La Corona Negra

Capítulo 1

La familia Balan de Yawark, era reconocida por ser una línea de buenos mercaderes, se dedicaban a la pesca y su exportación; sin embargo, no pertenecían a la realeza, ni tenían un título que les proporcionará la posibilidad de escalar más alto en la jerarquía de su reino. Pero, cuando el rey buscaba un heredero sin importar que, vieron la oportunidad al ofrecer a su hija y tuvieron esperanza cuando quedó embarazada del rey. El nombre de Awaq Balan se hizo famoso, una mujer que sobrevivió, incluso ante la letal reina o cuando se llevaron a su hijo al reino Florence y tuvo que mover todos los hilos existentes para llevarlo a otro reino, ¿la razón de ello? Se desconoce, aunque debe haber una, hay algo en el reino Briccio que no se encuentra en ningún otro reino de Isaura.

Muerte, eso era lo que Crina creía que encontraría en Yawark y no estaba completamente en contra de ese pensamiento. Muchas veces me pregunté si realmente sería el próximo rey de Yawark, mi madre siempre me hablaba de ello en sus cartas, me describió las ciudades, el castillo, mi padre… Todo lo que sería mío por derecho. ¿Realmente tenía derecho a ello? Me hice esa pregunta siempre, ¿qué tenía yo que mis hermanos no tuvieran? ¿Ambición? Todos la teníamos. ¿Poder? No lo sabía, hasta ahora. Sin embargo, no quería pelear contra ellos, eran mis hermanos, mi familia… Debía existir otro modo para arreglar el caos que había traído nuestro padre sobre nosotros.

—¿Qué ha pasado? —pregunté, cuando entré a la sala de estar de la cabaña de las chicas—. Tardaste mucho y vine a ver qué pasaba —le dije a Cedric en modo de explicación.

—Grandioso, ahora que tienes compañía puedo ir a dormir, temía que te quedarás solo —le dijo mi hermana a Cedric, fingiendo cordialidad entre ellos, casi que jugando. Acepto que me gustaba la personalidad de mi hermana, era directa cuando era necesario y jugaba contigo cuando estaba aburrida.

—Cosmin, siéntete en tu casa, pero no demasiado —me dijo con una sonrisa forzada y entonces fue directo a las escaleras para ir a dormir.

—Tu hermana me da miedo —dijo mi amigo cuando ella desapareció de nuestra vista—. Pero, nunca le digas que dije eso.

—No te preocupes, es inofensiva —aseguré.

—¿Inofensiva? Intentó envenenar a la Maestra Flo y a Linnette —exclamó Cedric en voz baja.

—Solamente quiere llamar la atención —la excusé.

—¡Ja! Eso ni tú te lo crees.

—La chica está loca —añadió Niall, que salía de donde creo se encontraba la cocina—. No sé qué hay en los genes de los Sânge que afecta tanto a las mujeres de tu familia, amigo —, me reí de ello, francamente él no era quien para hablar, su hermano también andaba mal de la cabeza, era un hombre violento que creía tener todo el derecho del mundo para hacer mal a otros, como a Naya.

—Pero, les parece bonita —, los miré riéndome de forma socarrona, aún más cuando ambos se quedaron callados.

—No está mal —comentó Niall—, aunque deberías preguntarle un poco más a Cedric, no sé porque siempre los encuentro juntos.

—Solamente hoy —se defendió Cedric.

—La otra vez los vi en la enfermería, ella nunca dejó tu lado.

—¿Enfermería? ¿Por qué? —pregunté a Cedric.

—Realmente no quiero hablar de eso, aún no logro comprender del todo lo que sucedió —murmuró—. Tu hermana es difícil de entender, creo que le gusta jugar conmigo, se aprovecha de que tengo que vigilarla.

—Pobre Cedric, atormentado por una mujer —se burló Niall.

—Muéranse. ¿Cómo sigue Killan? —cambió la conversación.

—Está durmiendo, el elixir de sanación aún está surtiendo efecto, cuando despierte ya estará como nuevo.

—Esperen, ¿qué le pasó a Killan? —pregunté de inmediato.

—No lo sabemos, no quiso decirnos nada, es más, nos pidió que le guardáramos el secreto y no preguntáramos al respecto. Pero, tu hermana parece saber lo que pasó, incluso tenía en sus manos el arma del delito —explicó Niall y Cedric miró hacia las escaleras pensativo.

—Ella tampoco dirá nada —murmuró.

Y eso lo creía, algo me decía que mi hermana no era de dar a torcer el brazo, era una mujer de hierro, una adversaria demasiado difícil.

—¿Hay algo en la cocina para comer? —pregunté, ya no quería pensar más en el asunto.

—Yo prefiero no arriesgar mi vida —comentó Niall.

—No exageres —dijo Cedric, entonces pareció recordar algo—. Bueno, tienes razón, puede no ser la mejor idea.

—¿En serio, chicos? ¿Ahora a qué le tienen miedo? —pregunté sorprendido.

—¿Y si hay comida envenenada? —mencionó Cedric.

—O con gusanos o peor, agujas…



#19875 en Fantasía
#10619 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, magia, venganza

Editado: 27.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.