Hubo una vez que lo nuestro había terminado, las cosas se sentían extrañas, estábamos acostumbrados a ser buenos amigos pero teníamos tanto miedo de no saber llevar las cosas y perdernos, por eso en esa ocasión nos dimos tiempo, pero nunca nos alejamos realmente.
Mi pequeña princesa de cristal, cometimos errores de los que hoy me arrepiento profundamente, desgraciadamente no hay ninguno que pueda borrar.
Nunca me había dejado verla llorar, nunca me había rechazo o mirado con rencor pero me lo merecía...fui un tonto, no éramos nada pero nos tratábamos como todo.
Conocía cada faceta de ella, sabía cuándo estaba celosa, indignada, dolida cuando la chica de ojos azules aparecía arrastrándome a su lado, reclamando mi atención pero sé que Nina tenía una visión diferente, después de todo esa chica era mi mejor amiga.