Encuéntrame

5.No Es Real

DRAKE

 

 

 

Supe que estaba haciéndolo bien cuando convencí a Noa de que viniera conmigo.

Ya montados en mi coche, mientras conducía, giraba el rostro para poder ver cada detalle suyo, ella era hermosa. Ella no me vio venir, tan solo era una chica asustada en aquel lugar siniestro y oscuro, las horas que pasamos allí eran interminables pero al fin logré conseguir lo que quería.

 

 

NOA

 

 

Drake me dijo que había un hospedaje cerca para poder dormir. Claramente yo dormiría en una cama y él en otra, yo no tenía dinero y él dijo que se encargaría de todo. Sé que apenas lo conozco, pero esto es mejor que seguir en aquél bosque sin saber que hacer y sin tener donde dormir.

El viaje era largo y solo veía nada más y nada menos que una larga e infinita carretera.


 


Cerré mis ojos intentando dormir.

 

 

 

DRAKE

 

 

-A llegado a tu destino.- dijo el GPS. 
-Menudo camino he tenido que soportar- pensé mientras lo desconectaba.

Es odioso tener que soportar durante 3 malditas y largas horas una vocecita que te diga hacía dónde tienes que ir. Menos mal que aún no inventaron uno en el cual te esté hablando durante todo el trayecto para que no te aburras.

Cuando quité las llaves del coche me gire y la vi, tan tierna y hermosa. Estaba dormida plácidamente. Pero eso no duraría conmigo.

Busqué entre el coche una bocina al cabo de un rato di con ella. La cogí entre mis manos y lo apreté con fuerza, eso hizo que provocara un sonido muy fuerte. Noa abrió los ojos como platos y dió un brinco sobre su asiento haciendo que se diera en la cabeza con la parte superior del techo.

 

 

Me reí Internamente. Niña tonta.

 

 

-¿Que haces estúpido?- pregunta ella con una voz demasiado molesta y a la vez fuerte. La miré solo un segundo y puse mi cara de pocos amigos.

-Yo? Despertarte. ¿Que no lo viste o que?,-
Se me quedó mirando y cada vez apretaba más su puño.

-¡Dios!, en que momento me subí a este coche con un imbécil?!?- ella juntó sus manos mirando al techo del coche a la vez que hacia un gesto como si estuviera rezándole a dios.

 

 

Esta niña se le fue la regadera.

 

 

-No me toques los cojones y bájate ya del coche. Ya llegamos por si no lo habías notado.- solté furioso mientras bajaba de mi coche haciendo que diera un portazo.

Amo demasiado a mi coche, es mi bebesito, si nadie me estuviera viendo ahora mismo me acercaría hacía donde le di el golpe y le daría miles de besos.

La gente que toca o que daña lo que es lo mío se mete en problemas.

Me guardé mi pistola para que la recepcionista no me la viera. 

 

Iugh eso sonó mal.

 

 

El tono cariñoso y amistoso se fue en cuanto la chica de recepción me dió las llaves para subir a la habitación correspondiente.

Noa se arrepentiría de haberse acercado hacia mí aquella noche.

Dentro de la habitación, Noa no paraba de mirar cada y uno de los detalles que había dentro. Es un maldita habitación como otra cualquiera.

- Abajo hay un bar para poder picar algo, ya que fue un viaje largo- cerré la puerta para yo irme a tomar algo. A ella la dejé con la palabra en la boca ya que cerré la puerta para no escuchar lo que ella contestaría.

Nada más entrar fui a pasos ligeros hasta la barra. Pedí cabreado una cerveza tras otra. No sé cuantas me habré tomado pero ya apenas podía formular una palabra correcta.

- ¡Dame otra!- hablé amenazante a la camarera ya que no me daba más.


Ese es su trabajo, ella se encarga de atender a la gente y la gente de pagarle lo que pidan ellos. 


- Lo siendo chavalín, pero aquí ya es demasiado tarde y mi turno ya acabó a si que levanta tu puto culo de esta silla que tengo que cerrar el local. Y andando que es gerundio- ella me lo soltó sin tenerme miedo . No lo puedo creer, ya ni me tienen miedo. ¿Que hice mal en esta vida?.

Cabreado me fui como pude de allí y subí a la habitación. Al entrar vi a Noa en una de las camas, ella dormía plácidamente. Me acerqué sigilosamente y me puse encima suya colocándome a orcadillas sobre ella y posicionando mis dos manos a cada lado suyo, haciendo que ella quedará atrapada para que no se moviera.

 

Estaba muy borracho y solo tenía rabia. Necesitaba descargar con alguien.

 

Coloqué una mano mía en su pierna, haciéndola subir lentamente hasta sus muslos. Ella seguía dormida.
Tenía puesto un vestido que le llegaba hasta las rodillas. Mientras subía mi otra mano levantaba un poco más su vestido hasta llegar a la zona de los muslos.

- Mmmmm- solté mientras me lamía los labios lentamente.

 

Ella despertó.

 

Abrió los ojos de golpe por segunda vez en este día. Analizó lo que sucedía durante microsegundos y cuando se dió cuenta de como estaba, quiso quitarme de encima suya.

 

-AAAAAAAAAAAAA- gritó. Yo en cambio le tapé la boca fuertemente para que nadie nos escuchara.

 

En mis pantalones tenía un pañuelo de tela, lo cogí y le tapé la boca fuertemente.

 

No paraba de reír y reír. Ella en cambio no paraba de llorar y derramar lágrimas y más lágrimas.

Estaba demasiado bebido, no me daba cuenta de lo que estaba haciendo.

-Ahora aprenderás a estar calladita- dije en casi un susurro mientras me iba aproximando poco a poco hasta rozar su cuello.

 


Ella no paraba de intentar liberarse de mí, pero era imposible, yo era mas pesado y en cambio ella era peso pluma. No tenía la fuerza que necesitaba tener para poder quitarme de encima suya.

Le rompí el vestido haciéndolo añicos, haciendo a la vez que pequeños trozos de tela cayeran al suelo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.