Lie to me

Pròlogo

Me miro en el enorme espejo frente a mi, el vestido es perfecto, blanco y enorme. Mi cabello luce aún mejor con el costoso recogido que mi mamá pagó, mi rostro cubierto con una leve capa de maquillaje que resalta mis ojos de forma natural. Las joyas que mi mamá me dió para este día me hacen ver delicada y femenina. Me gusta. Pero al ver mi reflejo, no mi ostentoso exterior sino verme a mi realmente, es muy claro que mis ojos devuelven dolor, tristeza y cansancio. Así me he sentido los últimos años aunque me he esforzado por ocultarlo con cada fibra de mi ser...

Muevo mi cabeza para evitar esos pensamientos, no debo ir por ahí, no es nada sano para mi hacerlo y menos ahora.

Abro uno de los cajones de mi tocador para sacar los pendientes que son lo único que me hace falta y veo el estuche de la hermosa pulsera que Chris me regaló hace ya tanto tiempo, intentó contener las lágrimas con todo lo que puedo pero inevitablemente salen cuando tomo en mis manos el pequeño estuche negro de peluche, lo abro y tomó la pulsera en mis manos, mis ojos bajan a la descripción y un sollozo se me escapa.

¿Qué sentido tiene vivir si no es contigo? Siempre tuyo, Chris.

¿Por qué lo hizo? ¿Por qué tenía que arruinar todo nuestro cuento de hadas? Aun recuerdo todas y cada una de las palabras que decía, se que las decía de verdad, ahora lo se pero si me amaba tanto ¿Por qué me lastimo de aquella manera? Los recuerdos de esos momentos en que él lo era todo para mi, como las veces en que hacíamos el amor me desgarran por dentro y no puedo evitarlo. Fueron tantas las cosas hermosas que vivimos, es tan injusto que con una sola todo se viniera abajo, pero no tanto como el hecho de que después de tantos años yo aun le llore a su recuerdo ¿Por qué me es tan difícil olvidarle?

- No dejes que la tristeza te controle B. - Me digo aferrandome al tocador - Es el día de tu boda, el dia que tanto has esperado... Tienes que estar feliz. Él merece que su novia sea una novia feliz.

Si soy honesta conmigo misma sé que nunca tuve realmente nada por lo que realmente quejarme, siempre viví tranquila, rodeada de lujos y comodidades, aunque me faltó el amor de mis padres siempre tuve una hermana rebelde y un hermano problemático que me hicieron feliz. Como todos tuve mis problemas, sin embargo tenía todo con lo que algunos solo pueden soñar y solo tenía que esforzarme por ser la mejor en todo lo que hacía.

Tan sencilla solía ser mi vida que casi parece un sueño, pero ahora, a mis 23 años puedo afirmar que aunque mi vida no fue tan difícil como podría haber sido, si conoci  el mayor dolor que alguien puede experimentar y no, no es el dolor físico, sino el dolor del alma que me causó él cuando me dejó ir sin siquiera luchar por lo que teníamos. Sin luchar por mi.

Se que cambié, que jamás volveré a ser la misma, no despues de Chris, porque lo que más me ha dolido fue alejarme de él amándolo como lo hacía, con cada parte de mi aferrándose a cada parte de él, pero así es la vida, las personas que mas amamos son quienes más nos lastiman y nadie puede cambiar eso.

Me seco con delicadeza las lágrimas de mis mejillas evitando arruinar mi maquillaje mientras me repito una y otra vez que no debo llorar, no por Chris porque aunque hizo añicos mi corazón, aunque rompió con todo lo que yo era, quería y soñaba, él me enseñó a amar de verdad, con pasión y esa hambre que solo se ve en las páginas de viejos libros de romance y le estaré eternamente agradecida por eso. Por darme la oportunidad de tener un amor que me consumió y me hizo tan feliz.

Pongo la pulsera en mi mano mientras sonrió con melancolía, sin poder evitarlo pasó las yemas de mis dedos sobre esta mientras varios flashback inundan mi mente alejándome de la realidad cada vez más.

- Te vez hermosa. - Me sobresalto ante la voz de Alejandra, ella da un par de pasos en mi dirección bajo mi atenta mirada

- Gracias. - Susurro y ella pone sus manos sobre mis hombros desnudos

- ¿Estás segura de querer hacer esto? - La miró fijamente por el reflejo del espejo sin saber cómo responder a eso, ella suspira y aparta la mirada con ¿Que? ¿Decepción? - La limo espera abajo. - Me dice antes de abandonar la habitación y solo entonces las palabras salen de mis labios

- No, no estoy segura.




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