Evangeline: Retazos de un corazón roto

Promesas y porvenir

14 de Febrero del 2019

 

Si hay algo que me duele de todo esto, es no poder cumplir con todas las promesas que nos hicimos, bien sabes que las promesas son para mi algo sagrado, pero para mí era mucho más fuerte siendo que las promesas eran hacia ti por el inmenso amor que nos llegamos a profesar en su momento. Que tontos fuimos en prometernos todo.

Recuerdo que hacías malas caras ante la idea del matrimonio, de los hijos y de cualquier cosa que requiriera un compromiso mayor de lo que estabas dispuesto a dar, no sé en qué momento exactamente eso cambió, pero lo hizo, tus palabras eran como un bálsamo para mi alma, como aire después de un largo rato bajo el agua. Mi corazón seguía acelerándose cuando llegabas a hablar del futuro viéndome en él, para mí el hecho de que me vieras en tu futuro era un tranquilizador, porque me dabas a entender que aún me querías contigo por un largo tiempo.

Nos prometimos ir a conocer las pirámides y ruinas en Perú, viajar a Disneylandia, casarnos y construir una casa grande con alberca, peceras y columpios, con todo lo mejor para los cinco hijos que querías tener, sabías que me gustan las familias grandes y comenzaste a compartir ese sueño conmigo, tanto así que llegaste a soñar con Evangeline, la que sería nuestra primera hija.

Debes comprender que escribir este capítulo resulta doloroso para mí, recordar lo que me hizo tanto bien en su momento es lo que ahora me hace daño, no me permite cerrar las heridas que están tan recientes.

Siempre supiste como hacerme sentir especial, pero la mayor prueba de amor que me demostrabas era la promesa inquebrantable. Otra persona tal vez hubiera querido convencerme de dejar de lado mis ideales, tal vez otro hubiera intentado obligarme, nunca se sabe, pero tu no. Respetaste mi decisión, deteniéndote y haciendo dolorosos esfuerzos para contenerte, me disculpé cada vez por dejarte de esa manera, pero sonreías y decías que para ti era mucho más importante mantener esa promesa, una promesa que era mucho más mía que tuya ya que tú en realidad ya lo habías hecho antes: La promesa de llegar virgen al matrimonio.

Prometiste que siempre ibas a estar ahí para apoyarme y ayudarme en lo que necesitara, y sigue siendo así… pero ese es otro tema.




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