Mi gran sorpresa

Capítulo # 25

Capítulo # 25

La ceremonia fue extremadamente hermosa y tranquila para Hans y Taisha que sonreían por la felicidad de su hija, que tuvieron una pequeña fiesta privada y que estaban dispuestos a disfrutar su amor.

Su luna de miel fue hermosa y de ensueño para Taisha. Que Hans la consentida y la trataba con tanto amor que no le cabía en el pecho, nunca se hubiera imaginado a su amado tan consentidor.

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Unos meses después.

A Taisha y a Jasmín se le notaba la barriguita. Jasmín tenía una barriga de cinco meses y Taisha de seis meses. Ella todavía no sabía que era el bebé, ya que no se dejaba ver, pero Jasmín sí sabía que estaba esperando un niño.

—Aisha, ven, vamos a terminar de acomodar tu habitación —le habló Taisha.

Hans estaba terminando de pintar, él no quería perderse de nada de su hija y compensar la ausencia que había tenido y hacer todo por ella sin involucrar terceros.

—Ya está listo, solo falta poner las cosas —anunció Hans.

—Pero, ya quiero que me dibujen las paredes —le pidió Aisha desesperada.

—Princesa, tenías la habitación pintada. Vamos a darle un nuevo cambio —recordó su padre.

—No sé —lo miró dudosa.

—Porque no acomodamos tu habitación con peluches —propuso su madre.

—No quiero —dijo haciendo puchero.

—Y si ponemos fotos alineadas —le comentó él.

—Sí —dijo contenta.

—Buena idea —dijo Taisha emocionada con la idea que había tenido su esposo.

—Taisha —le habló Chloe desde las escaleras.

—Chloe, pasa —dijo asomándose por la puerta y observando cómo su hermana estaba dirigiéndose hacia ella.

—Hola, ¿cómo están? —le preguntó alegre.

—Muy bien, cuñada.

—Qué bueno me alegro, wow te quedo lindo Hans —le comentó encantada.

—Gracias —dijo orgulloso.

—Aunque se tardó una semana —se quejó Taisha.

Hans con una gotita de sudor.

—Pero lo hice solo.

—Yo también pintaba la habitación de Aisha sola, no te pude ayudar por el embarazo —le dijo a la defensiva.

—Sí, no te pongas brava —le pidió él. Quería que su embarazo finalizara felizmente.

—Vine a invitarlos a mi casa para la cena navideña —le habló su hermana.

—Lo siento, Olivia y Maddie quieren hacer la cena navideña en la casa —le informó su hermana.

—Qué bueno, vendré para acá —dijo Chloe.

—Hazlo.

Jasmín entro a la habitación.

—Hola, ¿cómo están?

—Bien, ¿y tú? —le preguntó Taisha.

—Cada día más cansada, pero bien —dijo quejándose del embarazo.

Hans mirando el vientre de Jasmín.

—Prima, no es por nada, pero te veo esa barriga muy grande —le comentó preocupado.

—Sí, lo mismo le dijo a Erick y Chad; dicen que es normal —dijo ella.

—No, no me parece normal —insistió preocupado.

—Qué puedo hacer —dijo Jasmín frustrada.

—Jasmín, ¿qué vas a hacer el 24? —le preguntó Taisha.

—No lo sé, Erick viene con Maddie, Chad tiene una novia misteriosa y mis padres se van de viaje —informó ella seria.

—Vente para acá —le dijo su amiga.

—Me parece súper.

—Ya traje mis fotos —comentó Aisha mirándolos.

—¿Cuál vas a poner? —le preguntó su madre.

—No se. ¡Ayuda! —les pidió.

—Sí, vamos para la cocina —dijo su madre.

—Sí —habló ella.

—Yo también voy —se unió Jasmín.

—Igual yo —habló Chloe.

—Yo también, no voy a quedarme solo —dijo él.

Todas se rieron. Bajaron hacia la sala, Taisha comenzó a mirar las fotos de Aisha.

Taisha estaba sonriendo.

—Chloe, te acuerdas de esta foto.

—Ja, ja, ja, sí —dijo Chloe divertida.

—Para ver. ¿Qué le pasó a Aisha está llena de leche? —preguntó Hans.

—Te voy a contar lo que paso —le contó ella divertida.

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Hace cinco años atrás.

—Ven Aisha —dijo Taisha cargándola—. No puedo creer que tengas ocho meses. Estás enorme.

—Taisha, en la silla hay unos potes de leche. La dejé medio abierta —le comentó Olivia.

—Ok.

—Ten cuidado, porque son para hacer unas galletas para la cafetería de Adam —le advirtió.

—Sí, ya entendí —dijo ella.

—Aaa —balbuceó Aisha.

Olivia cargándola.

—Que paso hermosa, tía Olivia tiene que salir.

—Olivia, espera un momento —dijo subiendo las escaleras.

En eso sonó el teléfono.

Olivia dejo a Aisha en el suelo para contestar la llamada.

—Bueno sí —dijo—. Adam para mañana está listo, tranquilo.

—Son muy importante —le recordó él.

—Sí, ya me dijiste —dijo ella rodando los ojos.

Mientras Olivia estaba muy entretenida hablando con Adam, Aisha estaba gateando y llego a donde estaban los potes, y los jalo haciendo que se llenara toda.

Taisha bajo las escaleras y miró a Aisha.

—¡Dios! ¡Aisha! ¿Qué haces? —exclamó mirándola como jugaba divertida.

Olivia volteando y dejo el teléfono tirado.

—¡No! ¡La leche! —exclamó desesperada.

—Aisha —habló su madre agarrándola.

Aisha solo reía divertida, Taisha y Olivia se miraron y comenzaron a reír como locas también, la pequeña se veía muy cómica a tal punto que solo podía verse sus ojitos.

—Una foto para el recuerdo —dijo Olivia sin parar de reírse.

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En la actualidad.

—Esa es la historia —dijo Taisha divertida a su esposo.

—¿Y qué pasó con las galletas? —le preguntó Hans intrigado.

—Adam no podía creerlo y mi hermana termino disculpándose más de una vez.

—Mi hija, desde bebé era una traviesa.

—Sí, mira esta foto Aisha llorando —dijo Jasmín enseñándole otra foto.

—Ja, ja, ja, ja —Taisha soltando una carcajada.

—No le veo lo divertido —habló Aisha cruzando los brazos.

—Es que fue gracioso —dijo su madre.

—Cuéntame —pidió Hans.

—Bueno así fue —contó ella.

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Hace tres años atrás.

En una tienda de juguetes.

—Deja de llorar Aisha —rogó su tía Chloe tapándose los oídos.




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