Andromeda
Llevamos unas once horas en el auto, nos hemos tomado turnos para manejar, según Sebastian tenemos que llegar lo más rápido posible. No puedo evitar pensar que probablemente no nos veremos después de hoy. Después de la revelación que tuve hace unos días hago lo posible para empujar mis sentimientos a los rincones más oscuros de mi ser. Empiezo a sentir mi cabeza pesada y solo escucho a Dahlia gritándome. Abro los ojos y muevo el timón justo antes de que choque con el camión que venia hacia nosotros.
— Que alguien cambie conmigo o terminaré matándonos.
Sebastian toma el timón esta vez y yo me dejo llevar por el sueño.
Corro lo más lejos que puedo, está apunto de alcanzarme, siento sus pisadas en mis talones y antes de que alcance el lago toma de mi muñeca y me envuelve en sus brazos.
— Te atrapé. —me dice Isaac antes de darme un delicado beso en los labios.
— ¿Ya estas mejor amor?
— No Isaac. —bajo la mirada para que no vea la vergüenza y lágrimas que se forman en mis ojos— Lyudmila acaba de decirnos que soy infertil. ¿Para qué diablos quieres una esposa si no te puede dar hijos?
Mi voz se quiebra y empiezo a llorar como una niñita pequeña. Isaac me abraza fuertemente y levanta mi mentón para que lo vea a los ojos.
— Querida, eso no importa, encontraremos otra manera. Lo más importante es que tú estés feliz.
Todo cambia y ahora estoy viendo como el cuerpo de mi esposo se hunde en lo más profundo del océano. Llegue muy tarde.
Me levanto sobresaltada, estoy sudorosa y probablemente tengo un par de lágrimas corriendo por mis mejillas. Dahlia me mira curiosa.
— ¿Te encuentras bien?
— Si, estoy perfecta.
— Bien, porque llegamos. —me señala una gigantesca casa rodeada de de pinos. Bueno por lo menos no hay vecinos que escuchen el alboroto que vamos a causar.
Sebastian habla por el teléfono, sospecho que es con Mitch, debe de estar diciéndole que ya estamos aquí. Sebastian cuelga la llamada y gira su cabeza hacia nosotras.
— Señoritas, esto es lo que vamos a hacer: Mitch me dijo que no hay nadie vigilando la cerca de atrás así que entraremos por ahí y nos encontraremos con él. Luego nos separemos, Andromeda tu vendrás conmigo e iremos directo por Graham, Dahlia tu irás con Mitch y se deshaceran de los hombres que todavía estén. ¿Entendido?
Ambas asentimos con la cabeza y empezamos a rodear la mansión por el bosque. Aquí ya está nevando así que hace mucho frío. Lo que daría por que Sebastian me abrace de nuevo. Okay este definitivamente no es el momento para decir eso. Seguimos caminando silenciosamente hasta que llegamos la puerta del patio trasero. Sebastian entra primero y nos hace señas a mi y a Dahlia para que lo sigamos. Caminamos por un pasillo con poca luz hasta que Sebastian se detiene abruptamente, de las sombras sale una figura desconocida, esta le da un abrazo a Seb y nos mira a nosotras. Mitch.
— Tu debes ser la gran Andromeda Ajax. —dice con una sonrisa amable.
— Y yo soy Dahlia Ivanova, gracias por preguntar. —dice Dahlia rodando los ojos.
— Sígame señorita Ivanova. Y tú ten cuidado. —esto último se lo dirige a Sebastian.
Tan rápido como vino, Mitch se va con Dahlia a su lado por otro pasillo angosto. Sebastian toma un agarre de mi mano y me guía al fondo del pasillo hast que encontramos una puerta, oímos disparos y gritos. Ya saben que estamos aquí. Sebastian parece tener un conflicto interno porque se queda quieto unos segundos mirando fijamente el piso.
— ¿Sabes que si no salimos de ahí? —se interrumpe así mismo y me mira directamente a los ojos— ¿Sabes que? A la mierda.
Toma de mi nuca y empuja mi rostro hacia él, nuestros labios chocan mientras recibo el beso más apasionado de toda mi vida. Isaac nunca me besó así. Siente como una granada de mariposas explota en mi estómago y le devuelvo el beso con el mismo fervor. Por más que quiera disfrutar de este momento no puedo dejar de pensar que esta es una posible despedida. Nos separamos, siento que mi corazón se va a salir de mi pecho, mi respiración está agitada. Hay un infierno ocurriendo alrededor de nosotros y a mi me parece más importante admirar sus ojos azul cielo.
Después de recomponerme le tomo la mano y con la otra derribo la puerta. No damos ni siquiera cuatro pasos cuando las balas son disparadas en nuestra dirección. Canalizó mi poder y detengo todas las balas en el aire, suelto la mano de Sebastian y desarmo a los tres hombres que nos apuntan con sus pistolas. Bueno ahora es combate cuerpo a cuerpo.
Sebastian empieza a luchar con uno mientras que yo lanzo a otro contra la pared y lo dejo inconsciente. Uno me agarra desprevenida y me clava una daga en el brazo.
— Hijo de perra. —sacó una de mis cuchillas y le corto la garganta.
Alguien le dispara una flecha a Sebastian pero el la atrapa con una mano, okay eso fue muy sexy. No es momento para eso Andromeda. No lo había notado pero el centro de la casa es un patio y no tiene techo, levanto mi vista y observo a media docena de cuervos observando desde el borde del tejado. Entran unos cinco hombres más, estos más fornidos que los anteriores, guardaespaldas, significa que Graham está solo. Logro matar a dos pero los otros tres arremeten contra mi y me agarran por lo brazos. El tercero tiene una cuerda en las manos. La pone alrededor de mi cuello y empieza a apretar, me esta quemando. Suelto un grito desgarrador y empiezo a llorar. No se que tiene esta cosa pero me va a matar.