Capítulo 10

Caminamos por la acera bañada por los rayos del sol, llevo la correa de Benji en la mano. Morgan lleva otras dos de éstas, una en cada mano. He estado acercándome mucho a este perrito, cada vez que ayudo a Morgan con algunas cosas del refugio paso más rato con él. Benji, ese es su nombre, fue encontrado en las calles hace algunas semanas. Morgan estuvo indagando después de ver la convivencia que he tenido con él, aparentemente su dueño anterior era un hombre de edad avanzada, quien al fallecer lo ha dejado sin hogar. La pérdida de rutina, y ese sentido de soledad lo arrastró a este estado.

Llegamos al parque, Morgan empieza a jugar con los pequeños perritos que tiene a su cargo, yo trato de animar a Benji pero fracaso en el intento, llega directo a acotarse en el césped con la mirada perdida, le hablo con voz animosa, pero es en vano.

_ Veo difícil que se recupere_ opina la chica detrás de mí.

_ Lo va a hacer, dale tiempo.

_Cada día come menos Evolet, míralo, ni si quiera se esfuerza por levantarse_ reitera con tristeza.

_Cuando yo le doy sí que come.

_Pues solamente tu provocas ese efecto en él y no estas diario ahí.

_Pues buscare la manera de ir diario_ respondo con seguridad.

Tiro de la correa rendida a que no va a jugar, al menos intentare mantenerlo ocupado en un paseo trotando. Me alejo por la vereda de adoquines, el camina con pesar, pero al menos no se resiste, aumento poco a poco la velocidad del trote. Cuando me detengo ya estoy jadeando por el calor que hace, observo a mi lado a Benji, está sentado, sus ojos se ven un poco más vivos, supongo que por la emoción del movimiento. Camino unos cuantos pasos hacia a fuente que tenemos al frente, tomo asiento al pie de esta, inspirando aire profundamente, me siento sedienta, pero no he traído conmigo ningún tipo de líquido. Acaricio las orejas del perro y observo la atención que pone al agua.

_ ¿También tiendes sed? _ le pregunto con voz dulzona.

Por alguna razón, la carita se le ha iluminado, empieza a mover levemente la cola, dubitativo y con la mirada centrada en el agua. Estrepitosamente se lanza adentro, para cuando trato de evitarlo ya es demasiado tarde.

_ No, Benji, no sé si este permitido que estés ahí, sal rápido_ mis órdenes parecen serle indiferentes.

Halo de la correa, pero esta vez sí se resiste, noto la relajación en sus expresiones y poco a poco me rindo, después de todo que tan malo puede ser que este ahí dentro. Unos minutos después aparece Morgan.

_Hasta que por fin te encuentro_ frunce el ceño en cuanto mira a la fuente _ ¿pero que hace ahí? _ inquiere con una risita de por medio.

_ A ver si tú puedes sacarlo, porque yo ya hice de todo_ profiere unas risitas divertidas.

_Pero míralo, como crees que lo voy a sacar, ¿no vez lo feliz que está?

_Si, pero no se quedará ahí todo el día.

_ Seguramente antes solía nadar, déjalo un rato más, es necesario que se entretenga en cosas que el vea atractivas.

_Genial, ahora tendré que buscarle una alberca para que esté contento_ espeto con diversión.

En el camino de regreso llevo los pantalones mojados a causa del rose de Benji con ellos, él viene escurriendo y de vez en cuando se sacude salpicándome más que los pantalones. Morgan me ha sugerido que lo lleve a casa, es algo que desde luego me encantaría hacer, pero sigo con la idea que mamá no me lo autorizará. Aunque si, de esa manera podría dedicarle más tiempo y pasaría menos rato solo, aunque en el refugio hay otros animalitos, no interacciona con ellos directamente.

_ ¿Te contó Will como rescató a Alguer?

_ Algo así, dijo que era muy hiperactivo y por ello muchas familias lo habían abandonado.

_Así es, en realidad uno de sus amigos lo tenía antes que él, en cuanto se enteró que ya no lo querían más en su casa no dudo en acogerlo. Si supieras la de travesuras que le ha hecho_ una risita sale en medio de su discurso_ pero es muy tolerante, realmente lo quiere.

Esta mañana algo un tanto fuera de lo común ocurrió, de camino a la cafetería me encontré con Will, irrumpió mi camino un tanto vacilante y habló frases de lo más cotidianas, un saludo, el típico “¿Cómo estás?”, etc., pero justo cuando quise desprenderme del momento, titubeando me pidió que saliéramos a algún lugar. No ha sido como que me pidiera una cita, pero fue algo demasiado imprevisto a mí, en el momento me quedé de piedra, en silencio total, me había agarrado en picada, ni si quiera lo estaba pensando, mi mente estaba completamente nebulosa. Me percaté de cierto nerviosismo en él ante mi mutismo, con un gran esfuerzo me armé de valor para responder. Normalmente soy buena dando escusas para no salir de casa, pero esta vez no se me ocurrió alguna, acepté así sin más.

Desde que nos conocimos hemos convivido un par de veces, cruzado un par de palabras en cierto encuentro, es decir, en el tiempo que ha estado viviendo con los padres de Morgan se podría decir que prácticamente somos vecinos, el domingo pasado básicamente la pasamos juntos, dado que Morgan y Jayden estuvieron la mayor parte del tiempo por su lado, es normal que charlemos o acudamos a algún lugar ¿no?, también me ha preguntado a qué lugar me apetecía ir, aún algo sin alguna idea en mi cabeza lo único que se me ocurrió fue lo que tenía en mente desde que salí de casa.

_Podría ser… una cafetería.

_ Bien, conozco un lugar así que creo te va a encantar, paso por ti a las 6.00?

_No_ contesté con un tono un tanto elevado, necesitaba controlar mis nervios_ mejor te veo haya ¿sí?

_Está bien, te enviare la ubicación en un rato.

No he hablado del tema con nadie, Morgan a mi lado es la más cercana para hacerlo, pero dudo, tengo una pizca de nerviosismo al respecto.

Hemos llegado al refugio, Benji entra a su jaula obedientemente, me despido de él prometiéndole que vendré pronto. Una vez fuera del edificio, emprendemos camino a casa, el sol a descendido, así que está próximo a oscurecer.