Sintió que su corazón dió un vuelco cuando volteó y vio al chico más lindo que había visto, no pudo evitar sonreírle, sus ojos eran gris humo, y su cabello negro hacia contraste con ellos, sus facciones bien definidas, y le sentaba bien hacer ejercicio, por que tenía los hombros anchos. Cuando el chico le hablo, sintió que una corriente eléctrica la recorría de arriba abajo, no podía quitarse la sensación de mariposas en el estómago.
Después de haberse volteado, él chico le habló otra vez, se preguntaba qué es lo que quería, le daba miedo voltear y estar roja como un tomate, nunca se había sentido de esa manera, el tenía algo, no solo se trataba del físico, sintió una conexión cuando sus miradas se encontraron, fue inexplicable pero deseaba hablarle.
–dime..- dijo ella
–me llamo Dan, no se, me pareció extraño que yo supiera tu nombre y tú no supieras el mío..– dijo el chico y una vez más se pasó la mano por el cabello, cuando hizo ese gesto sonrió y unos hoyuelos aparecieron en sus mejillas. Se vio, atractivo, lindo, de un montón de maneras positivas, y ahí estaban de nuevo las mariposas, sintió como se iba poniendo colorada. Él se dió cuenta del rojo de sus mejillas, se declaró triunfante internamente, sabía que había logrado esa reacción sin haberla echo sentir mal, le gustaba como el color rojo se le expandió hasta la clavícula, su piel pálida no le ayudaba a ocultar el sonrojo.
– ¿Estás bien?.- pregunto el chico.
–si....– se aclaró la garganta antes de continuar.— mucho gusto Dan .— le ofreció la mano para formalizar la presentación.
– mucho gusto Ap.– le dijo él y tomo su mano, su tacto era suave y cálido, se dió cuenta de algo y en esta ocasión fue su turno de sonrojarse. « su mano encajaba demasiado bien en la de él»
Durante el resto de las clases estuvieron platicando, ninguno de los dos se acostumbraba a la reacción que le provocaba el otro. Se sentían agusto juntos.