Mi embarazo. Mujer asintomática. Inari Masga.

Baby Shower.

Uno de los planes más emocionantes de la llegada de un nuevo integrante de la familia es la fiesta que se conmemora con esa intención de celebrar la nueva vida.

En la familia de mi pareja tienen una mezcla de diversas "costumbres" referente a este suceso. Comenzando por el hecho de que tienen la faceta de "todo en el último momento" una o dos semanas antes de la fecha aproximada de parto se realizan los preparativos, las compras y adecuaciones de la vivienda.

En lo personal, mi emoción por la llegada del milagro que es mi bebé me llevó a planear dicha fiesta por mi propia cuenta, siendo apoyada por mi concuña quien comenzó a recordarme que era importante elegir una fecha. Diseñé las invitaciones, realicé pequeñas compras de los materiales e ingredientes que emplearía ese día en la mesa de postres que sería el punto central de la convivencia.

Fue algo pequeño, sólo asistieron dos primas de mi pareja, sus hermanos, sus papás y mis padres.

"La fiesta"

El día de la fiesta me levanté temprano, aún siendo sábado, para realizar los últimos detalles, comenzando por vestir a los niños, alistarme y limpiar la sala. Mis padres no tardaban en llegar de su viaje para asistir a mi pequeña fiesta.

Primero me arreglé yo, me puse mi blusa de maternidad con una bonita cigüeña cargando al bebé. Mis pequeños niños se vistieron con la ropa que se les compró para estas fechas decembrinas; inmediátamente comencé a colocar la mesa y las decoraciones en compañía de mi concuña, un mantel desechable de color verde, (uno consideraría que el hecho de saber el género del bebé, todas las decoraciones girarían de acuerdo al color que representa, más en lo personal estoy inconforme en las etiquetas de género, busco la equidad y la igualdad, por lo tanto es mi ferviente deseo que todo lo que me rodee vaya en cierto equilibrio, por lo que el color morado, amarillo y verde salen de lo "genérico"), los mini cup cake's que preparé para la mesa, unos piecitos de plástico que vienen en el empaque de los calcetines de bebé y las cajitas que hice como recuerdo de ese hermoso e importante día; una vez que terminamos ella me encargó a mis sobrinos para poder ir a su cita médica y en eso llegaron mis padres.

He de resaltar que la unión o presencia familiar es fundamental para la mujer embarazada, no sólo por el apoyo que representan, sino también por los lazos emocionales que se tienen. Mi madre no me había visitado, era yo la que iba a verle, más el tenerla ahí conmigo en mi casa era valioso. Mi hermano se encargó de capturar las mejores fotos de toda la familia riendo y participando de las actividades.

El ser una persona asintomática creo que favorece la sensibilidad emocional, dado a que se siente en el alma lo que no se siente con el cuerpo, la adrenalina que no siento ante el dolor o los nervios, lo siento en mis emociones, me recorre una energía positiva al ver a las personas felices, aún más que el tocarles o abrazarles. 

Mi pequeño y hermoso día finalizó con las despedidas de los invitados, un par de fotos con mi pareja y nuestros niños. Abrir los regalos y un par de lágrimas de felicidad ante la ternura de guardar en mis recuerdos aquellas risas que inflaron mi corazón.




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