Hasta Mi Último Aliento

4. Todo lo malo me pasa a mí

Abrí los ojos y giré mi rostro mirando hacia la ventana que es dónde dejaba verse el sol. No tenía ninguna intención de levantarme, realmente estaba agotada de tanto ajetreo en el trabajo. De la nada se me vino a la mente el rostro de aquél chico guapo del hospital, ese del cual me transmite una tranquilidad que ni yo misma había sentido nunca, ni siquiera tuve que verle abrir aquellos ojos que se encontraban cerrados para saber qué a través de ellos podías ver esperanza y ganas de vivir.

 

Ya una vez levantada me fui hacia el baño para hacer mis necesidades y baje directo a la cocina para prepararme el desayuno. Quise encender la televisión para ver las noticias ya que hoy tenía más tiempo y me lo podía tomar todo con más calma.

 

 

Al rato de acabar escucho que suena mi telefono móvil, rapidamente voy a cogerlo no sin antes mirar quien es el responsable de alterar mi tranquilidad .
 

—Hola, Mikial ¿Sucede algo?

— Cómo que si sucede algo, llegas una hora tarde Nadia, se supone que estás de prueba y llegando tarde no vas a conseguir nada bueno 
 

Imbécil, imbécil, imbécil

¿Que no se supone que debería de ir al hospital a las 10 de la mañana?

 

 

 

— Mikial, lo siento mucho no volverá a ocurrir— le imploro

—Esta bien, ven en cuanto estés lista, no tardes.— y me cuelga sin ni quiera despedirse de mi.
 

Será maleducado el muy idiota.

 

Dejo a un lado al idiota de Mikial y voy corriendo hacia mi cuarto para prepararme e irme lo más  rápido posible cagando hostias.
 

Me pongo lo primero que encuentro en el armario de todas formas después tendré que llevar mi uniforme de prácticas del hospital por lo tanto no le pongo mucha preocupación a la vestimenta.

 

 

 

— Dónde habré dejado mi colgante

 

Tengo mi habitación muy desastrosa con mucha ropa tirada al suelo y regada por todas partes. Pero al final acabo encontrándolo.

 

 

— Te tengo— menciono contenta porque lo he encontrado. Me lo coloco y me giro a mirar mi despertador que está situado en la mesita de noche.



 

No me jodas 

 

 

 


 

Todo lo malo siempre me pasa a mi. 

 

 

 

 

Abro completamente los ojos como platos al ver que ni siquiera funcionaba . Claramente esto se debe a una explicación muy pero que muy graciosa y es que tiene un sonido tan alarmante y molesto que ni modo, no me queda de otra forma que al final a duras penas tengo que lanzarlo al suelo con mucha fuerza. Y lo más raro de todo es que justo anoche cuando me fui a dormir si que iba supongo que debió estropearse cuándo yo ya estaba en el quinto sueño. Maldito despertador traicionero.






 

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Hola, lo siento por tardar demasiado intentaré actualizar más seguido. Muchos besos para todos los que me leéis, espero que lo hayáis disfrutado.

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En el texto hay: intriga, amor, dolor

Editado: 27.02.2021

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