La ultima vez que lloré.

Capítulo XVII: Un ángel dormido

Serenity me miró confundida por un segundo. 

— ¿Puedo?  — pregunto. 

— Sí, puedes. Tus conocimientos serán de ayuda, además Audrey y tu pueden disfrutar del del viaje. 

Ella sonreía como si no lo creyera, en sus ojos había una emoción infantil y mientras, yo solo podía mírala, cada vez la amo más y lo que antes pasaba de a poco ahora viene de a grandes porciones, la amo con desesperación y esas palabras se mantienen buscando la manera de escapar de entre mis labios y es cada vez más difícil contenerme. 

Hablamos del durante la cena, del trabajo y de la vida cotidiana, cenamos y mis padres hicieron un montón de preguntas (incluyendo preguntas incomodas de parte de mi abuelo) y finalmente jugamos juntos con Audrey un rato antes de hacerla dormir y desde luego irnos a dormir nosotros. 

Audrey parece saber cuánto la aprecian mi abuelo y mis padres y lo usa a su favor, se está volviendo manipuladora, cuando quiere algo que Serenity y yo no le damos va a donde ellos. 

Hoy no tengo ganas de ir a la empresa, pero un inversionista ha hecho una cita para ir, así que mi nombre está comprometido por el día de hoy. Mis padres aún están aquí ellos cuidan de Audrey mientras Serenity y yo trabajamos, debido a esto hoy usare un auto diferente, espere a Serenity frente a la casa. 

Ella observó el auto y se subió. 

— Este no lo había visto — me dijo en son de broma. 

— No lo había usado — le dije. 

— Es algo antiguo. 

— Es un clásico. 

Hablamos un poco más y la deje en la parada de autobús. 

Llegue a la empresa, Smith me recibió cordialmente y me entrego los papeles que debía revisar, a las diez treinta llegara Dexter Richards y hará un breve recorrido por la empresa y si todo va bien firmaremos un contrato que nos beneficiará a ambos. 

La hora llega pronto, él y yo hablamos un rato y empezamos el recorrido por la empresa, una tras otra pasamos por las diferentes áreas hasta llegar al departamento de Contabilidad y administración, donde esta Serenity y solo porque sé que ella está ahí me dio un vuelco el corazón (como si no hubiésemos estado juntos está mañana). 

Todos los empleados se pusieron en pie para recibirnos con un saludo, mis ojos se fueron inmediatamente a ella, Serenity me miraba y parecía querer reír, o más bien parecía tratar de ocultar su risa (como cuando Grace decía algo gracioso y ella quería evitar reírse a carcajadas). Me quede mirándola fijamente, Dexter también la miraba, supongo que porque se está riendo como tonta. 

— ¿De qué se ríe usted? — le pregunte. 

— Nada — me respondió aun con más ganas de reír y sus compañeros algo atemorizados solo miraban el hecho, no podían creer que esta mujer se atreviera a burlarse de algo en mi cara (y menos si al parecer lo que dijeron fue sobre mi). 

— ¿Nada?, ¿está segura? 

Ella no pudo retenerse y se hecho a reír. 

— Es que han dicho que usted se parece a la versión masculina de "Merlina Addams" — me dijo, y sus compañeros la miraban asombrados como si creyeran que yo iba a despedir a Serenity por decirme algo así. 

Mi reacción de cruzarme de brazos lo que le causo más risa. Pero todo esto se vio interrumpido cuando Dexter Richards decidió intervenir. 

— ¿Eres Serenity Johnson verdad? — le dijo y no sé cuál estaba más sorprendido, si ella o yo. 

— Sí — le dijo dudando un poco y dejando completamente olvidada su risa anterior. 

En ese momento los ojos de todos se dirigían hacia la escena. 

— El mundo es muy pequeño — dijo él. 

— ¿Ustedes cómo se conocen? — le pregunté. 

La respuesta de ella fue mirarme, la de él reírse. 

— Ella tal vez no se acuerda de mí — dijo — La conocí una vez que fui a su escuela como juez en un concurso de talento (en realidad esas cosas me parecían aburridas, pero tenía que ir por requerimiento de la empresa) todo parecía normal y aburrido, solo un grupo de jóvenes que querían sobresalir, pero esta niña se paró y toco el violín de una manera tan magistral que juraría que me transportó a otro lugar. 

— ¡Sí! — dijo Serenity con una breve sonrisa — creo que ahora me acuerdo. 

— Ella era tan buena que la hicimos tocar varias veces; parecía una especie de ninfa con violín, hizo vibrar todo el teatro— me dijo señalándola — ¿la ha escuchado tocar alguna vez señor Harrison? 

— Sí, he tenido el placer de escucharla. Ciertamente tiene mucho talento. 

— Bueno — dijo Mack que estaba junto a nosotros — Sí es tan buena con el violín como lo es en su trabajo, verla tocar debe ser algo increíble. 




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