―¡Así se habla!

No fue tan sencillo como imagine. Era extraño, obviamente evite todo el día a Siwon, pero en ese momento, no había forma de escapar. El zorro astuto no abandonó su sitio, aun cuando le invitaron a cantar y lo peor, continuó sin dejar de verme. Desde que cruce la puerta del baño, sus ojos me siguieron. ¿Qué le pasaba? Yo no tenía nada que decir sobre lo ocurrido, fue él quien se pasó de la raya. ¿Por qué demonios me besó? Pensándolo con detenimiento, ¿Por qué me besó también aquella noche? ¿Por qué? Si lo que deseaba era burlarse de mí, ya no lo había conseguido, ¿No? Bastaba con echármelo en cara, ¿Acaso intentaba hacerlo de nuevo? ¡¡¡Ah!!! Lo quiero matar.

―¡Propongo un brindis por nuestro apuesto jefe! ―gritó alguien.

―¡Si! ¡Por el jefe! ―se unieron todos. Tome mi vaso, lista para brindar.

―No bebas ―me susurró Siwon al oído. ¿Qué demonios? Me moví tan rápido, que terminé golpeando el brazo de Daniel.

―¡Oh! ―¡Joder! Lo había mojado todo―. ¡Lo siento! ―¡Rayos!

―Está bien ―dijo sonriendo―. ¿No me digas que ya comenzó a hacer efecto el alcohol?

―¿Qué? ¡No! No es eso, esto no es nada para lo que suelo beber. ―Su sonrisa creció y de nuevo estaban ahí esas tontas mariposas, que me hicieron recordar la primera vez que lo vi.

Pero no solo eso, ahora era consciente del zorro.

―¡Salud! ―gritó Siwon demasiado alto provocando que derramara mi copa sobre mi ropa. ¡Mi vestido! Me gire como la niña del exorcista y lo fulmine con la mirada.

¡Siwon Choi voy a matarte!  

No sé en qué momento mi comentario se ha trasformado y hemos comenzado una competencia por beber. Pensé en declinar, pero la mirada reprobatoria de Choi solo hace que quiera llevarle la contraria. ¡Idiota!

 

 

~Siwon~

―¿Estás seguro? ―preguntó levantando la ceja. 

―Por supuesto. ―Ni loco permitiría que él la llevara a su casa―. Kyu es amigo de la amiga de Claudia y sabe dónde vive. ―Daniel observó a Kyu, quien distraídamente miraba su móvil. Menos mal.

―De acuerdo. ―No sé porque tanta insistencia en llevarla. ¿Por qué? ¿Realmente le gusta? Eso era malo, desde luego que quería a mi hermano, pero Claudia es punto aparte―. Envíame un mensaje cuando esté en su casa.



#2899 en Novela romántica
#1117 en Otros
#347 en Humor

En el texto hay: peleas, hermanos, sebuscaunpadre

Editado: 08.04.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.