Mi dulce princesa

Té en la guerra

Llegó la hora del descanso y cada hora ha sido una tortura con ella a un lado, nadie se me acerca por medio a que los condene si dicen algo inapropiado, pero no saben que solamente quiero seguir con mi vida, tal y como estaba antes de su llegada.

-Gabriel, ¿ahora que pasa?

Oh claro, lo había olvidado, su real majestad nunca había asistido a una escuela;lo que faltaba.

-Vamos, ahora iremos a almorzar.

-¡¡Claro!!- dice más entusiasta de lo normal, voy a morir antes de que termine el día.

Nos encaminamos directamente a la cafetería, solo espero que sepa cómo comer comida rápida, sino juro que me largo aunque sea la mitad del día.

-Espera aquí- dejándola con Adam y Dylan en una mesa- , voy por el almuerzo y TÚ y TÚ- observo a mis amigos con mi peor mirada de advertencia- no la pierdan de vista, ni le hagan nada malo.

Pedí lo más decente, refinado, caro y elegante que encontré para la reina y regresé a la mesa y cuando los ví mi pacienciencia.

-¿Qué están haciendo Adam? Casi la matas.

 -Pero chico solo la estoy iniciando.

 ¡Genial! Ahora mi mejor amigo y la reina están peor que nunca. Lamentablemente no me puedo ir antes de que finalicen las clases sino ya estuviera en mi casa disfrutando de la música, juventud, y mis libros de suspenso.

 -Eso es una ridiculez, ¿podrías dejar de hacerle cosquillas?- automáticamente él deja de hacerle 

cosquillas.

 - Chico no seas amargado, Adamsito solo le estaba haciendo cosquillas, no se la llevó a la guerra. 

- De verdad que ustedes parecen pareja- Adam nos mira burlonamente mientras ella deja de reírse, pero nos mira confundida.

 -¿Eres gay? 

- Claro que no, soy totalmente hetero. Solo que Adam tiene un tornillo salido

 -Ya veo- dice casi en un susurro mientras ve la comida que traigo el las manos- ¿eso es el almuerzo?

 -Si su real majestad- extiendo una mano con el almuerzo-, totalmente suyo. Adelante coma, sin veneno, ni drogas, y solo tenemos media hora, ¿o quiere un té con galletitas? 

- No seas ridículo, solo tomo el té cuando estoy aburrida, siempre tengo alguna excusa para faltar.

- Creí que no hacían eso en realidad.

- Mi tia y yo no lo hacemos.

- ¿No están obligadas a hacerlo?

- Si, pero lo evitamos.

- Incluso mi padre toma té con tu madre.

- A mi nunca me gustó.

- ¿Y tu tia?

- No lo sé.

- Es raro, ¿no eran mejores amigas?

- No me dice algunas cosas.

- Ya veo.

- Pero si estás muy ciego.

- Shuu calla, nadie lo sabe.

- Con que el famosísimo Gabriel está ciego y usa lentes de contacto.




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