Luna de muertos

Capítulo 18. [Canción]

A pesar de no tener una relación del todo oficial, Liam y Melissa sabían lo que había entre ellos, así que él la acompañó a su casa como hacía todos los días después de entrenar ambos en su respectivas habilidades. En ocasiones él se quedaba un rato más y pedían pizza o alguna otra comida a domicilio, a veces solo preparaban palomitas en el microondas y veían alguna pelicula de epoca que se hicieron las preferidas de Melissa.

—Toma —extendió el tazón de palomitas—, no vayas a quemarte.

—Descuida… ¡ah!

El chico sacudió los dedos luego de quemarse con la comida. Ambos se rieron por la expresión de Liam y siguieron viendo la pelicula, cuando esta acabó Liam quiso hablar con ella.

—Estoy bien —dijo entre risas— ¿Por qué crees que no?

—Te estás esforzando mucho ¿no crees que necesitas un descanso? —comentó serio— Sé que quieres mejorar con tus poderes y saber defenderte, pero ya eres sobrenatural ¿no es suficiente defensa? —bromeó— ¿no quieres tener una vida un poco más normal?

—Hey —tocó su mano en el sofá—, lo dijiste soy sobrenatural así que mi vida nunca será normal —sonrió frunciendo su nariz—. Además, no hago esto solo por mí, lo hago por todos nosotros…me salvaron la vida al sacarme de Orkus así que quiero hacer lo mismo por ustedes, o al menos tratar lo más que se pueda.

Liam sonrió un poco y la vio entrecerrando sus ojos con devoción hacia la chica.

—Eres maravillosa ¿te lo habían dicho?

De repente Liam había volteado la mano de Melissa para sujetarla y acariciarle sus mejillas recién ruborizadas con la mano libre que le quedaba mientras la veía con una sonrisa grande y un brillo en sus ojos.

—Eres el primero que lo dice —expresó timida.

El chico ladeó su cabeza para recargarla en el sofá y cerró sus ojos manteniendo su sonrisa, soltó un suspiro y asintió con su cabeza.

—Si lo eres… —susurró— ¡Eres increíble Melissa Thompson! ¡O Han! Es igual —Levantó la voz con entusiasmo.

Melissa se encogió de hombros sorprendida, luego Liam se paró rápido y la jaló hacia él para después cargarla de la cintura y dar vueltas con ella mientras se reían y Melissa se aferró con sus manos al cuello de Liam a la vez que levantó sus piernas en el aire.

Tras unos segundos así Liam la bajó haciendo que quedaran muy cerca viéndose agitados. Liam acarició sus mejillas con delicadeza y ella tomó un respiro hondo por nervios.

—Liam… —susurró.

La voz de Melissa era temblorosa, su vida en Orkus no le permitió experimentar algunas de las cosas más típicas de la vida de un adolescente por lo que agachó su cabeza sintiéndose avergonzada y a la vez con miedo

—Hey no tengas miedo —dijo suavemente—, me acercaré a ti lentamente así que jamás haré algo cuando no te sientas lista ¿está bien? —le levantó su mentón y le sonrió.

A la mañana siguiente Lydia estaba afuera de su departamento esperando por Elijah.

—Buenos días —saludó él desde el auto— ¿está lista?

Lydia asintió y entró.

Elijah la había invitado al acuario desde hacía tiempo, pero no había podido hasta ese día. Como era sábado, el lugar estaba lleno, pero también había más atracciones que cualquier día de la semana.

—Es increíble —comentó Lydia deslumbrada—, gracias Elijah.

Él le asintió sonriendo desde atrás suyo.

— ¡Mira ahí! —Señaló— Son tan lindos…siempre he querido nadar con uno ¿tú no?

—No soy muy fanático del mar —confesó—, veo que usted sí.

—Quiero ser bióloga marina.

Elijah iba a hablar cuando una multitud de personas eufóricas interrumpió corriendo entre ellos.

—Corra —dijo y rápido la tomó de la mano.

Pronto llegaron al destino de la multitud y juntos observaron el espectáculo de una ballena. Poco después se percataron de que se habían mantenido tomados de las manos y se quedaron viendo.

—Creo que sería una grandiosa bióloga marina —afirmó viéndola—, debería aplicar a una gran universidad, seguro entrará.

Lydia respiró hondo y asintió absorta en el vampiro y no mucho en lo que dijo.

Cuando las personas se ocupan en algo el tiempo pasa rápido y para Liam y sus amigos no iba a ser la excepción pues pronto iniciaron el último mes del año.

—Seguro le quedará de maravilla todo —expresó Elijah para animar a Lydia.

La preparatoria había decidido realizar una celebración del fin de semestre y habían dejado a Lydia a cargo de ello junto con ayuda de otros estudiantes que constituían el comité estudiantil.

Lydia escogió una temática de invierno para la fiesta y ya que algunos miembros del comité habían enfermado consideró la ayuda del elegante y apuesto vampiro que todos decían estaba enamorado de ella.

—Esto es tan…frustrante —se quejó dejando caer su rostro en la mesa—, cuando me uní al comité no creí que sería tan dificil —añadió apenas entendible.

—Dígame lo que necesita y lo haré en menos de una hora —susurró.

La chica volteó el rostro sin despegarse de la mesa de la cafetería.

—Eres tan increíble Elijah —confesó sin darse cuenta— ¡Ay no!

Elijah aclaró su garganta y desvió su vista a la cocina mientras Lydia volteó la cara que se le había enrojecido por completo.

—Yo…lo siento.

—Si le hace sentir mejor, también creo que es increíble.

Se levantó y se acomodó el blazer.

—Iré a ver lo del equipo de musica —avisó—, no se desanime señorita.

—Gracias…Elijah.

El día de la fiesta escolar llegó y todos habían invitado a alguien para ir, sin embargo, Lydia pasó tan ocupada en los preparativos que olvidó el asunto de la cita y es que ni siquiera tuvo cabeza para buscar su vestido, sino fuera por Elijah que llegó esa noche tocando a su puerta con la caja de un vestido azul turquesa.

—Te lo agradezco mucho Elijah —sonrió timida—, y sé que es tarde, pero si no te molesta que pregunte… ¿te gustaría ir al baile conmigo?




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