Sabes, una vez escuche decir que una memoria es algo que se reconstruye dependiendo de los fragmentos que coleccionábamos en nuestra mente, recordarlos era lo mismo que ver un espejismo. ¿Qué opinas? Franco, dice Marie para luego sumergirse en sus pensamientos otra vez. De repente murmura, Mikaela me dijo que esos fragmentos eran los que nos permitían aprender nuestras propias lecciones en la vida. Me mira y en su rostro se dibuja una sonrisa de melancolía. En ese momento empiezo a pensar en el instante en que la conocí y como ella lleno de luz mi vida…
Soy lo que aquí se conoce, un típico niño rico de cuna. Mi madre estaba más enfocada en su círculo social y sus éxitos profesionales mientras que mi padre es un inversionista de Wall Street, al cual ella conoció en uno de sus tantos viajes por el mundo. Ella nunca quiso comprometerse con él, por lo que con el tiempo optaron por tomar caminos separados, la verdad es que ni siquiera los recuerdo juntos. Aunque nunca fui la primera prioridad de ella, crecí rodeado de muchas comodidades pero la falta de su atención me hizo desarrollar un mecanismo de defensa para ocultar lo solitario y vacío que me sentía, fingiendo una sonrisa perfecta, encantadora y una amabilidad hacia los demás no honesta.
Después de viajar por un tiempo me di cuenta que lo que secretamente anhelaba era una llamada de mi madre o que ella reconociera las cosas que estaba logrando. ¡Me sentía perdido¡ Pero dentro de todo ese mundo lleno de vacíos hubo dos personas que siempre me mostraron lo importante que era para ellos, mi tío, él es alguien a quien respeto y admiro por su trabajo, fue la razón por la que decidí convertirme en Ingeniero civil en vez de ser un hombre de negocios como mi padre y mi nana Isabel, ella es tan sencilla y siempre me regañaba cuando reia en vez de llorar.
En mi mundo una de las cualidades esenciales para subsistir es siempre pretender lo perfectos que somos y probar nuestros éxitos como si de ello dependieran nuestras vidas. Llegamos a este mundo con cuchara de oro y muchos privilegios pese a que internamente estemos rotos o desechos nunca debemos mostrarnos débiles o incapaces. Al terminar la escuela secundaria decidí irme a vivir con mi padre a Boston, alentando por mi tío aunque mis padres no se casaron, ellos continuaban siendo amigos y esto me ayudo a profundizar más mi relación con él, entendí que quien no le permitía entrar en mi vida era, Yo.
Esa ciudad me dio muchas cosas, pero una es la que más atesoro es a una chica única, que osó a llamarme estúpido enfrente de toda sala de ciencias en la biblioteca de la universidad. A veces ruidosa y algo quejona que pasaría a convertirse en mi mejor mi amiga, ella que fue capaz de verme sin máscaras, me mostro la calidez que me negué a recibir de esta vida, llenando cada rincón con su ruidosa presencia.
Las primeras impresiones a veces no son suelen ser las más correctas, a veces… Es por ello que memorice cada detalle de ese día en específico, era mi cumpleaños número veinte.
Marie del Carmen y Aaliayh llegaron a la sala de ciencias, ambas daban vueltas de una estantería a otra para luego colocarse en la mesa que estaba a mi lado. Yo era un estudiante de segundo año de Ingeniería Civil mientras ellas estaban en su primer año de Arquitectura. Una Aaliayh incomoda era la única que llevaba consigo varios libros, mientras Marie empezó a hablar sobre lo necesario que era para ella obtener buenos resultados en matemáticas, ya que podría reprobarla…
Ella coloco su cabeza sobre la mesa y en momento pude notar lo hermosos ojos de color miel que tiene para luego pasar a uno de sus rutinas típicas, lloriquear sobre su existencia pero sobre todo del mal clima de la ciudad de Boston en invierno. Internamente me causo algo de gracia aquel comentario que hizo despues, ***Liayh con lo brillante que soy debería ser una estrella de Hollywood o presidenta! No crees... *** Su amiga murmuro con lo mala actriz que eres no creo que sea la mejor opción y sobre lo segundo prefiero no emitir comentarios... No entendí su reacción en ese instante mientras una Marie sacaba su lengua para despues copiar y gesticular los gestos de Aaliayh, ella sonreía al verla tratando de copiarla era como ver a dos hermanas peleándose por un dulce.
¡Búscate un tutor…! Uhmm, tendré responde Marie, levanto su cabeza colocando una de sus manos debajo de su mentón e instantáneamente se escuchó una voz preguntarme ¿Qué haces? a ti... Levante mi cabeza, nuestras miradas se encontraron y pude ver mejor su hermosa mirada esta vez estábamos frente a frente… Mi mente se quedó en blanco por ese segundo. ¡Te hablo a ti! Replica, automáticamente mi personaje hacia presencia. ¡Hola! dibujo una sonrisa en mi rostro, Yo solo estoy leyendo un libro de cálculos, Ahhhh... ¿Y tú qué estudias? pregunto para ser cortes, querrás decir nosotras, Arte ¿Y sobre que lees? Pensé en no responderle, ese día no tenía el mejor de los ánimos pero la mirada de su amiga me intimido era como si ella estuviera estudiando cada uno de mis movimientos… Cálculos diferenciales, ¡En serio¡ te gustan, ella se sentó a mi lado.
Aaliayh continuaba observando en silencio pretendiendo leer uno de sus libros. ¿Crees que puedas ayudarme?... En ese momento recibí un mensaje era de mi tío deseándome un feliz cumpleaños junto con video de mi nana Isabel, ambos me decía lo orgulloso que estaban de mí, me disculpas musito, ella asentó con su cabeza que sí. Le pregunto a mi tío por mi madre, el me respondió con un... ¡Ella te llamara más tarde¡ estoy seguro. ¿Estás bien? pregunta Marie al ver mi rostro. Pero ignoro su pregunta, sobre ayudarte ¿preguntaste? No creo, respondo a secas… Era mi cumpleaños y continuaba esperando que mi madre se acordara aunque dentro de mí sabía que no pasaría, pase entonces a descargar mi frustración en la persona equivocada pues si bien aquella chica hacia mil preguntas y hablaba sin parar no le tiene miedo a practicamente a nada solo a la oscuridad que ironías de la vida.