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—Ey, soy una chica! Pero bueno si fuera una a la que le dijeran que solo la quieren de puta privada un Ferrari rojo como el tuyo no estaría mal; ya sabes para ser una puta de verdad.—Ahora soy yo que rió.
—Típico de ti Charlotte, ¿Si fueras una chica increíble sencilla y amable, qué te gustaría?
—En ese caso, me gustaría una cena romántica, chocolates, un osos de peluche, flores, podría estar toda la tarde diciendo cosas que le podrían gustar.
—Creo que algo así le gustara.
—Nunca me habías preguntado como pedir perdón a una chica.
—Nunca había tenido la necesidad de hacerlo.
—Ella es especial.
—Perfecta...
—Charles...—pego un grito que tuve que alejarme el aparato.—Estas enamorado.
—Voy en camino.
—¿Cuál es el nombre de la afortunada?
—Helena.
—¿Y tan bien te lo hizo?—Pregunto entre risas.
—Aún no he dormido con ella.
—Tienes que presentarme a esa chica.
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Editado: 05.05.2021