La Historia de Jorge

Capítulo I: Cuando todo comienza...

Todo comenzó desde que era un niño, apenas tenía 6 años, recuerdo que fue el primer episodio sobrenatural vivido, fue una navidad, la fecha la tengo grabada muy bien en mi mente, era un 19 de diciembre, había un enorme árbol de navidad con muchos adornos y luces de colores que iluminaban toda la sala, dándole una sensación de alegría, al recordar todo esto mi memoria olfativa revive los olores a pintura fresca y a pino verde que tenía mi casa para ese entonces. Era tarde y dormía junto a mi hermano mayor en una habitación pequeña con múltiples recortes de revistas de surf que tapizaban la pared, la ventana abierta permitía que entrara la claridad de la calle, que daba vista a un farol puesto al frente de la casa, el ruido que hacía el ventilador encendido me daba un poco de seguridad permitiéndome dormir más rápido, aún así la habitación tenía dos camas y yo dormía en la cama de mi hermano, con él. Cuando de pronto escuché un ruido que me aturdió la cabeza, me senté en la cama y sacudí a mi hermano diciéndole:

-Reinaldo apaga esa radio que me duele mucho la cabeza.

Mi hermano me responde en forma molesta:

-¿Tú estás loco? ¿No vez que se fue la luz eléctrica?

Le respondí:

-¿Qué?

Me quede perplejo al mirar la ventana, la calle estaba oscura y el ventilador apagado pero el ruido en mi cabeza no se quitaba, era como una especie de radio mal sintonizada que no se lograba entender.

Al ver a mi hermano que no tomó en cuenta lo que le decía, me levanté de la cama y salí del cuarto casi corriendo para dirigirme al cuarto de mis padres, pero algo extraño me paralizó al frente de la ventana de la sala, no podía mover las piernas ni podía gritar, solo observé mi alrededor a ver si algo extraño me sorprendía de la oscuridad, veo el árbol de navidad que se encontraba a mi lado, se encendía y se apagaba de forma muy débil, era muy raro ya que no había luz eléctrica. mientras que todo permaneció oscuro.

El ruido en mi cabeza se tornaba más fuerte y más claro, eran gritos de personas, niños, mujeres y hombres que gritaban con mucha desesperación; una sensación de tristeza, miedo y dolor llegó a mi pecho, viré la mirada hacia la enorme ventana de la sala que estaba de frente a mí y observo que toda la calle estaba clara por un enorme resplandor que salía de una montaña que estaba al frete de mi casa, podía ver con claridad por una enorme luz que salía detrás de ella, era como una gran fogata, al contemplar el resplandor llegaban imágenes de gente quemándose, casas incendiadas y destruidas por un verás incendio, entonces fui entorpecido de mi trance y al volver, todavía escuchaba ese ruido de la emisora mal sintonizada.

Sintiendo que ya mis piernas podían moverse, corrí al cuarto de mis padres y me lancé sobre mi madre temblando de miedo, entre lágrimas le dije que había un ruido en mi cabeza, mi madre me abrazó con mucha fuerza y me dijo con un tono de voz dulce, lleno de tranquilidad:

-Hijo ya todo paso, quédate tranquilo, que el ruido que oías era de una motocicleta que pasa por alrededor de la casa.

Ya no tenía fuerzas para responderle, sus brazos me tranquilizaron de tal forma que me dormí. Al día siguiente, me levanto de la cama de mis padres y los escucho hablar de lo que estaban leyendo en el periódico, comentaban:

-"Fotografiados siete platillos voladores que volaron por el cielo de Caracas ocasionado problemas eléctricos en la ciudad".

Recuerdo el comentario de mi padre:

-Eso es una estrategia política para disfrazar la situación económica del país.

No entiendo que motivó a impulsarme a recortar ese artículo, sentía que tenía mucho que ver con lo que me ocurrió esa noche.

Desde ese día empezó mi vida diferente, escuchaba voces por todas partes, voces que se encontraban encajonadas y muy lejos, pero no sabía de dónde provenían, podía hablar con mi abuelo, mientras mis hermanos decían que yo estaba loco al decir eso, porque ya él estaba muerto.

Recuerdo que podía jugar con niños que salían de las paredes, que tan solo venían para jugar conmigo. Múltiples cosas asombrosas me ocurrían día a día, como lo fue una vez que me encontraba montado en una hamaca acostado y por mi estatura no me podía bajar ni mecer entonces un amiguito de la pared como yo les llamaba a los que salían de allí, le pedí que me meciera, comenzó a mover la hamaca pero cada vez lo hacía con más fuerza, tanto así, que casi llegaba al techo; me asusté mucho y le grité:

-¡Deja carajito!

Inmediatamente llegó mi madre y al ver balancear la hamaca con tanta fuerza, se quedó paralizada con rostro de asombro, estaba tan aterrada que me preguntó:

-¿Qué pasa Jorge?

Y le respondí:

-El niño de la pared me está empujando muy duro.

Mi madre aterrada miró todo el entorno pero ya mi amiguito se había ido, entonces con mucha rapidez y de forma brusca me tomó por un brazo y me sacó de la hamaca y corrió fuera de la casa, estaba tan aterrada que todo el resto de la tarde la pasamos en la entrada de la casa esperando a mi padre y al resto de mis hermanos.

No entendía por qué mi mama tenía tanto miedo, creo que se asustó más que mi amigo, me imagino que fue porque mi amiguito también se asustó y se fue.

En ese tiempo me ocurrían cosas que ya mi mente no me da para recordar, porque las cosas me ocurrían tan seguidas que una más que otra me traumatizaban, eso hacia olvidarme de las situaciones sencillas, otras eran ya tan normales como sentir vibrar la cama antes de dormir, escuchar ruidos en mi alrededor no estando nadie y sentir frío cuando llegaban las presencias que me visitaban...



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En el texto hay: amor, espiritual, clarividencia

Editado: 01.03.2020

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