Mi dulce princesa

¡Hay que festejar!

Luego del incidente en la cafetería todo fue lo mismo, miradas confusas, comentarios ofensivos, preguntas incómodas y Adam y Dylan junto con ella haciendo de mi vida un infierno. Esta semana ha sido el mismo infierno, pero ahora si se viene lo que es realmente malo, la cena en apoyo a las personas sin hogar, organizado por la Reina, las cosas empeoran cada vez más, cada año la reina da un discurso y abre la pista de baile con mi padre, nunca he sabido porque tenemos que hacerlo, es desde hace aproximadamente 6 generaciones que hacemos eso, pero para empeorarlo todo, mi padre hará que baile con ella el primer baile. Sé bailar perfectamente, pero su cara cada vez se queda más en mi cabeza, incluso soñé con ella anoche, más bien fue una pesadilla.

En cuanto termine de vestirme para la cena con ese ridículo traje que mi padre me hace usar. Bajé hasta el salón de mi casa, y ahí estaba otra vez ella, creí que ella ya estaría allá. Pero igual se veía preciosa, con ese vestido largo color oro claro que combina con sus ojos marrones, nada fuera de lo normal, pero brillantes, grandes y preciosos. Pero aun así sigue siendo aquel monstruo del que me ha enviado a la misma guerra esta semana.

Ojalá estuviéramos un mundo solo tú y yo, en donde pueda encontrar el sabor de aquellos labios carnosos, el sabor de los besos que das, con ese bello labial que llevas color rojo bajo, más gloss discreto que mate, siempre mis novias tuvieron labiales de mate, cuando es más tierno solamente el brillo labial, es discreto y elegante, como tú; exactamente lo opuesto a mí, creo que por eso solamente se ponen labial mate.

No es que me guste o que esté enamorado de ella simplemente yo solo busco a personas que no quieren nada serio. Y ella en definitiva no es de esas personas. Ella es más de sin escotes profundos, nada muy pegado, ninguna cosa corta, solo abrazos, no besos.

-Oye, Gabriel, te estoy hablando.Dije que fueras con ella- mi padre me miró con su mirada asesina diciendome que me apresurara-

-Ya voy- me apresure a ir con ella y saludarla con una pequeña reverencia- Hola,¿qué tal tu primera semana en la escuela?- eso sonó muy estúpido.

-Bien creo… Por cierto Emma está aquí.

En automático la busco con la mirada- Escóndeme, no quiero estar con ella, no otra vez

-Hola Evans- ella extiende su mano para que la saludo, devuelvo por educación, solo hace falta que ella se enamore de mí, no quiero a mi padre regañandome por esto.

-Oye princesa, habrá una fiesta mañana por la noche en casa de Adam- volteo a verla sin prestarle atención a Emma- me preguntó si querías ir, claro no es un lugar para princesas.

-Si- gritó desesperada, pronto teníamos todas las miradas puestas en nosotros.-Una disculpa, claro que me gustaría ir.

-Entonces mañana te espero en mi casa por la tarde, te puedes arreglar ahí. Pero recuerda ni una palabra de esto a nadie.

-¿Chicos? -ambos volteamos a ver a Emma, me había olvidado de su existencia, pero tenemos que hacerla callar si no nos meteremos en grandes problemas, incluyendo a Adam-

-Ya dinos- reclama Andrea, en automático me ve con fastidio.

-¿Qué fiesta?¿De qué hablan?

-Nada para niñas de 12 años.

-Tengo 17, no soy una niña.

-Bueno, si no eres una niña ve mañana a la fiesta.

-Gabriel,¿estás seguro? ella es la princesa aquí.

-Si no es una niña que lo pruebe.

-Ire

-¿Segura?- dijimos los dos al mismo tiempo, no puedo creer que ella quiera ir a una fiesta donde hay muchos adolescentes hormonales queriendo perder la virginidad cuando ella es más princesa que la princesa de Inglaterra.

-Lo haré.

-Emma, no es buena idea, creeme.ni siquera quiere que yo vaya.

-Cierto.

-Bueno… tal vez vaya.

¡¡Si!! logramos que dudara, ahora ella sola hará que desconfie de la fiesta y no vaya, un arma mortal

-Ahora bella dama- me dirijo a la princesa- ¿me acompañaría por algo de beber?

-Adelante caballero.

Por fin nos libramos de ella, me estaba muriendo, no tanto como en la escuela, pero su mirada me dió miedo, parecía acosadora.

Pronto sonó la primera canción y con mi padre y la reina abriendo el baile podría ser libre un momento, me acerqué a ella, la tomé por la cintura, sus ojos suplicaban que la besara, mi cuerpo también lo pedía, la música paró, no había ruido, aunque por dentro sabía que nadie nos prestaba atención.Así que poco a poco me acerqué a ella hasta que nuestros labios se rozaron, pronto ella me tomó por la nuca, ambos queríamos lo mismo, la seguí besando, el mundo se perdió y lo único que podía pensar era: ¡Esto es un sueño!

Estaba besando a la princesa de todo Reino Unido, y ella a mí, hijo del consejero de su madre.Por fin supe a qué saben sus labios.Nos separamos por falta de aire.

-Me llamo Gabriel.

-Soy Andrea, mucho gusto.

Así comenzó todo 7 palabras, un juego y miles de besos.

-Sabes, tu beso sabe a vino, elegante y refinado.

-Y los tuyos a fresas, dulce, agrio pero delicado.

-Oye-ahí se activaron las alarmas y nos separamos sin dudarlo- ¿qué haces?

-Nada, solo tomando vino-espero que eso funcione, sino no sé que lo hará.

-Eso no es lo que vi- Esto ya ha empezado a preocuparme… esperen ¿preocupado? si es lo que mi padre quería, además es solo un rato, no es una relación o algo así, lo único que queremos los dos era un beso o algo más.

-Entonces dime, ¿qué es lo que viste?

-U-ustedes dos se besaron.




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