Los ojos de la Luna [2.2]

Capítulo 26| Alas

B U N N I E🌙🌙🌙

B U N N I E
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 En cuanto tuve las fuerzas suficientes como para poder ponerme en pie me dejaron regresar a casa con mi padre, ignorando las quejas de mi madre sobre que no se sentía segura dejando que mi padre estuviera conmigo. Las diosas que la estaban acompañando la persuadieron para que ella se quedara tranquila y aunque no estuvo del todo convencida me dejo ir con mi padre. Apenas llegamos a la casa mi padre se encerró en su oficina y no hablo con nadie hasta el día siguiente. Sabía que se sentía decepcionado y hasta incluso enfadado porque haya usado mis poderes, pero al verlo en el desayuno pude notar que además de las emociones que sabía que sentía lo note algo decaído.

No quise preguntar, mi padre estaba algo reacio a hablar ni siquiera contestaba a las cosas que le decía mi madrastra, no hablo ni para pronunciar monosílabos. Tan solo le respondía con un asentimiento de cabeza y continuaba inmerso en sus pensamientos. Maddy en su lugar observaba a nuestro padre sin decir nada, tan solo seguía desayunando lo que su madre le dejo en el plato. Fue un tanto incómodo verlo así yo esperaba a que me recalcara que en su casa existen reglas o algo parecido, pero solo estuvo distraído toda la mañana.

Sin saber muy bien que le pasaba me fui de casa caminando a la parada de autobuses donde ya estaba Lila, pero se la veía un poco entretenida hablando por celular con alguien. Me mantuve a unos pasos alejados dándole su espacio, se la veía muy contenta con la llamada que ni cuenta se dio de mi presencia hasta que colgó y abrazo el aparato como si su vida dependiera de ello. Cuando giro se asombró de verme y su rostro se puso rojo, algo que me hizo reírme porque en verdad pensaba que había escuchado su conversación.

— Quita esa cara que no escuche nada de lo que hablaste – rio de manera juguetona viendo a mi amiga cubrir su rostro con sus manos y soltar un largo suspiro. Nunca había visto a Lila de esta manera, aunque pensándolo bien desde hace un tiempo que no le prestaba la atención a mis amigas que merecían.

Con ese amargo sentimiento creciendo en mi interior le pregunte a Lila que le pasaba y ella me comenzó a contar el como fue que se dio cuenta de que sentía cosas por Kevin más haya de una amistad. Fue bueno el tener esta charla normal con ella, al llegar al liceo nos encontramos con las demás y esa extraña barrera que había impuesto Melione comenzó poco a poco a desaparecer. Fue algo que me alegro demasiado, extrañaba tener a mi amiga y aún me siento mal por lo que paso con Anker, pero debía comprender que las cosas nunca salen como uno espera.

No sé si es que las Moiras decidieron que las cosas se solucionaran solas, pero hoy hasta Anker decidió hablarme luego de mucho tiempo permanecido alejado de mí. Supongo que luego de haber pasado por una situación tan estresante como la de ayer el destino quiso compensar la balanza y todo comienza a tomar un curso a un mejor rumbo.

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 Al volver del liceo en mi casa me esperaba mi padre, ya sabia que no se quedaría mucho tiempo sin decirme nada sabiendo lo estricto que es con sus reglas. Como no quiso que nadie interrumpiera nuestra charla fuimos a su oficina un lugar donde Maddy sabía que no decía ir y mi madrastra simplemente no se inmiscuía mucho en mi crianza. Después de todo no soy su hija, nos llevamos bien, pero hasta cierto punto yo no la veo como madre y ella lo tiene claro por lo que mantiene sus distancias conmigo. Una vez nos encontrábamos en su oficina con las puertas serradas mi padre se sentó en su escritorio y miro un punto fijo en la pared más haya de donde me hallaba sentada y hablo.

— Bunnie lo que paso contigo me hizo reflexionar acerca de mis estrictas normas, no estaba enterado de que te perjudicaba tanto el hecho de no poder entrenar tus poderes – expreso mirándome directamente, su rostro era una digna cara de poker sin reflejar ninguna emoción – Así mismo si dejo que uses tu poder eso alertaría a monstruos y no me gustaría tener que lidiar con fuerzas que no comprendo. Tanto Cintia como Madeline son mortales y no saben que existen los dioses griegos, pero tampoco puedo dejar que algo malo te suceda Bunnie eres mi hija y te amo. Es por eso que antes de tomar una decisión quiero consultarla contigo, esto es algo que quiero que comprendas debes entrenar tus poderes o estos te mataran – vacilo en sus últimas palabras y su tono de voz fue algo ronco, en verdad estaba preocupado con respecto a lo que quería decirme.

— ¿Qué pasa papá? – me quejo ante su tardanza y tanto misterio en sus palabras, ayer nadie quiso decirme nada y hoy me sale con esto de que mis poderes me mataran si no los entreno. Es por eso que mi madre no quería que me fuera con mi padre, acaso lo que hice me dejo tan débil que tuvieron que resolver dejarme entrenar por mi bien.

— Tus entrenamientos serán en casa de tu madre por ella misma, debo mantener a salvo a nuestra familia y eso te incluye Bunnie. Ya hablamos con tu madre y tus entrenamientos serán tres veces por semana sin excepciones. Esto es algo por tu bienestar, pero ya esta más que claro que no puedes usar tus poderes en la casa – aclaró desviando su mirada de nuevo a un punto fijo en la pared, mi padre es un tanto orgulloso y muchas veces debe darse un golpe contra la pared para entrar en razón. Sé que lo que me paso no solucionara todo mágicamente, no soy ilusa sé que esto es solo un primer paso a que él finalmente deje de cortarme las alas y pueda comenzar a ser la Bunnie que yo quería ser.




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