La Corona Negra

Capítulo 3

La mujer de los lirios negros ha estado esperando pacientemente a tomar un cuerpo que le permita realizar su venganza. Tengan cuidado, las almas perdidas están atentas, porque ellas también quieren ser vengadas.

 

Cuando las nubes borraron todo de mi vista, me abalancé sobre Crina y nos eché sobre la borda hacia el mar. Caímos en aguas turbias llenas de violencia y maldad, no pude evitar la sensación de miedo a morir ahogada; pero, me concentré en sujetar a mi hermana con la intención de infundir miedo en ella. Sus ojos de un extraño rojo brillante me miraron con burla dentro del agua y de repente se tornaron grises, casi blancos. Ella no era Crina…

Abrí mi boca para decir algo y entonces recordé estar dentro del agua, un pequeño momento de sorpresa me hizo perder en el tiempo, agua entró a mis pulmones y mi cuerpo se sacudió en busca de agua. Me empujé hacia la superficie y solamente pude tomar un corto respiro antes de ser empujada a las profundidades por sus brazos. Hundí mis uñas en sus brazos desnudos y saqué un poco de sangre de ellos, moví mis piernas e intenté apartarla de mí, lamentablemente el agua lo hacía todo más lento y pesado. Al final, una corriente de agua nos separo y me regresó a un mundo lleno de oxígeno, donde hice un gran esfuerzo en tranquilizar mi respiración mientras buscaba el bote.

—Naya —la escuché susurrar cerca mío y un eco le siguió al instante.

—¿Es por esto que estabas obsesionada con Crina? —le pregunté y finalmente la vi no muy lejos, ella caminaba sobre el agua.

—¿Obsesionada? —sonrió.

—Querías poseer su cuerpo…

Una ola gigante cayó sobre mi y me hizo caer dentro de una espiral de agua y oscuridad, aunque luché contra ella, mis brazos se cansaban al instante mientras contenía un poco de aire en mis pulmones. Sin embargo, algo me sacó de lo profunda como si se tratara de una mano gigante y cuando volví a abrir mis ojos, Crina, no, la mujer de los lirios negros estaba frente a mi.

—Me agradas Naya, por eso te daré una muerte rápida.

—¿Y qué harás después? ¿Destruirás el mundo? ¿Por qué?

—Vamos, tú lo sabes mejor que todos, la leyenda de la reina de cristal —me dijo con cierta agonía —, tengo que matar al demonio que me quito todo lo que amaba y este mundo podrido se irá con él, muchos deben morir para que el mundo pueda renacer. Soy justa con las muertes, ¿no te parece que Tristan se lo merecía?

—Tritan….

—Lo deseabas, Naya, yo cumplí tus deseos….

—¡No! No vas a culparme de esto…

—Incluso Crina lo disfruto, es una pena que sus sentimientos estén bloqueados por un estúpido hechizo, es como si estuviera atrapada… Tenemos que liberarla de su ataúd.

—Estás mal, estás loca…

—No, solamente…

—¡Crina! Si esto sigue así, Sira también morirá en esta tormenta —intenté llamar a mi hermana y los ojos grises empezaron a cambiar un poco —, Crina… ¡Crina!

—¡Déjala! —me gritó aquella mujer y me hundió de nuevo en el mar.

 



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En el texto hay: romance, magia, venganza

Editado: 27.03.2021

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