Ni una noche más
Ya estaba harta, harta de todos y de todo ese maldito cerdo. En estos momentos de mi vida de verdad lo odio quiero que se muera que lo arroye un tren y lo corte en pedacitos eso es lo que quiero
-Lo ves Natalia eres mía y no vas a ser de nadie más-
Esas palabras solo en sentir su aliento asqueroso cerca de mí me provoca ganas de vomitar
-Yo no soy tuya yo no quería lo que acaba de pasar- Dije mientras recogía mi ropa interior
-Pues tu cuerpo no me dijo eso-
Ese maldito cerdo, me coloque toda la ropa lo más rápido posible quería salir de ese lugar pero mi salida no iba ser tan fácil Eliot no me dejaría ir sin antes darme un pequeño recuerdo de el
Permitió que me terminara de vestir pero al colocar la última prenda en mi me tomo del cabello brusca mente y susurro en mi oído
-Crees que lo que acaba de pasar fue alguna clase de castigo hermosa, ahora sabrás lo que es un verdadero castigo-
Por dios en ese momento sentí el verdadero temor un temor que no avía sentido en mucho tiempo de hecho nunca en lo que llevo viva lo avía sentido
-Chicos pasen-
Varios hombres pasaron a los que pude contar eran seis hombres todos estaban muy sonrientes como si les alegrara que me tuvieran sujetada del cabello o como si les hiciera mucha gracia mi cara de terror
-¿Qué?... ¿Qué es lo que está pasando?- por dios en verdad estaba asustada sentía que cada palabra era como un cuchillo raspando mi garganta
-Querida pues esto es una función sabes a las yeguas que se portan mal y que a cada rato se salen de los corrales los dueños deciden marcarlas para que si alguien las encuentran las regresen, entonces-
Dijo mientras le hacia una seña a un tipo con la mano
-Es lo que yo voy hacer-
No lo podía creer ante mis ojos una caldera encendida y de ella sacaron una tipo de fierro como una herradura en forma de “E”. Eliot la tomo y dijo mientras levantaba un poco mi blusa
-Ahora sabrás quien es tu dueño maldita zorra a ver si te quedan ganas de rebelarte ante mí-
Esas fueron las palabras que escuche antes de experimentar el dolor más insoportable pego el fierro en mi abdomen al rojo vivo dios mío pensé que iba morir en ese momento soporte el dolor algunos segundos antes de caer en un desmayo
Despertar en un cuarto frio húmedo con mi tobillo encadenado a un tubo de fierro y con un dolor en mi abdomen no es precisamente el mejor lugar donde estar, me puse de pie como pude batallando demasiado y la cadena en mi tobillo no ayudaba mucho pero aun así me pude levantar pero mis intentos no valieron la pena ya que al escucharse abrirse la puerta caí nueva mente al suelo
Ese maldito rostro que ya me había provocado tanto daño lo adiaba con todas mis fuerzas
-MALDITO INBESIL PORQUE ME HICISTE ESTO- sentía tanto coraje
-Haber estúpida no me hables así- menciono mientras su mano apretaba mi herida
Mi gemidos de dolor fue inmediato y una ancha sonrisa se marcó en sus labios en verdad sentía que ese sería mi final así terminaría mi vida ya me sentía muy mal. No le desea a nadie este sufrimiento en verdad a nadie
A mi mente se vinieron tantas cosas mi madre, mis hermanos, mi padre, mi bebe. Por dios estoy embarazada me sentía arrepentida por haber pensado en abortarlo una vida nueva, inocente y pura yo no merecía matarla no merecía ni que yo fuera su madre lo quería quiero que viva eso quiero
Solo una lagrima sentí que salía de mi ojo derecho dios mi lagrima recorrió toda mi mejilla mi mirada se agacho y en ese momento tomo fuerzas mi yo misma sede donde las saque
Pero le tire un golpe a Eliot con todas mis fuerzas. El callo al piso. En ese momento mi reacción fue encontrar la llave de la cadena y salir corriendo de ese lugar, al parecer mi golpe atonto a Eliot solo por algunos minutos pero para mí fue suficiente encontré la llave en la bolsa de su pantalón me libere y Salí de ay.
Me encantaría decirles que mi huida fue victoriosa pero no fue así escapar de las garras de Eliot solo desencadenaría miles de tragedias a mi vida
Cuando entre por las puertas principales de mi casa llena de sangre, herida, sucia y con la cara echa un asco y la primera palabra que llegue gritando fue un desesperado AYUDAAA
Para desplomarme en el piso y solo recordar el grito de mi madre recogiendo mi cabeza gritando
-NATALIA HIJA…-
Mis ojos se cerraron dios mío nunca había corrido tanto. Nunca en ninguna noche avía sentido esa sensación el frio inundaban cada uno de mis poros y mi herida comenzaba a pulsar provocándome aún más dolor pero hubo algo que me decía “Sigue corriendo no te rindas sal de esta prisión sal por favor” dios mi esa sensación estaba segura de que era mi bebe el que quería que saliera de esa situación y por él no me detuve corrí y corrí hasta llegar a mi casa
-Mi hija va estar bien doctor- esa mirada preocupante que distinguía de mis padres
-Señora su hija está mal herida pero estará bien ya está fuera de peligro, pero le recomendaría que se revisar por el embarazo será mejor descartar cualquier daño-
-Embarazo de que está hablando doctor-